Cuando Pablo Casado, el presidente del PP, llegó al local que acogería su acto en Vigo este jueves, en compañía del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no se esperaba la multitud que le recibiría. Eran más de un centenar de personas, que, a gritos de “puta Madrid, puta España”, se manifestaban en contra de la presencia de los populares. Eran aficionados deportivos de la ciudad y no se trataba de una casualidad: el lugar en el que tenía programado su intervención el Partido Popular era la sede del Real Club Celta de Vigo.

Tanto Casado como Núñez Feijóo han llegado al acto caminando, rodeados de otros líderes gallegos, como la vicesecretaria de Comunicación del PP a nivel nacional, Marta González. Las sonrisas se han mantenido en sus rostros mientras accedían, incluso saludando y dando la mano a algunas de las personas que esperaban su presencia.

El PP gallego ha condenado los hechos con un mensaje en sus redes sociales. “Esta ciudad, abierta y respetuosa, es mucho más que la intolerancia y la cerrazón de unos cuantos”, han indicado. La Policía Nacional ha impedido que la situación fuera a mayores, más allá de pitos, silbidos y otras increpaciones.

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