Cada vez hace más calor en el Senado, literal y figuradamente. En el amplio y luminoso pasillo desde el que se accede al pleno, en varias de las dependencias de la institución y, especialmente, en el hemiciclo, convertido en una parrilla en la que este martes fue asada sin contemplaciones la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Los cocineros fueron los senadores del PP, que controlan el termostato gracias a la mayoría absoluta que tienen en la cámara. 

El PP cargó contra la ministra en las preguntas de la sesión de control al Gobierno y cambió el orden del día para debatir y votar este mismo martes la reprobación de la ministra. En teoría era por su gestión del apoyo jurídico y económico al juez Pablo Llarena, al que el independentismo busca encausar ante la justicia belga. Pero todo el protagonismo se lo llevaron las polémicas grabaciones de hace nueve años en las que cuando era fiscal hablaba del Fernando Grande-Marlaska (entonces juez, hoy ministro del Interior) como un "maricón", así como su relación con el excomisario José Manuel Villarejo. 

Dolores Delgado es reprobada en el Senado

"Sabemos que no son las cuestiones fundamentales de la política. Y que si a cualquiera, a mí el primero, me pillaran el whatsapp, me mataban. ¡Me mataban! Pero le ha tocado a ella. Una vez que han salido, tienes que aguantarte o irte. Es como el chiste. "Mamá, quiero galletas". "Cógelas". "¡Pero si no tengo manos!" "Pues, si no hay manos, ¡no hay galletas!", explicaba un senador del PP. Los populares, gracias a su mayoría absoluta, tenían la sartén por el mango. Y les daba igual que Delgado tuviera muy difícil la defensa. Para ella, no había galletas. 

El horno se encendió a las 16:00. Con puntualidad. Los nueve ministros que tuvieron que responder a las preguntas de la oposición salían rápidamente del hemiciclo tras hablar, para no chamuscarse. No se paraban con la prensa y abandonaban, rodeados de cámaras, el edificio rumbo a sus coches oficiales. Nadie quiere pillarse los dedos con una defensa cerrada de Delgado. Nadie sabe qué nuevas grabaciones saldrán mañana. 

Marlaska, al que Delgado se refirió en privado como "maricón", dijo que los hechos importan más que las palabras. Efe

Delgado tuvo que responder a tres preguntas de la oposición, pero el principal encontronazo lo tuvo con el PP. "Sólo es víctima de sí misma", dijo la senadora Cristina Ayala en el debate de la reprobación, a última hora de la tarde. 

La ministra estuvo a punto de perder los nervios al responder a la senadora popular Esther Muñoz, del PP, que además es portavoz en la comisión de Justicia de la Cámara Alta. Estaba muy tensa y en varios momentos alzó la voz, rozando el grito. 

"No le voy a contestar porque usted no lo merece", dijo Delgado en un momento de su intervención. "Señora Muñoz, todavía portavoz de, ¿qué es? ¿De Justicia?", se preguntó después. "Se lo tengo que explicar despacito para que usted lo entienda", siguió. "Se lo explico, porque creo que está usted en Justicia, o algo así", espetó a la portavoz en la comisión de Justicia, una muestra de escaso respeto. 

El final de su intervención fue todavía más tenso. "Lo que no puede hacer el Poder Ejecutivo es intentar interferir en el Poder Judicial, como ustedes han hecho sistemáticamente. Y por eso han tenido que ser reprobados Un ministro de Justicia, un Fiscal General del Estado… ¡de ustedes!", clamó un par de horas antes de ser reprobada ella misma. 

"¡Di-mi-sión! ¡Di-mi-sión!", gritaban los senadores del PP, mientras el PSOE se revolvía en sus asientos. "Está sobrepasada, muy afectada", explicaba después uno de los portavoces socialistas que había hablado con ella. 

La tarde acabó con el resultado previsto. PP, Ciudadanos y Foro Asturias reprobaron a la ministra con sus 149 votos, contra los 82 de la mayoría de los socios de la moción de censura. Al filo de las 20:30, tras la votación, el PP ya había cenado, el Gobierno salía tocado y la ministra Delgado, que no asistió al debate sobre su reprobación, no sabía cuánto aguantaría como ministra.