Una sentencia permite a los Sanjurjo devolver los restos del militar golpista al mausoleo en honor a los caídos que el franquismo levantó en Pamplona. De allí salió, junto al general Mola, en noviembre de 2016, previo acuerdo del Gobierno de EH Bildu con otras fuerzas políticas, entre ellas el PSOE. El fallo judicial vio la luz esta semana y ya navega por los despachos de la Fundación Francisco Franco y la Ejecutiva de Ferraz. Unos y otros desmigan el texto en busca de argumentos que les otorguen razón en torno a la posible exhumación del dictador, prevista por Pedro Sánchez para este mes de julio.

El veredicto del magistrado es claro: si los Sanjurjo quieren -los Mola no recurrieron el traslado-, podrán devolver el féretro al monumento pamplonés. Una afirmación que, alejada de las circunstancias de ambos casos, podría insuflar fuerza moral a los partidarios de que Franco continúe en el Valle de los Caídos. Nada más lejos de la realidad. Las características de una y otra construcción abren un abismo entre los destinos de Sanjurjo y el dictador, que tomó las riendas del "alzamiento" tras su muerte en un accidente de avión.

La sentencia del contencioso administrativo pamplonés menciona una razón capital. Los generales Mola y Sanjurjo también yacían en un mausoleo franquista, pero no en un lugar preeminente, sino en una cripta. De ahí que resalte este rasgo: "No accesible al público".

La ubicación de Franco nada tiene que ver. Figura en el centro de la basílica de Cuelgamuros, destaca poderosamente sobre el resto de las víctimas allí enterradas y suscita peregrinajes y "exaltación", aspecto prohibido a tenor de la ley de la Memoria Histórica alumbrada por Zapatero en 2007. Esta es la principal diferencia entre uno y otro caso. Un argumento que, según ha sabido este diario, ya maneja la Ejecutiva socialista aconsejada por sus abogados.

Una diferencia capital

Los aposentos de Mola y Sanjurjo, desde los años sesenta, formaron parte del monumento de más de 14.000 metros cuadrados -hoy sala de exposiciones- que diseñó el franquismo en la capital navarra. Varias décadas antes de que llegara la ley del PSOE, se tapió y el habitáculo se hizo invisible a ojos de los visitantes. Aunque propiedad del Ayuntamiento, eran los Caballeros Voluntarios de la Cruz -adscritos a la Iglesia y a quienes se cedió el uso- además de los familiares, los únicos que podían entrar. Por eso el juez no ha percibido "exaltación": "No será de aplicación cuando las menciones son de estricto recuerdo privado".

"La condición de las personas allí enterradas -Mola, Sanjurjo y media doce de víctimas nacionales- no puede tomarse como mención o símbolo", resume el juez. Y una vez más, cobra una importancia clave el "allí", referido a esa cripta cuyo acceso restringido ha considerado suficiente la Justicia para no aplicarle la ley de la Memoria Histórica.

La tumba de Mola -antes de ser exhumado- en la cripta de Pamplona. Iván Aguirre

La sentencia, en otro orden, lanza un aviso a Pedro Sánchez. El Gobierno socialista sabe que deberá mostrarse meticuloso en el procedimiento legal. La alcaldía de EH Bildu no lo hizo y sus defectos de forma -fina y rápidamente detectados por los abogados de la familia Sanjurjo- han contribuido a su derrota jurídica. A pesar de que el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con la Iglesia -titular de la cripta-, su actuación no se ajustó a derecho, aunque esto poco tiene que ver con lo que pueda ocurrir en el Valle de los Caídos.

"Más allá de todo esto, la exhumación queda garantizada hasta por el propio decreto con el que Franco levantó el Valle a principios de los cuarenta. Él no es ningún caído", relatan las fuentes socialistas consultadas por este periódico. Una condición que ha blindado a José Antonio Primo de Rivera. La intención del PSOE es "reubicar" al fundador de Falange dentro del propio mausoleo, aunque en un lugar que lo iguale respecto al resto de víctimas.

La tumba de Mola en Pamplona con la inscripción macabea en el techo. Iván Aguirre

Sí ha sorprendido a los socialistas el párrafo que dedica el magistrado a la simbología de la cripta que alojaba a Mola y Sanjurjo: "No tiene en la actualidad finalidad exaltatoria". Sobre el féretro del primero de los generales ponía: "Navarra a Mola". En el otro: "Su pueblo a Sanjurjo". Y en el techo: "Porque más vale morir en combate que no ver el exterminio de nuestra nación y su santuario". Un lema de los macabeos que los sublevados convirtieron en salmo de guerra durante la contienda. "Eso ya depende del juez que te toque", reconoce un portavoz del PSOE que ha seguido de cerca el proyecto de exhumación.

Desde que Pedro Sánchez desgranó sus intenciones, la familia Franco ha reiterado que se opondrá a la mudanza de su ascendiente. La sentencia de Sanjurjo le brinda, como precedente, la oportunidad de recurrir, aunque con unas expectativas que muy poco tienen que ver.

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