Una vez resuelta ya la sucesión de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, el Partido Popular se prepara para el relevo de Xavier García Albiol al frente del PP de Cataluña, su plaza más difícil. El PP pasó de ser un partido residual en Cataluña a prácticamente extinguirse en las elecciones del 20 de diciembre, cuando pasó de tener 11 escaños a solo tres. Por el camino se dejó más de 165.000 votos que, en gran medida, sirvieron para catapultar a Inés Arrimadas como la líder indiscutible del bloque constitucionalista en Cataluña.

El presidente del partido en la región anunció este viernes que renunciaba a su escaño y a la presidencia del PP para volver a intentar hacerse con la alcaldía de Badalona. Hasta ahora, nadie quiere hacerse con la vacante, "esa manzana envenenada", según describen a EL ESPAÑOL fuentes del partido. El portavoz en el Parlament, Alejandro Fernández, es quien más papeletas tiene para aspirar a suceder a Albiol aunque, de momento, no se ha pronunciado al respecto.

Pablo Casado presidirá este lunes en Barcelona la Junta Directiva regional que convocará oficialmente el congreso extraordinario del que saldrá el sucesor de Albiol. En esta quiniela están también dos nombres de mujer: Andrea y Dolors.

La vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, que tiene escaño en el Parlament, suena como candidata. La diputada entró a formar parte del comité de dirección del PP nacional en junio de 2015, cuando Mariano Rajoy quiso rejuvenecer su equipo más cercano. Los conservadores también sitúan en muy buen lugar a la actual portavoz en el Congreso de los Diputados, Dolors Montserrat, que ha defendido con ahínco su doble condición de catalana y española.

Las dudas se despejarán a partir del lunes. Sin embargo, las fuentes consultadas por este periódico reconocen que no es fácil que alguien quiera asumir este papel "con el partido en los huesos y Ciudadanos tan potente". Es ponerte para quemarte", aseguran. Al conocer los pésimos resultados electorales cosechados en los últimos comicios, el propio Albiol habló de un "mal, muy mal resultado".

En busca de un "perfil potente"

Ahí ya puso su cargo a disposición del partido, pero entonces Rajoy le pidió que aguantara hasta ver cómo se desarrollaban los acontecimientos ante el desafío secesionista, sin saber que apenas cinco meses después sería desalojado de la Moncloa. Tras la tormentosa salida del Gobierno y la convocatoria inmediata de un congreso nacional, Albiol esperó a que hubiera nuevo líder para dar un paso atrás y ceder su puesto para que otro compañero sea quien intente recuperar parte del electorado perdido.

El PP tiene otro frente abierto en Cataluña: aún no ha encontrado un candidato atractivo que sea capaz de amortiguar el efecto que ha provocado el desembarco de Manuel Valls en Barcelona. Los conservadores se han negado a renunciar a sus siglas y están en pleno casting. Buscan un "perfil potente", alguien que sea capaz de "volver a ilusionar" y que presuma de las siglas del Partido Popular.

Roces con Santamaría

Albiol siempre fue partidario de haber aplicado mano más dura contra los independentistas. Durante el tiempo que el Ejecutivo de Rajoy mantuvo viva la operación diálogo en Cataluña, el barón catalán se mostró contrario a alguna de las decisiones que tomaron Soraya Sáenz de Santamaría y el delegado del Gobierno, Enric Millo, el hombre en Cataluña más cercano a la entonces vicepresidenta del Gobierno.

Una vez que Albiol ha abierto el melón de su sucesión, dirigentes del PP de todas las autonomías alaban su figura. "Es verdad que el partido está en mínimos históricos, pero ha aguantado mucho en unas circunstancias muy difíciles. No sé si otro lo hubiera hecho mejor", resume otro barón.