No ha habido una sola autocrítica en un discurso que ha durado más de una hora. Mariano Rajoy se presentó ante los suyos como un espejo en el que había que mirarse a partir de ahora que el PP "escribe su futuro". El todavía líder pidió en su última intervención como presidente del partido mirar hacia atrás "con orgullo" para enfrentar el futuro tan incierto para una formación poco acostumbrada a cambios tan bruscos. Y prometió "ser leal" a un partido al que piensa seguir perteneciendo "siempre. Me aparto pero no me voy", advirtió.

El todavía presidente del PP reivindicó su gestión, sobre todo la labor que desarrolló para frenar el golpe separatista en Cataluña y que tanto criticó Pablo Casado durante su campaña. "Hemos tenido que enfrentarnos a una declaración de independencia. El Gobierno y el PP le hicimos frente. A algunos les parecía muy fácil, pero no fue fácil. Se hizo y se hizo bien", recalcó ante la atenta mirada de Soraya Sáenz de Santamaría, candidata a sucederle y 'número dos' de ese legado que los compromisarios aplaudieron a rabiar.

Rajoy quiso recordar solo las cosas buenas de esta larga travesía y lo escenificó cuando agradeció a su mujer Viri que se hubiera ocupado de todo mientras él se dedicaba a la política. "Nunca hubo ningún reproche. Y si lo hubo, lo he olvidado". El líder del PP se olvidó también de mencionar, aunque solo sea para entonar el mea culpa de qué fue lo que pasó para estar hoy aquí, los escándalos de corrupción que han sumido al PP en una absoluta división. Solo dijo que España estaba mejor hoy que cuando él llegó al Gobierno y presumió de no haber cedido nunca al chantaje de ETA.

Vuelo de cuchillos entre Sáenz de Santamaría y Casado en la recta final

"La política es ingrata"

En su intervención, recordó que lo que más le ha gustado en la vida ha sido ser político, aunque "la política es ingrata. Y en esta vida nada se olvida tan rápido como lo bueno y nada pasa tan lento como los errores". Errores que evitó enumerar. El expresidente del Gobierno pidió a todos "estar preparados" porque "los españoles os necesitan y os esperan", aunque no quiso pronunciarse públicamente qué proyecto de los dos que hoy aspiran a presidir el PP es mejor para conseguir este objetivo. Casado es mucho más próximo al proyecto que lideró José María Aznar -que no fue ni invitado ni nombrado en el congreso- y Santamaría está íntimamente ligada al marianismo.

El discurso triunfalista de Mariano Rajoy empaña -consciente o inconscientemente- la campaña electoral del candidato Casado, que se presentó ante la militancia como el aspirante que quiere hacer las cosas de otra manera y romper por fin con el continuismo con el que el partido ha perdido tres millones de votos. Delegados afines a la candidatura del vicesecretario reconocieron al término de esta primera jornada que "el discurso de Rajoy beneficia a Soraya". Sin embargo, confían en "el pálpito de que la gente quiere cambio de verdad" para dar la vuelta al marcador y convertirse en los vencedores este sábado.

"¡Presidente, presidente!"

El vicesecretario de Comunicación llegó al hotel madrileño donde el PP celebra su convención acompañado de Adolfo Suárez Illana y fue recibido con una gran ovación al grito de "¡presidente, presidente!". Casado rechazó cerrar una lista de unidad con su contrincante y pidió a los compromisarios que voten con el corazón. Las dos candidaturas insisten en tener la victoria asegurada pero lo cierto es que este sábado solo ganará uno: o Casado o Santamaría. El aspirante a suceder a Rajoy pasó toda la mañana de este viernes en casa, "ultimando los dos discursos". El primero lo pronunciará antes de que los 3.082 compromisarios llamados a las urnas voten entre uno u otro. El segundo sería su primer discurso como presidente del PP.