1. ¿Se ha aprovechado Manuel Valls de Ciudadanos?

"Manuel Valls le ha metido un gol por la escuadra a Albert Rivera". "A Ciudadanos no le ha quedado más remedio que tragar". "Valls se ha aprovechado del partido que ha ganado las elecciones catalanas para presentarse a las municipales con una plataforma 100% socialista". "Cs se diluirá en la candidatura de Valls". "Valls llega con el mito del catalanismo novecentista a cuestas". "Valls es Pasqual Maragall, y Pasqual Maragall era nacionalista". 

Son algunos de los comentarios y titulares que han podido oírse y leerse durante los últimos días en Cataluña. Buena parte de ellos irradiados por TV3, Catalunya Ràdio y la prensa digital separatista. Pero esa es la visión de la operación Valls del separatismo, comprada luego de forma acrítica y sin preguntar el precio por los medios de izquierdas de la capital. Y entre ellos por El País

Una visión, en cualquier caso, incompatible con otro tipo de afirmaciones habituales durante los últimos días y también propagadas por TV3 y los medios digitales catalanes: "Manuel Valls es un centralista radical". "Valls es un fracasado". "Valls, el que se manifestaba con Sociedad Civil Catalana". 

En realidad, la operación Valls es una jugada de manual desde la óptica de Cs. Como explica el periodista Iñaki Ellakuría en Letras Libres: "Los liberales tienen más que ganar que perder. Albert Rivera, que en un primer momento intentó controlar la operación Valls, necesita en su plan para llegar a la Moncloa gobernar en una de las grandes ciudades y Barcelona es junto a Madrid y Málaga donde más posibilidades tiene. Si gana Valls podrá arrogarse ese triunfo político, al haberlo apoyado desde el inicio; si en cambio fracasa en las urnas tendrá la opción de descargar todo el peso del fracaso en el candidato y en una coalición en la que Cs ha aceptado tener un peso relativo".

2. ¿Es Manuel Valls un nuevo Pasqual Maragall, es decir un socialista equidistante?

"El análisis está equivocado", me dice una fuente muy cercana a la cúpula de Cs en Madrid. "Hay dos Pasqual Maragall. Uno es el Maragall alcalde, que proyecta la ciudad de Barcelona hacia el futuro y le permite dar un salto olímpico, en los dos sentidos de la palabra. El segundo Maragall es el loco de atar autonómico que sienta las bases para todos los problemas que han llegado después". Es el Maragall que volvió de su exilio en Roma convertido en un nacionalista identitario más. El Maragall que se sacó de la manga un Estatuto de Autonomía que nadie, ni siquiera el independentismo, pedía en Cataluña en aquel momento. 

"Maragall volvió de Roma con unas ideas delirantes. El maragallismo que defiende Valls es el de la primera etapa, como es obvio para cualquiera que le escuche con atención", añade mi fuente. 

No deja de resultar llamativo, en cualquier caso, que el separatismo intente desprestigiar a Valls atribuyéndole la genética del Maragall de la segunda época cuando es precisamente ese Maragall el más cercano ideológicamente a sus postulados. Quizá pocos movimientos ideológicos han sido tan conscientes de lo tóxico de sus planteamientos como el nacionalismo catalán cuando utiliza sus propias ideas como arma arrojadiza contra sus rivales.  

3. ¿Está Valls formando un equipo 100% socialista?

"Esos socialistas de los que tanto se habla, algunos de ellos procedentes de la órbita del primer Maragall, son gente que ahora vota a Ciudadanos", señala mi fuente de Cs. Y entonces, ¿por qué se siguen definiendo públicamente como socialistas? "Por el viejo temor de la izquierda a aceptar su transición ideológica hacia el centro y el centro-derecha. Son gente que si no está en Cs es porque no se han atrevido a dar ese paso públicamente. Pero te puedo asegurar que nos votan a nosotros. El socialismo no nacionalista está ahora en Ciudadanos", añade. 

"Esos viejos socialistas del equipo de Maragall, además, siguieron a rajatabla el plan de José María de Porcioles [el alcalde que sentó las bases de la Barcelona moderna y que más tiempo ocupó el cargo durante el franquismo] cuando ocuparon la alcaldía. Eso es algo que ellos jamás reconocerán, pero que tampoco negarán", dice mi fuente.

"Hay que recordar que el último alcalde del franquismo en Barcelona fue Josep Maria Socias Humbert [reconocido como uno de los mejores alcaldes de la ciudad a pesar de su breve paso por el consistorio —diciembre de 1976 a enero de 1979—]. Y Humbert, acabó colaborando con la administración municipal democrática en la órbita del PSC" recuerda mi interlocutor. 

4. ¿Cuál es el plan de Valls para la batalla por Barcelona?

En el equipo de Valls hay, en cualquier caso, tantos maragallistas de la primera ola como gente de Cs. ¿Por qué, entonces, ese miedo, a integrarse abiertamente en el partido naranja? "Valls prefería una plataforma abierta para arrastrar a esa izquierda que coincide con las ideas de Cs, pero que no se atreve a votar 'a la derecha'. Nosotros no sólo le hemos pegado un buen bocado al PP, sino también al PSC. Si ahora Valls le pega un bocado mayor, nosotros encantados", reconoce mi fuente.

El PP, de hecho, corre peligro de quedar fuera del consistorio. Lo dicen muchos de los sondeos de voto que se están realizando durante las últimas semanas. En el caso del PSC, el riesgo es mucho menor, pero el impacto de Valls en ese viejo electorado socialista que se identifica más con el constitucionalismo de Celestino Corbacho que con el nacionalismo apenas disimulado de Miquel Iceta está aún por ver. 

