Faltaban pocos minutos para las ocho de la tarde cuando el diputado nacional popular Rafael Hernando publicó en su perfil personal de Twitter un mensaje conciso, escueto, que acompañaba de un vídeo. “La simbología histórica se repite. ¿Qué más tendrá que pasar? ¿Hasta cuándo?”, reflejaba el portavoz adjunto del PP. Lo que no se imaginaba Hernando era la avalancha de ataques y denuncias para intentar cerrar su cuenta. Todas con un denominador común: procedían de perfiles con lazos amarillos.

El vídeo, publicado por EL ESPAÑOL, denunciaba la similitud de la estética del procés con la de la Alemania nacionalsocialista. Comparaba imágenes sobre Cataluña en la actualidad y vídeos históricos sobre el país germano en los años 30 y 40, con visibles semejanzas: símbolos de fuego, los carteles con rostros de grandes proporciones, la apropiación del espacio público o la extrema politización del deporte son sólo algunos de ellos.

Sin embargo, y entre los miles de retuits y comentarios que generaba el apunte de Rafael Hernando, el parlamentario popular recibió una alerta de la propia aplicación. Le informaba de que, si bien habían recibido varias peticiones para denunciar su perfil y el mensaje que había publicado, Twitter consideraba que no incumplía ninguna de sus normas y que no había ninguna medida que tomar. Ni eliminar el tuit, ni cerrarle la cuenta. Todo en orden.

Las 9 semejanzas demoledoras entre la estética separatista y la nazi

Un tuit previo a la llamada a la vía eslovena

En el vídeo se recogían imágenes como las fiestas de Berga, localidad barcelonesa donde el amarillo invadió la plaza y los rostros de los presos colgaron de los balcones en carteles enormes. O las proclamas del Ayuntamiento de Vic a través de la megafonía consistorial, en las que se instaba a sus habitantes a no olvidar a los "presos políticos".

Rafael Hernando escribió aquel mensaje el 18 de noviembre, cuando nada hacía prever los últimos incidentes con los Comités de Defensa de la República (CDR) y la Generalitat de Quim Torra: la llamada a la vía eslovena, la toma de la AP-7, pedir la purga dentro de los Mossos d’Esquadra, las huelgas de hambre de los presos separatistas, el intento de boicoteo por parte de las juventudes violentas del Consejo de Ministros del 21-D….

Eso no ha impedido que el diputado del PP por Almería continúe tuiteando con normalidad. No se le conocen pelos en la lengua y la fiereza y mordacidad son habituales en él, ya sea en la tribuna del Congreso o en sus redes sociales.