Son los carabancheles zona de mucha mescolanza, de un cosmopolitismo tieso, de cafés baratos y gente que va y viene. Entre el ladrillo visto se oferta un habilitado para clases pasivas y repuestos para el aire acondicionado. En los carabancheles hoy nos ha contado VOX sus cien medidas: en el coso de Vistalegre que se quedó pequeño.

Un coche de la policia municipal corta la calle sólo en un sentido. Frente a la fila, una pintada reza "queda gato para Rato", así, enmarcada en un paredón. Más adelante, la Iglesia Evangélica llama al culto dominical. Ahí está Vistalegre, la plaza, con esa estampa de platillo extraterrestre al Sur de Madrid y con el Hipercor cerrado o abierto según vayan llegando los días históricos. Desde una hora antes del comienzo del mitin, brujulean banderas de España por las cercanías de la plaza.

Los autobuses de provincias dejan al pasaje y huyen cuando ven que hay un coche de la municipal y ponen rumbo a la M-30 para justificar la gasolina. Antonio lleva una maleta y vende la rojigualda a cinco euros con una salmodia monótona. Cuando se queda sin clientela pide un café, paga y se le cae el monedero y las monedas le ruedan en el asfalto. De un autobús de Badajoz bajan con ganas y caras de sueño dos chavales con pinta de novilleros y afeitados en la medida de sus posibilidades.

Palacio de Vistalegre durante el acto de VOX.

Antonio, en la puerta del autobús de detrás, es de Murcia, tiene rostro de funcionario, y lleva una imposible corbata de España. Dice Antonio que está esperanzado por cambiar la cosa, y no habla con mala fe de Cs. Anda distraído esperando a otros primos de Murcia. Le llaman sus primos y les da las coordenadas de Vistalegre. Alguien grita viva España con una caña de pescar y el banderón encima."Viva el Rey", responden, con fuerza y con cierta coletilla constitucional.

La cola va rápida. Hace calor y fresco: un sol y sombra si Vistalegre no fuera una plaza cubierta. Miguel sale de la fila y pide un "Tío Pepe" que se toma en tanto que le guardo el sitio y vuelve. Miguel dice que es teniente de Artillería, y que cuando va a Barcelona, al Bruch, los "pone firmes" y se ríe con un pin preconstitucional que lleva elegante y escondido en la solapa. Se vuelve a escuchar un "viva España" y un "viva el Rey".

Ya frente, a la puerta principal, entre el silencio de un otoño llegado de repente, alguien de la organización discrimina a los que vienen de buses y a los que no en la entrada a la plaza. Delante de mí un motero bebe agua con la camiseta del Betis y una bufanda del Atlético en la cintura. José Ignacio, de Amurrio, parece hippy y me pide fuego y me comenta que los abetrzales le pintaban los caballos al padre de Abascal.

Dice que se ha levantado a las cinco para venir a Vistalegre. Su autobús hizo tres paradas en Vizcaya y se llenó. Cuenta José Ignacio que el mismo padre de Santiago Abascal era el líder de una cuadrilla que integraba a todo el que venía de fuera "de Vascongadas".

Se llamaba "El Follón" y Santiago Abascal lo confirma en WhatsApp. De repente hay nervios, dicen que Abascal sale con megáfono y lo hace en altavoz y apoyado en una estatua mala de un toro. El personal sabe que se queda fuera, sí, y aplaude.

"Un mismo corazón y un mismo desastre"



Entonces es cuando saco la papela de periodista y me cuelan donde buenemente pueden. Es amable el de seguridad y en el 'walkie' alguien habla entrecortado algo de Morante. Entro en un burladero de nombre "Paco Camino" y ya asisto al discurso de Rocío Monasterio. Dice que nos "une un mismo corazón y un mismo desastre".

Después de dejar el atril, el speaker y su traductor al lenguaje de signos dan cuenta de los asistentes: destacan, además de Dragó y el padre de Monedero, Morante de la Puebla y otros; y es entonces cuando la plaza retumba con un "torero, torero".

En el escenario, las letras de VOX pasan del verde al rojigualda cuando hablan Rocío Monasterio -VOX Madrid-, Ortega Smith, que cita hasta Lepanto, y cuando llega Abascal, al que algún tendido le vuelve a gritar.eso de "torero, torero". Abascal lleva americana y asiente con los dedos en forma de OK. Antes, cuando Monasterio, se ha hecho un pantallazo de Puigdemont y la plaza fue un bufido democrático. Monasterio ya ha enardecido al personal y no cabe un alfiler.

Abascal ha hablado de todo 

Después, Abascal se mostró tranquilo y los tendidos asentían con rutina funcionarial. Dicen que Abascal ha estado "guay, como siempre". Los que no se van al pueblo o vuelven más tarde hablan de "lindes".

Santiago Abascal durante su intervención en el acto de VOX.

A la salida, las bufandas son de la Selección. Abascal ha hablado de todo y dicen algunos medios que sólo habló de inmigración. Abascal ha pedido elecciones ya, y y el autobús que se vuelve a Albacete, a 15 euros, le da la razón aparcado en doble fila. Los que vuelven sonríen.

No han dejado entrar a Vistalegre a un señor con un polo de la Guardia civil. De principio a fin ha estado en la puerta. No lo dejaron entrar, no, le pidieron "orden y ley" desde la organización. Y ahí siguió el hombre. Fumando un Fortuna que le dieron desde la organización.