El cálculo de Valls es, en cualquier caso, meridiano. Cuenta con el 100% del voto de Cs, con una buena parte del voto del PSC y, en función de la evolución de la campaña, con una buena parte del electorado del PP. También cuenta con rascar algunos miles de votantes de los comunes desencantados con la deriva bolivariana de la administración de Ada Colau, e incluso con parte del electorado moderado de la vieja CiU. 

5. ¿Se integrará el PP en la candidatura de Valls?

"El PP ha hecho lo mejor que podía hacer para el proyecto de Valls: anunciar que se presentará con sus propias siglas", dice mi fuente. "Y eso aunque la mayoría de las encuestas auguran su salida del consistorio. Pero no te extrañe nada si al final, a última hora, renuncian a presentarse y piden el voto para Manuel Valls".

La jugada sería redonda para Valls. Evitaría identificar su candidatura con el PP durante la mayor parte de la campaña electoral, algo que podría ahuyentar a sus votantes socialistas más refractarios a la derecha, pero contaría con sus votos en la recta final de la carrera

6. Pero, ¿Valls es liberal o socialista? 

"Valls será el primer alcalde jacobino de la Barcelona democrática", dicen en Cs. "Esa es la verdadera revolución. Porque Valls no es de izquierdas. ¡Tú eres más de izquierdas que él! Lo que pasa es que Valls lleva todo la vida en el partido socialista y pertenece a esa tradición de la izquierda francesa para la cual la palabra socialismo todavía tiene un peso enorme. Si él quiere decir que es socialista, que lo diga. A nosotros no nos incomoda".

7. ¿Cuáles son los cálculos electorales de Valls y Cs?

Cs tiene difícil ganar a pelo la alcaldía de Barcelona, incluso en el caso de ganar los comicios con un resultado tan claro como el de Inés Arrimadas en las autonómicas de diciembre del año pasado. "Es que la alternativa de Cs son los independentistas unidos a Colau. Pero con Valls arrastraríamos al centro-izquierda", calculan en la sede del partido naranja.

La aritmética del consistorio barcelonés es diabólica. Los independentistas suman ahora mismo 18 escaños, a sólo tres de la mayoría absoluta (CiU: 10; ERC: 5; CUP: 3). Ada Colau cuenta con 11 concejales. Ciudadanos tiene 5. El PSC, 4. Y el PP, 3. 

Ningún partido se aproxima ni por asomo a la mayoría absoluta. El independentismo contará muy seguramente con los votos de Ada Colau si la alternativa es hacer alcalde a Manuel Valls. Y el PSC no dudaría en optar por un nuevo tripartito (ERC + Colau + ERC) si los números dieran. Las opciones de Valls son complicadas, y de ahí la necesidad de obtener un resultado extraordinario que no deje duda alguna de quién es el candidato alfa barcelonés.  

8. ¿Por qué es importante la batalla de Barcelona?

Barcelona es prioritaria para el separatismo. Sin ella, el independentismo queda reducido simbólicamente a un mero movimiento rural hegemónico en ciudades medianas y pequeñas, pero minoritario en las grandes urbes y en los grandes centros productivos, culturales y financieros catalanes.

"Barcelona y sus tres coronas son 5.200.000 habitantes de una comunidad total de 7.500.000. Si ganamos Barcelona, reventamos al independentismo", dicen en Cs. "Valls tiene una idea sobre una gran Barcelona. Una Gran Barcelona que incluya esos 32 municipios que orbitan a su alrededor. Porque Valls quiere extender sus políticas a esos 32 municipios. Si ganamos Barcelona, hemos derrotado al separatismo. Es una apuesta fuerte y arriesgada para Cs, pero si sale bien, el separatismo está vencido".

9. ¿Qué ha cambiado en Barcelona?

"El tiempo se ha acelerado en Barcelona. Hay gente que era influyente y que ya no lo es. Todo ha cambiado muy rápidamente", dicen en Cs. Pero, ¿qué quieren decir con ello? "Queremos decir que el voto de Isabel Coixet puede arrastrar el voto de su madre, pero a poca gente más. Valls cree, sin embargo, que esa gente es importante. Bueno, es su idea. Nosotros creemos que las cosas han cambiado, pero si lo quiere intentar, que lo intente. En cualquier caso, no se pierde nada".

Valls, es cierto, apeló durante la presentación de su candidatura al mito de la Barcelona novecentista, la de Eugeni d'Ors, Joaquim Sunyer, Carles Soldevila, Pau Casals, Aristide Maillol o Narcís Oller. El candidato habló, en definitiva, de un catalanismo que no renuncia a España y que se restringe al ámbito cultural, mientras política y socialmente se proyecta hacia Europa. Una visión, en realidad, no tan alejada del europeísmo liberal de Cs: "Lo que se enfrenta en Barcelona es el europeísmo liberal, es decir la democracia liberal clásica, contra el populismo antieuropeo. Esa es la verdadera batalla de Barcelona".

10. ¿Hay encuestas internas?

Sí, y los partidos las guardan bajo llave. Las de los partidos mayoritarios coinciden, sin embargo, en dos puntos clave: una fuerte subida de Cs, incluso sin Valls, y un desplazamiento previsible en el sector constitucionalista de entre un 3% y un 6% de los votos hacia la candidatura de Valls . Lejos, en cualquier caso, de los mejores resultados del Maragall alcalde. Pero en plena batalla por el primer puesto y, en el rango superior de los resultados de los partidos constitucionalistas, de la alcaldía.