Nace este fin de semana en el País Vasco una asociación que tendrá como objetivo primordial el fortalecimiento de España en la comunidad autónoma y en la limítrofe navarra. Promovida por el exdelegado del Gobierno y cargo del PP Carlos Urquijo, será presentada al público este sábado al mediodía en Bilbao. Entre los componentes de su junta directiva figuran el filósofo Fernando Savater y el realizador Iñaki Arteta, autor de varios documentales sobre las víctimas de ETA.

La asociación se crea para “mejorar la percepción de la imagen de España” y  “despertar y potenciar el orgullo de pertenencia” a la nación española en el País Vasco y Navarra. En sus estatutos se recoge igualmente el objetivo de “hacer visible” la aportación económica del conjunto de los españoles al “bienestar y progreso” de ambas comunidades, al mismo tiempo que se incide en la “contribución” de vascos y navarros a  “la formación y desarrollo “ de España.

La defensa de la nación española se aborda desde el respeto y en el marco de la Constitución de 1978, incluida la institución de la monarquía. Una corona presente en su logotipo servirá, según sus promotores, para remarcar su adhesión al sistema vigente. Entre sus fines se incluye también la promoción de un relato veraz sobre el terrorismo de ETA y el mantenimiento de la memoria de sus víctimas.

El ejemplo de Sociedad Civil Catalana

El colectivo ha adoptado el nombre de Esteban de Garibay, un historiador nacido en Mondragón (Guipúzcoa) en el siglo XVI que fue cronista y bibliotecario de Felipe II y dejó obra escrita en castellano y euskera. Además de las dificultades a sortear para encontrar un nombre no  registrado, sus integrantes basan su elección en la doble identidad de vasco y español del personaje histórico.

“Garibay representa la normalidad con la que se debe asumir la vasquidad y la españolidad, la normalidad de pertenencia a la nación española que en poco tiempo se ha visto amenazada por el nacionalismo vasco”, señala Carlos Urquijo, que estará al frente de la entidad y presidirá su junta directiva.

Urquijo sitúa la idea de constituir la asociación hace dos años y medio cuando aún era delegado del Gobierno y Sociedad Civil Catalana no había adoptado  su actual protagonismo público movilizador en defensa de la España constitucional, pero admite que el movimiento catalán podría ser un espejo en el que mirarse si el País Vasco sufriera una convulsión independentista similar a la de Cataluña.

Por ahora, los fines inmediatos de la Asociación Esteban de Garibay están revestidos de un carácter eminentemente pedagógico. Los cumplirán mediante la apertura de una página web y la organización de ciclos de conferencias en los que se abordarán, entre otros  temas, asuntos relativos al terrorismo en el País Vasco, el adoctrinamiento nacionalista a través de la Educación o la importancia de los medios de comunicación en la alternancia política.

Combatir las "mentiras" del nacionalismo

 “Queremos llegar a esa parte de la población que desconfía o no quiere comprometerse con los partidos políticos pero que está deseando que alguien levante la bandera de la defensa de la idea de España. A esa gente que se siente huérfana y abandonada por los distintos Gobiernos españoles, cuya presencia en el País Vasco ha ido cediendo terreno”, explica Urquijo. “El Gobierno de España no ha sabido combatir las mentiras del nacionalismo, ni transmitir la importancia de su función en ambas comunidades. Hay que insistir en que sin pertenecer a España las pensiones no están aseguradas y que son los fondos españoles los que pagan los aeropuertos y el tren de alta velocidad”, continúa.

“La atención está centrada ahora en Cataluña, pero en Navarra avanza el nacionalismo de manera preocupante y el País Vasco no es un oasis de tranquilidad;  el castellano retrocede y el PNV elabora un nuevo Estatuto de la mano de EH Bildu, que aún no ha condenado a ETA.  Creemos que hay una masa crítica dentro de la sociedad civil a la que dirigirnos“, añade. Con la intención de llegar al mayor número posible de gente, -que puede  convertirse en socio, amigo o colaborador de la asociación-, el nuevo colectivo pretende funcionar  independientemente de los distintos partidos constitucionalistas aunque recabarán ayudas públicas.

Junto a Urquijo, Savater y Arteta, ya mencionados, componen la Junta Directiva otras cinco personas, tres de ellas relacionadas con las víctimas y la extorsión del terrorismo etarra. Se trata de Conchita Martín, viuda del teniente coronel Pedro Antonio Blanco asesinado por ETA en Madrid en el año 2000; del navarro Juan Félix Huarte, sobrino de Felipe Huarte, primer empresario secuestrado por la banda terrorista; y del industrial vasco Ricardo Benedi, miembro del desaparecido Foro de Ermua que se negó a pagar el impuesto revolucionario y rechazó públicamente a quienes lo hacían.

Completan la dirección de la asociación Beatriz Fanjul, secretaria general de Nuevas Generaciones del PP vasco, y la Fundación Villacisneros, que tiene entre sus fines la difusión de la historia de España y la defensa de la memoria y dignidad de las víctimas del terrorismo. En representación de la Fundación, de la que es patrona la exlíder del PP vasco María San Gil, participará su presidente Íñigo Gómez Pineda.

"Ni instrumento ni caballo de Troya del PP"

Fiel al PP, Carlos Urquijo ha buscado y obtenido el aval de la dirección vasca, presidida por Alfonso Alonso, para la puesta en marcha de la nueva agrupación, pero niega que la asociación vaya a convertirse en “un instrumento” del partido de Pablo Casado. Rechaza a la vez estar alumbrando una iniciativa con objetivos ocultos, el embrión de nada distinto a lo expresado. “Yo me moriré estando en el partido, esto no es un caballo de Troya”, afirma en alusión a la trayectoria protagonizada por el secretario y fundador de Denaes (Fundación en defensa de la nación española) y actual máximo dirigente de Vox, Santiago Abascal.

Con Abascal comparte orígenes, los dos son nacidos en el valle alavés de Ayala, y han sido compañeros de militancia política y seguidores del sector más conservador y menos proclive entre los populares a forjar alianzas con el PNV, representado en su momento por Jaime Mayor Oreja y María San Gil. A inicios de 2012, Urquijo fue nombrado delegado del Gobierno en el País Vasco por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, quien lo destituyó casi cinco años después de forma sorpresiva.

En diciembre de 2016 y en el último Consejo de Ministros del año el  Gobierno decidió sustituirlo por el exdiputado general de Álava Javier de Andrés, más afín a Alfonso Alonso y a la estrategia de acercamiento al PNV puesta en marcha durante la legislatura en minoría de Rajoy. Su destitución fue interpretada como una cesión al nacionalismo ya que el PNV había expresado constantemente su rechazo a cómo venía desempeñando el cargo y exigido su dimisión.

Durante su mandato al frente de la Delegación, Urquijo hizo bandera de la protección a las víctimas del terrorismo, mediante la denuncia de actos de enaltecimiento de ETA y homenajes a presos; así como de  la utilización del castellano en las comunicaciones oficiales y del uso de la enseña española en todas las instituciones vascas.

Urquijo, que a lo largo de más de 15 años había sido parlamentario vasco, permaneció durante meses apartado de la vida política, a la que se ha dedicado desde que con 22 años fue concejal de Llodio (Álava), su localidad natal. La oportunidad de volver se la ofreció Cristina Cifuentes, expresidenta de la comunidad de Madrid, donde en la actualidad ejerce de director general de Seguridad, Protección Civil y Formación. Es también miembro de la Ejecutiva del PP alavés y del PP vasco, aunque no forma parte del núcleo dirigente que encabeza Alonso.