El Vaticano matiza a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y subraya que no se pronunció sobre el lugar de la inhumación de los restos de Franco en la reunión que mantuvieron el cardenal Parolin y la número dos del Ejecutivo socialista. 

En un comunicado remitido a los medios, la Santa Sede recuerda que el cardenal Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, "no se opone a la exhumación de Franco si así lo han decidido las autoridades competentes". Sin embargo, matiza que "en ningún momento se pronunció sobre el lugar de la inhumación"

El texto remitido por el encargado de prensa, Greg Burke, continúa detallando que Calvo, "expresó su preocupación por la posible sepultura en la catedral de la Almudena y su deseo de explorar otras alternativas". Posibilidad que al Secretario de Estado le pareció "oportuna", según el comunicado. 

El Gobierno y la Iglesia negocian cómo impedir que Franco sea enterrado en La Almudena

Sin embargo, la vicepresidenta Calvo ha insistido este miércoles en los pasillos del Congreso que acordó que Gobierno e Iglesia intentarían "encontrar una salida" para inhumar los restos de Franco cuando sea exhumado del Valle de los Caídos, salida "que obviamente no puede ser La Almudena". 

Calvo recordó que el Estado tiene la obligación de vigilar que el dictador no sea enaltecido en ningún punto de España, por lo que sus restos deberán inhumarse "en un lugar en condiciones de dignidad, pero en ningún lugar en los que pueda ser objeto de ningún tipo de homenaje".

Según la nota emitida este lunes por el Ministerio de Presidencia tras la reunión mantenida en la Santa Sede "ambos han coincidido en la necesidad de buscar una solución y seguir manteniendo el diálogo". La solución y el diálogo entre el Gobierno de España y la Santa Sede se presentan como necesarios ante las dudas sobre dónde deben descansar los restos del dictador.

Polémica exhumación

Desde que el Ejecutivo socialista anunció el pasado verano su intención de exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, monumento construido por el dictador tras la guerra civil (1936-1939), se ha generado una polémica sobre el lugar al que deberían trasladarse.

Su familia, que se opuso a la exhumación por considerarla una "imposición" del Estado, manifestó su intención de enterrar a Franco en la catedral de la Almudena, ubicación que rechazan diversos colectivos, por considerar que un lugar tan céntrico y conocido de Madrid se puede convertir en centro de peregrinación de nostálgicos del franquismo o incluso de fascistas europeos.

Calvo subrayó hoy que cuenta con el apoyo del propio cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que "ya dijo el otro día que a ellos no les parece bien" que los restos del dictador se trasladen allí, como pretende la familia.