Es cuestión de tiempo. El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, no contempla otro escenario que no sea una Junta de Andalucía liderada por Juan Manuel Moreno Bonilla. Este lunes le ha trasladado el apoyo de la dirección general de la formación para negociar la investidura tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional: “El PP ha recibido un mandato claro e inequívoco para liderar el cambio en Andalucía”. El hecho de que hayan obtenido sus peores resultados históricos en la comunidad creen que no es óbice para ello.

“Consideramos que sería muy difícil de explicar que los que dicen que hacía falta cambio no apoyaran a Juanma”, exponía el presidente popular. En juego está la “geometría variable” con la que cuenta Ciudadanos, el amplio abanico de jugadas que puede acometer para la formación de gobierno, lo que tendría una repercusión electoral. Tampoco considera sensato el líder del PP que el grupo naranja aspire a algo “a lo que renunciaron en Cataluña”, la investidura, incluso cuando contaban “con el apoyo expreso del PP”. 

Casado tiene en mente un gobierno del bloque de derechas, contando con el apoyo de Vox. Sobre todo, porque no entiende las críticas vertidas desde el PSOE cuando gobiernan de la mano de Podemos, “el partido más radical de la democracia española”. “Escuchar a tanta gente hablar de Vox como partido peligroso, cuando Podemos ha defendido la historia criminal etarra, que defiende la dictadura de Maduro [...] o que justifican a delincuentes que se escapan, o a los independentistas que quieren romper España”, es ilógico, en su opinión. “¿Qué va a decir la izquierda con la radicalidad?”.

PP analiza los resultados electorales en Andalucía

Campo abierto a Vox "dentro de la Constitución"

Fuentes populares dan por hecho el apoyo de la formación ultraderechista, porque creen que Vox no tiene ganas de gobernar: no sería compatible su deseo de acabar con las autonomías con pedir sillones en un gobierno regional. Las líneas rojas esgrimidas por el Partido Popular, en todo caso, son claras: sólo habrá diálogo y concesiones dentro “de la Constitución española”, esgrimía Moreno Bonilla, a preguntas de los periodistas. 

El presidente popular ha ido más allá, dejando campo abierto a las negociaciones con el partido ultraderechista. “Tenemos que ver qué proponen. La Constitución no se va a tocar. Si se quieren reforzar las competencias en alguna cuestión podemos estar de acuerdo”. Su ejemplo: el Título VIII de la carta magna. “La supresión de las autonomías es algo por lo que el PP no va a pasar”, pero sí pueden encontrar puntos comunes en “la bajada de impuestos, la defensa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la defensa de la unidad nacional o la mejora de la regeneración y de los servicios sociales”. “No puede pretender el PSOE que ellos sí puedan pactar con podemitas, independentistas y batasunos y yo no pueda gobernar con el partido de Ortega Lara”.

Porque, igualmente, al PP le ha pillado por sorpresa los planes de Ciudadanos de hacerse con el Palacio de San Telmo. Fuentes internas comentan que es una reacción forzada ante el shock de no haber consolidado el sorpasso. Mientras tanto, Juanma Moreno apelaba al liderazgo “claro e incuestionable” de su partido en el centro derecha y pedía que no hubiera “bloqueo siendo ombliguistas”. “Estamos ante una posibilidad real, tangible de alternancia en el Gobierno andaluz”. Si Cs finalmente se opone, “no sería razonable, ni lo entenderían sus propios electores. Si ni en Cataluña asumieron el reto de ir al debate de investidura y ahora, siendo la tercera fuerza política”, quieran su parte del pastel. “Más que hablar de sillones, hay que hablar de compromisos y reformas”.

"Sólo nos queda crecer"

En todo caso, el Partido Popular ve en los comicios andaluces el reflejo de lo que está por pasar en las siguientes citas electorales en el resto del país. “A tenor del batacazo electoral del PSOE, Pedro Sánchez tiene que convocar elecciones de inmediato”, reclama Casado. “Después de perder Andalucía, lo que le queda simplemente es una autonomía en la que ha ganado las elecciones pero en la que sobrevive con respiración asistida. Tiene que asumir su responsabilidad y convocar elecciones”.

El líder popular ha hecho gala de su “ambición de recuperar y refundar el centro derecha como en los 90”, aglutinando, de nuevo, partidos regionalistas y otras formaciones afines. “No tenemos que mover de sitio, sino abrir el espectro electoral [...]. La fragmentación del centroderecha tiene que acabar superada. Ninguno de mis predecesores se encontró en una situación fragmentada en tres”.

“Si hemos ganado en Andalucía, el sitio más complicado, si esto lo hemos superado, sólo nos queda crecer”, sonreía Casado. “Hemos pasado de un gobierno Frankestein a gobierno zombi. España no puede aguantar más la incompetencia de este gobierno. Es momento de urnas. Esto acaba de empezar”.