Bruselas

Mientras el Parlamento catalán sigue cerrado por las desavenencias entre los independentistas, el grupo de JuntsxCat ha vuelto a reunirse este miércoles en Bruselas para estar cerca de su líder, Carles Puigdemont, huido en Bélgica desde hace casi un año. Al encuentro ha acudido también el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que no descarta abrir las cárceles para que salgan los políticos presos en caso de una sentencia condenatoria del Tribunal Supremo.

"Estoy dispuesto a llegar tan lejos como llegó el president Puigdemont" para lograr la independencia de Cataluña, ha dicho Torra en una rueda de prensa conjunta con el expresidente fugado. Puigdemont promovió el referéndum ilegal del 1 de octubre y la declaración unilateral de independencia por parte del Parlamento catalán el 27 del mismo mes, que no fue reconocida por ningún país del mundo y tras la que el Gobierno de Mariano Rajoy aplicó el artículo 155 y destituyó al Govern.

Torra sostiene que él no se debe ni a la Constitución ni al Estatuto, sino únicamente "al pueblo de Cataluña a través de su representante legítimo que es el Parlament", cuya voluntad de independencia ya se expresó el 1-O y el 27-O. "Mi única obediencia y mi única lealtad es al Parlament de Cataluña", ha asegurado el presidente de la Generalitat. Y lo único que acepta negociar con el Gobierno de Pedro Sánchez es "un referéndum de autodeterminación vinculante, consensuado con el Estado y reconocido internacionalmente".

Quim Torra dispuesto "a llegar tan lejos como Puigdemont"

Sobre los políticos presos, Torra ha insistido en que "no aceptaremos ninguna sentencia que no sea la libre absolución de los encausados". ¿Significa eso que abrirá las cárceles a los políticos presos como ha sugerido en varias entrevistas?, le han preguntado los periodistas hasta en cuatro ocasiones. El presidente de la Generalitat ha optado por las evasivas, pero en ningún momento ha descartado este escenario.

Las ofertas de Sánchez y Pastor, insuficientes

También se le ha interrogado sobre si convocará elecciones anticipadas en ese momento. "No contestaré a ninguna de esas preguntas. Será el pueblo de Cataluña el que las contestará. Si las sentencias no son absolutorias, entiendo que el pueblo de Cataluña será el que acabará expresando la decisión que debemos tomar y eso lo haremos en el Parlament. Yo, interpretando el sentimiento de los catalanes en esos momentos, propondré a la cámara la decisión que crea que hay que tomar", ha afirmado.

Torra ha vuelto a tachar de insuficiente la oferta de Sánchez de celebrar un "referéndum de autogobierno" en Cataluña sometiendo a votación un nuevo Estatuto. Y pese a que él mismo admite que no se siente vinculado por la Constitución, se ha quejado de que desde el Gobierno socialista lleguen "amenazas" de activar de nuevo el 155. "No es la mejor de las formas de iniciar este diálogo franco, sereno y constructivo", que según el presidente de la Generalitat debe ser "como el que mantuvieron los Gobiernos de Reino Unido y Escocia o de Canadá y Quebec".

Tampoco le convence la invitación de la presidenta del Congreso, la popular Ana Pastor, para que presente allí su proyecto independentista. "Cuando me invitan a cenar, siempre intento saber antes si voy como invitado o soy el primer plato. Nosotros no sabemos más, supongo que recibiremos una invitación formal con las condiciones del debate, en función de lo que se proponga tomaremos nuestra decisión", alega Torra.

Torra se resigna a no ser recibido en la UE

Pese a su presencia constante en Bruselas (ha venido cuatro veces desde que llegó al cargo), el presidente de la Generalitat no tiene previsto pedir reuniones con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, o del resto de instituciones de la UE. Sabe que sus planes de secesión no serán bien recibidos por los dirigentes comunitarios. "Tenemos muy claras las reglas de la diplomacia internacional, de los clubs de Estados. La aspiración de Cataluña a convertirse en un miembro más de ese club de Estados comporta esas enormes dificultades diplomáticas", ha dicho Torra.

El presidente de la Generalitat ni siquiera ha intentado solicitar encuentros con Juncker, ni con el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, ni con el del Consejo Europeo, Donald Tusk, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes de las tres instituciones. Los líderes catalanes tenían una interlocución fluida con los dirigentes de la UE -como la que todavía mantiene el lehendakari, Íñigo Urkullu, hasta que Artur Mas lanzó el proceso independentista en 2012.

El presidente de la Generalitat ha monopolizado esta vez todo el interés de los periodistas en la rueda de prensa. Pese a ser el primero en tomar la palabra, Puigdemont ha quedado en segundo plano. Se ha limitado a pedir una participación "masiva" en la Diada del 11-S, se ha quejado de la decisión del Supremo de rechazar las recusaciones promovidas por él ("era previsible", ha dicho) y ha negado las informaciones aparecidas en la prensa catalana según las cuales el año pasado no informó a su entonces vicepresidente, Oriol Junqueras, de su decisión de fugarse a Bélgica.

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