La tensión en Cataluña de este fin de semana, que Albert Rivera calificó este sábado como "vergonzosa" por habérsele ido de las manos tanto a la Generalitat como al Ejecutivo de Pedro Sánchez, ya ha impulsado la inicativa política de Ciudadnos. El partido naranja pedirá la comparecencia urgente en el Congreso del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que dé explicaciones sobre los "altercados" del sábado en Barcelona y su "dejación de funciones al permitir que Torra dé instrucciones políticas a los mossos".

Fuentes de Ciudadanos han indicado a Efe que registrarán la petición de comparecencia después de que este sábado activistas de los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) mantuvieran cortado el tráfico durante 15 horas en un tramo de la AP-7 a la altura de L'Ampolla (Tarragona).

Por esta situación, el presidente de Ciudadanos, Rivera, calificó Cataluña de "territorio sin ley con un supremacista xenófobo como Torra al frente" y acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de ser "su socio" y permitir "que un gobierno autonómico de España apoye a los violentos y amedrente a los Mossos y a los demás ciudadanos".

Hasta 15 horas aguantaron los CDR bloqueando la autopista. Durante todo el sábado, varios grupos ataviados con chalecos amarillos se instalaron en la vía y montado barricadas para impedir el paso de los vehículos. Una protesta que se alargó hasta bien entrada la noche ante la pasividad de los Mossos d'Esquadra

Desde las 7.00 horas de este sábado decenas de miembros de los CDR se apostaron en la carretera provistos de chalecos amarillos, para asemejar su protesta con la de los activistas franceses que llevan cuatro fines de semanas seguidos poniendo en jaque al presidente, Emmanuel Macron, y atravesaron la vía con neumáticos, bidones, quitamiedos y ramas para impedir la circulación, lo que ha dejado bloqueados durante horas a numerosos vehículos, sobre todo camiones, y obligado a desviar el tráfico por la carretera N-340.

Los Mossos no actuaron y se limitaron a la vigilancia pasiva tras la polémica del pasado jueves, en el que otros grupos de CDR trataron de boicotear actos en celebración de los 40 años de la Constitución y recibieron las cargas de la policía autonómica catalana. Tras los altercados de Tarrasa y Gerona, el president Torra se puso del lado de los violentos y criticó el operativo de los Mossos, instando al consejero de Interior, Miquel Buch, a "cambios en la cúpula" de la policía catalana.