Quim Torra sigue dando largas a Pedro Sánchez. El viernes, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, envió formalmente la invitación para una reunión de ambos presidentes. "Sería conveniente que ambos pudieran mantener un encuentro con el que retomar la senda del diálogo constructivo que debe cimentar la relación entre nuestros gobiernos", escribió Calvo al vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonés. 

Cinco días después, Moncloa sigue sin respuesta mientras Torra continúa deshojando la margarita. Este martes, en el Senado, el portavoz del PDeCAT, Josep Lluís Cleries, se lo dejó claro a Sánchez en el debate en el que ambos participaron. La reunión tiene que ser "una cumbre entre gobiernos para hablar globalmente de políticas sociales, económicas, culturales… Y del derecho de autodeterminación". "Si no vienen para hablar de todo no tiene sentido que vengan”, según él. 

Torra no quiere plegarse a las condiciones de Moncloa, que hasta ahora siempre había defendido un encuentro, casi con carácter de cortesía, como el que a finales de octubre  Sánchez mantuvo con Susana Díaz en Sevilla, donde viajó antes el Consejo de Ministros. 

La Generalitat quiere una cumbre de ambos gobiernos que ponga al mismo nivel dos realidades, la catalana y la española, como si fuesen distintas y la autodeterminación se hubiese producido ya. Si no, algunas fuentes aseguran que Torra aceptaría una minicumbre que tuviera a los dos presidentes y los pilares de ambos Ejecutivos, comenzando con los vicepresidentes y los dos titulares de las carteras relacionadas con las políticas territoriales o ejecutivas.

Un nuevo formato flota ya en el ambiente: el de que haya varias reuniones entre homólogos. El presidente con el president, y cada ministro con un conseller. Todo salvo una reunión que equipare a Torra a Susana Díaz, como si se tratase de un presidente autonómico más. 

El Gobierno, que hasta ahora rechazaba cualquier formato distinto al de una reunión entre los presidentes, comenzó a considerar este martes otras posibilidades. "La política tiene que abrirse camino", según una fuente autorizada de Moncloa. Las "circunstancias especiales" de Cataluña harían deseable esa flexibilidad en las formas, según las mismas fuentes. 

Ese cambio de parecer del Gobierno se produce tan solo unas horas después de que Calvo viajase discretamente a Barcelona para reunirse con Aragonés y Elsa Artadi, consellera de Presidencia, en un encuentro fuera de agenda. 

El PP, por su parte, espera que, si finalmente Sánchez se reúne con Torra, le notifique personalmente el requerimiento previo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.