El Gobierno todavía no ha recibido el beneplácito de los cinco diputados del Partido Nacionalista Vasco para aprobar las cuentas del Estado que se votarán definitivamente durante la tarde de este miércoles en el Parlamento. Una de las condiciones que exigían los nacionalistas para dar su voto afirmativo era que el Ejecutivo de Mariano Rajoy levantara el artículo 155 de Cataluña. Sin embargo, el gabinete del presidente del Gobierno se resiste a publicar todavía el nombramiento de los consellers huidos o encarcelados que ha propuesto el president Quim Torra. Según el acuerdo que el Senado sacó adelante, el 155 decae en el mismo momento en el que el nuevo Govern tome posesión.

Robles, convencida de que el PNV apoyará los presupuestos

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha reconocido en los pasillos del Congreso de los Diputados que "estamos analizando la viabilidad" de esos nombramientos, especialmente después de que el Tribunal Supremo reconociera que esos consellers "no pueden ejercer su cargo ni tomar posesión". La 'número dos' del Ejecutivo central tampoco ha querido acotar en el tiempo hasta cuándo se puede prorrogar esta situación extrema en la que el nombramiento del Govern no es publicado en el Boletín Oficial de la Generalitat. "El pleno del Parlament se constituyó en enero y estamos a finales de mayo. ¿Y me pregunta por el tiempo en el que se elaboran informes por otras instituciones? Pues qué quiere que le diga", respondió.

El Gobierno echó la culpa de esta situación extrema que vive Cataluña al president Torra. "Él sabe lo que hay que hacer para poner fin al 155", recordó Santamaría: "Si quiere que se levante tiene que tomar posesión un nuevo gobierno", añadió. Además, insistió en que Torra puede "recurrir lo que considere oportuno" si considera que el Ejecutivo está incurriendo en una ilegalidad.

El presidente del Gobierno llegó al Parlamento este miércoles pasado el mediodía para votar en uno de los debates más importantes del año. Mariano Rajoy evitó durante todo el martes a la prensa para no dar la cara tras la detención de quien fuera su compañero, Eduardo Zaplana. El Gobierno es "realista" y cruza los dedos para que el PNV finalmente claudique y vote a favor de unas cuentas que ayudarían al jefe del Ejecutivo a agotar la legislatura.