El Partido Popular de Madrid se resiste a que sea Mariano Rajoy quien "imponga" el nombre del candidato a suceder a Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad de Madrid y del partido regional. De forma oficial, todos los miembros del partido madrileño asumen que la dirección nacional es quien designa candidato. Sin embargo, en privado son muchos los que ven en el presidente en funciones, Ángel Garrido, "el único" relevo posible para llegar hasta las elecciones de 2019.

El PP de Madrid no ha despertado todavía del shock con el que amanecieron el miércoles, cuando se viralizó un vídeo en el que se ve a Cifuentes robando dos cremas en un supermercado. Los defensores de que sea Garrido el sucesor natural de Cifuentes alegan que es un hombre "que tiene en la cabeza tanto la Comunidad como el partido". Un hombre del PP de Madrid "que no tendrá ningún reparo en dar un paso atrás si en unos meses Rajoy quiere otro cartel para las elecciones".

Rajoy decidirá quién será el próximo presidente de Madrid

En la dirección nacional del PP se han dado "un tiempo" para buscar entre la bancada azul de la Asamblea madrileña "un candidato limpio", "alguien a quien no le salte ningún escándalo" de aquí a las futuras elecciones de la primavera del año que viene. Pero sigue sin haber ningún nombre encima de la mesa. 

"No hay tanta cantera para elegir"

Los defensores de la candidatura de Garrido recuerdan que en los tres años que lleva esta legislatura en marcha han salido ya más del 40% de los 48 parlamentarios que tomaron posesión de su acta tras ganar en 2015. Teresa de Jesús nunca imaginó cuando ocupó el número 75 en la lista electoral de Cristina Cifuentes que acabaría ocupando un escaño. "No hay tanta cantera para elegir", coinciden varios diputados populares madrileños.

La figura de Ángel Garrido encaja perfectamente en el perfil que la dirección nacional busca para Madrid, al menos de forma interina. Lo único que "le resta" es ser el hombre de confianza de Cifuentes. El aparato nacional pretende borrar todo rastro del cifuentismo para "empezar una nueva etapa", como ya adelantó el presidente Mariano Rajoy minutos después de que la baronesa presentara su dimisión.

Un "militante" al servicio del partido

En su primera comparecencia pública como presidente en funciones, Garrido se puso a disposición del partido. Él se definió a sí mismo como un "militante" al servicio de su partido que "acataré la decisión" que dicte Rajoy. Él mismo reconoció que para él tampoco es cómodo asumir las riendas de la Comunidad de Madrid, "no me habría gustado estar hoy aquí" y evitó polemizar con la dirección nacional del PP: "La dirección del candidato es de la dirección nacional y de su presidente".

Lo único que Garrido ha pedido a Rajoy es celeridad para designar a la persona que asumirá el puesto de Cifuentes después de que en Génova dijeran que es un trámite que se tomarán "con calma". El PP de Madrid está viviendo una "verdadera agonía" y quieren que "se resuelva cuanto antes".