Soraya Sáenz de Santamaría ha aceptado formar parte del Consejo de Estado "por el prestigio que supone para ella formar parte de esta institución", reconocen fuentes conocedoras de esta decisión. La exvicepresidenta del Gobierno entra a formar parte de este órgano consultivo como consejera electiva, un cargo que se traduce en que solo tiene derecho a percibir una dieta por asistencia a pleno -se celebra, como mucho, uno al mes- y con un límite mensual de 974,16 euros. 

El Consejo de Estado cubrirá también los gastos de desplazamiento de la exvicepresidenta cuando tenga que acudir a un pleno, pero su nombramiento responde más a un cargo honorífico que a un puesto ejecutivo. Fuentes de su entorno reconocen que haber sido una vicepresidenta "que tocó absolutamente todos los temas" le obliga ahora a tener un régimen de incompatibilidades "amplísimo". Funcionaria por oposición, a Santamaría tampoco le convencía la vuelta a la Abogacía del Estado, donde tiene su plaza, porque le tocaría tratar los propios temas que ella desarrolló durante el tiempo que estuvo en La Moncloa. 

Tras la salida traumática del Gobierno y perder las primarias contra Pablo Casado, Santamaría optó por retirarse de la vida política. Renunció a su sueldo de diputada en el Congreso en septiembre, enterrando así todas las voces internas que la situaban como candidata a la Alcaldía de Madrid, un cartel excepcional para disputar el Palacio de Cibeles a Manuela Carmena y que le hubiera facilitado un sueldo mínimo de 90.000 euros si se hubiera quedado en la oposición como Esperanza Aguirre.

Disfrutar de su hijo

Santamaría perdió y optó por una retirada. De hecho, ella misma aseguraba a su círculo íntimo que vivía "muy bien" del sueldo de su marido y que necesitaba este tiempo de descanso para disfrutar de su hijo Iván, que nació apenas unos días antes de que Mariano Rajoy conquistara La Moncloa. 

Sin embargo, una llamada personal de Pedro Sánchez trastocó todos los planes de la exvicepresidenta, que le pidió "tiempo" al jefe del Ejecutivo para decidirse antes de aceptar finalmente la oferta. En las filas del nuevo PP sorprendió la noticia, que adelantó el propio Gobierno, ya que Santamaría, que aún guarda el carné de afiliada, no había comunicado su incorporación al Consejo de Estado, el órgano en el que tienen un sillón vitalicio los expresidentes del Gobierno con un sueldo de 74.000 euros anuales. 

Paso previo a la empresa privada

La exvicepresidenta tiene el puesto asegurado para los próximos cuatro años y podría prorrogarlo otros cuatro años más. Sin embargo, quienes la conocen aseguran que "es un buen sitio para pasar estos dos años posteriores a estar en el Gobierno sin tener la necesidad de rogar al Ejecutivo que te autorice trabajar para una empresa privada". Dentro de dos años, cuando se levante el régimen de incompatibilidades, pocos dudan de que Soraya Sáenz de Santamaría dará el salto definitivo a la empresa privada.