El Partido Popular ya ha puesto fecha al congreso extraordinario de donde saldrá el sucesor de Mariano Rajoy: será el 20 y 21 de julio en Madrid. Los conservadores se han reunido este lunes en una Junta Directiva Nacional para dar el pistoletazo de salida a la carrera de la sucesión y marcar el calendario de la campaña interna.

Cualquier militante del PP puede presentarse si reúne el aval de 100 militantes. Los precandidatos tendrán hasta el 22 de junio para presentar sus candidaturas. La campaña interna empezará un día después y se alargará hasta el 4 de julio a las doce de la noche. Aquellos militantes que quieran participar en este proceso deberán inscribirse antes del 25 de junio a las 14,00 horas. Las asambleas donde se votarán a los compromisarios y a los precandidatos se celebrarán en toda España el 5 de julio, entre las 9,30 y las 20,30 horas. 

Tras una ovación de más de un minuto, el todavía líder del PP ha asegurado que hay que apurar los plazos para que "en septiembre, con la nueva etapa política, el PP esté perfectamente organizado para esa etapa de oposición". Para justificar que los tiempos sean tan cortos, el expresidente del Gobierno ha dicho ante los suyos que el Partido Popular tiene que "contar cuanto antes con ese presidente al que puedan apoyar con generosidad".

Rajoy ha recordado que "estamos arrancando un proceso de renovación y puesta a punto en nuestro partido. No se trata solo de escoger al nuevo presidente, se trata de plasmar a través de esa elección nuestro renovado compromiso de servicio hacia los españoles". 

El presidente anunció que no se decantará por un candidato u otro. "No quiero ni debo designar a un sucesor, no voy a ejercer una decisión que os corresponde solo a nosotros. No voy a señalar a nadie con el dedo ni veta a nadie, no voy a influir ni condicionar lo que tiene que ser vuestra libre elección".

Además, renegó el dedazo que le aupó hasta lo más alto del Partido Popular. "No tengo ni sucesores ni delfines, todos han trabajado mano a mano conmigo, en todos he encontrado una lealtad inquebrantable mas allá de lo que legítimamente podría esperar. A nadie podría distinguir con una referencia porque sería cometer una enorme injusticia con todos los demás", añadió.