En Unidos Podemos no se fían, y cada vez menos. Dentro del grupo parlamentario existe la sensación de que su pacto con el Gobierno de Pedro Sánchez para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que parecía más un programa de gobierno se puede quedar sólo en un programa electoral. De hecho, un dirigente del grupo parlamentario "parece que hay algunos ministros que no quieren que salgan los Presupuestos".

Y es que mientras las cuentas públicas sigan nada más que como un papel sin tramitarse en el Parlamento pueden ser utilizados como propaganda de medidas sociales. Pero en tanto que no se aprueben, la bancada del grupo confederal que soporta al Gobierno se teme la traición: que sean bloqueados y torpedeados por esa parte del Ejecutivo que es "del PSOE de toda la vida y prefiere otro tipo de pactos". El que, en palabras de Ione Belarra, la portavoz en la Cámara Baja, "defiende a las élites".

Precisamente para marcar los pasos del Ejecutivo se reunía este miércoles la mesa de seguimiento del acuerdo forzada por Podemos. El partido de Iglesias no tiene confianza en que los acuerdos se vayan a cumplir. Y se remiten a los hechos: "Es que la ministra Valerio les quiso subir las cuotas a los autónomos y Calviño apoyó la reforma laboral del PP", apuntan fuentes internas de la formación morada.

En la reunión del miércoles, Podemos forzó al Ejecutivo a comprometerse "de nuevo" a que ningún autónomo verá subida su cuota de la Seguridad Social en 2019. Todo a pesar de que, otra vez y pocas horas antes en su respuesta parlamentaria a Iglesias, Sánchez insistía en esa posibilidad apuntando que "dignificar las pensiones de los autónomos" sólo es posible " haciendo que coticen por mejores bases", es decir, que "con un poco más de cotización", dijo el presidente", podrán tener pensiones dignas" en el futuro.

El grupo confederal de izquierdas entró con una mesa y salió con cuatro "para concretar los detalles de los diferentes apartados del acuerdo", explicó Pablo Echenique. El Gobierno se comprometió a reunirse con ellos para el "cumplimiento íntegro del pacto" en cuatro ámbitos específicos: Vivienda (control de las subidas abusivas del precio del alquiler), lucha contra la Violencia Machista, Empleo y Seguridad Social, y Dependencia.

Movimientos electoralistas

En realidad, los movimientos extraños se percibieron durante toda la semana en los pasillos del Congreso. La cercanía de los procesos electorales -primero el andaluz y después del parón navideño los europeos, municipales y autonómicos- nos ha instalado en una larguísima campaña electoral en la que todos los partidos quieren marcar su personalidad. Y ya se sabe que en política esto se hace alejándose de los próximos.

Eso es lo que hizo Ciudadanos rompiendo su unidad de acción con el PP el pasado lunes, cuando anunció que desbloqueaba la modificación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria como primera puerta hacia los Presupuestos. Y eso es lo que hizo este martes el presidente del Gobierno llevando su pacto con Podemos a la escena del centroderecha, al ampliar a PP y Cs la posibilidad de negociar las cuentas públicas

La ministra de Hacienda, Mercedes Montero, corroboró en los pasillos del Congreso las palabras del presidente: "Estamos abiertos a negociar los Presupuestos con todos", dijo, "eso sí, partiendo de su esqueleto básico, pactado con Podemos". Si bien no confirmó que se haya iniciado alguna negociación, tampoco desmintió que ya se hubieran iniciado conversaciones exploratorias.

Estas maniobras de socialistas y naranjas han sido las que pusieron en guardia a los diputados de Unidos Podemos. Ione Belarra, portavoz del grupo, salía corriendo de la Cámara Baja este miércoles para no dar detalles a la prensa, poco antes de que se inaugurara esa mesa de seguimiento en la que representantes de los de Iglesias y los de Garzón, entre otros, exigieron un cumplimiento "escrupuloso e íntegro" del pacto, no sólo de su letra sino también de su espíritu.

No quieren que se imponga "esa parte del Ejecutivo que no quiere que salgan los Presupuestos" y, en su opinión los torpedean, para ni aplicar las cuentas ni las iniciativas legislativas que las acompañan: "Es un acuerdo político, no sólo económico porque ése fue el precio que pusimos", insiste el dirigente parlamentario del grupo, "y muchas de esas medidas se pueden poner en marcha ya, sólo hace falta voluntad política". Y eso es de lo que Unidos Podemos duda que tenga todo el Gobierno.