El jefe de Hematología del Hospital La Fe de Valencia, Guillermo Sanz, que trata estos días a Eduardo Zaplana, ha publicado este jueves un tuit en el que se limita a ofrecer el significado de 'tortura' según el diccionario de la RAE: "Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo". A continuación, pregunta si "es esto" a lo que está siendo sometido Zaplana.

Sanz, en un escrito a la instructora de la operación Erial, Isabel Rodríguez, el pasado 21 de noviembre, advirtió de un riesgo infeccioso similar al de un niño burbuja, con peligro de muerte. En el texto, aclaraba que el mal asociado a la leucemia que padece el exministro, similar al del rechazo de un órgano en un trasplante, es "una bomba de relojería" que puede "sobrevenirle la muerte de forma súbita e inesperada".

Informe clínico de Eduardo Zaplana. E.E.

Zaplana se encuentra en La Fe desde el 18 de diciembre. El ingreso se debió a un serio deterioro de su salud consecuencia del trasplante de médula al que se sometió hace tres años por la leucemia. Pese a su situación y al citado informe, la jueza Rodríguez, que le mantiene en prisión preventiva desde hace siete meses, está presionando a los médicos que le atienden para que le den el alta cuanto antes y así poder devolverlo a la cárcel, según pudo saber EL ESPAÑOL de fuentes cercanas al caso.

Ninguna de las peticiones han hecho mella en la decisión de Rodríguez. Tampoco el comunicado que recientemente emitió el propio político en el que se preguntaba "cuánto tiempo" tenía que permanecer en prisión "para no destruir pruebas". Zaplana se reclamaba "inocente" de los cargos que se le imputan "por el convencimiento absoluto de no ser responsable de los hechos de los que se me acusa en el auto judicial" que produjo su detención. 

A esto hay que sumar lo ocurrido en Nochebuena. El cardenal Antonio Cañizares quiso hacer una visita al también expresidente de la Comunidad Valenciana el 24 de diciembre, pero no pudo entrar. La instructora no permite visita alguna, ni siquiera de esta índole. Dos días antes, la mujer de Zaplana emitió un comunicado por el mismo motivo: "No sólo está privado de libertad sino, además, incomunicado".