Las dos fueron las mujeres más poderosas de España cuando estuvieron en el Gobierno y las dos han terminado en el Consejo de Estado una vez que han salido de Moncloa. Las vidas de Soraya Sáenz de Santamaría (47 años) y María Teresa Fernández de la Vega (69) confluyen en paralelo desde que se medían cara a cara en el Parlamento. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero gobernaba, De la Vega era vicepresidenta y Santamaría la portavoz del entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy. 

El anuncio de que el Gobierno de Pedro Sánchez nombrará a Santamaría consejera de Estado este viernes en el consejo de ministros ha pillado por sorpresa a todos. La 'exvicetodo', como se le conocía coloquialmente en los corrillos políticos, renunció a su escaño en el Congreso el 10 de septiembre, dos meses después de perder las primarias contra Pablo Casado. 

Ella quería ser la presidenta del PP, nunca se imaginó no poder ganar esa batalla. Santamaría reflexionó durante el verano y decidió retirarse de la primera línea política. La exvicepresidenta, con un severo régimen de incompatibilidades que durará dos años, tampoco se acogió a la cesantía que le permitía cobrar durante ese tiempo. También pudo optar por incorporarse al cuerpo de la Abogacía del Estado, donde tiene su plaza. Hace algunos días algún diputado con el que aún guarda estrecha relación aseguraba que "vive muy bien de su marido", dando a entender que todavía no quería trabajar. Sin embargo, ha optado por incorporarse al Consejo de Estado, un órgano consultivo del Gobierno no vinculante que guarda sillón vitalicio a los expresidentes del Gobierno, pero no a sus exvicepresidentas. 

Los 'cara a cara' en el Congreso

Los Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados recogen grandes sesiones de control con Santamaría y De la Vega como protagonistas. El 10 de febrero de 2010, por ejemplo, De la Vega no pudo contenerse y le respondió a la entonces portavoz del PP que "les puede el ansia, la gula de poder" cuando la diputada por Valladolid le acusó de haber entrado en una cascada de "anuncios descontrolados" porque les entró el pánico. "Defienden con desparpajo una idea y la contraria". 

En noviembre de 2009, la polémica saltó por la situación del campo en España. Aquel fin de semana más de medio millón de agricultores salieron a la calle a protestar contra el Gobierno y la popular indicó que, mientras se celebraba la marcha, "ustedes estaban ensayando la fiesta del domingo y no recibieron a ningún agricultor por si se manchaba la alfombra roja". 

De la Vega, que entraba al ataque cada vez que Santamaría le sacaba de sus casillas, le respondió que "estaría muy bien que por una vez se unieran al esfuerzo común porque el Gobierno es plenamente consciente de sus necesidades". 

Compartir destino

A pesar de los duelos dialécticos que ambas protagonizaron en la Cámara Baja, las dos se guardan cariño y hablan con respeto la una de la otra. Ahora que sus destinos se vuelven a unir, tendrán oportunidad de debatir sobre los dictámenes que les encargue el Ejecutivo de Sánchez. Esta vez, a puerta cerrada y sin cámaras que lo atestigüen.