Bruselas

España corre el riesgo de convertirse de nuevo en el enfermo de Europa debido a la crisis catalana. En el resto de la UE, el crecimiento económico vive una fase de "fuerte aceleración" y alcanzará este año el 2,3% de media (2,2% en la eurozona), su nivel más alto desde hace 10 años. El número de empleos marca máximos históricos, mientras que la tasa de paro ha caído hasta el 7,5%, una cifra que no se veía desde 2009. Las finanzas públicas de los Estados miembros se estabilizan y por primera vez en años los riesgos económicos están equilibrados, en lugar de decantados a la baja, según las previsiones de otoño publicadas este jueves por la Comisión Europea.

En contraste con el panorama optimista, casi de euforia, que Bruselas dibuja para la UE, sobre la economía española pesa la incertidumbre de la crisis catalana. El Ejecutivo comunitario prevé un crecimiento del 3,1% este año, que se ralentizará al 2,5% en 2018 y al 2,1% en 2019. Todavía por encima de la media comunitaria y mejorando la anterior previsión de primavera.

Pero estas cifras son en realidad papel mojado: el Ejecutivo comunitario todavía no ha incorporado el impacto económico del desafío secesionista en Cataluña. Considera que es demasiado pronto para poder calcularlo, pero lo reconoce como un riesgo que puede frenar el crecimiento.

"Hasta ahora, las reacciones de los mercados han sido muy limitadas. Existe el riego de que la evolución futura de la situación pueda tener un impacto, más bien limitado, sobre el crecimiento. Pero no podemos anticiparlo en este momento. No podemos especular sobre tal o cual escenario político. Por eso consideramos que en este momento el impacto macroeconómico es limitado o incluso insignificante.", ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en respuesta a una pregunta de EL ESPAÑOL.

Sus servicios aducen dos razones principales para no incluir la crisis catalana en sus cálculos. La primera es que hasta la fecha de corte para procesar los datos, el 23 de octubre, los indicadores no detectaban ningún impacto negativo. En ese momento, todavía no se había aprobado la declaración unilateral de independencia en el Parlament catalán, ni se había activado el artículo 155, ni se había producido la huida a Bruselas de Carles Puigdemont ni la prisión preventiva para la mitad de su Gobierno.

Mucha incertidumbre en España

El segundo motivo es el alto grado de incertidumbre. El impacto económico de la crisis catalana podría oscilar entre el 2,2% y el 0,2% del PIB, según las estimaciones realizadas hasta ahora por otros órganos como el Banco de España, la Airef o el propio Gobierno de Mariano Rajoy. Es un rango "muy amplio" que no se puede incorporar al escenario central de crecimiento sin información adicional.

"La única manera sería posicionarse. Por ejemplo, decir si la incertidumbre perdurará todo el año 2018, y eso ya implica tomar una decisión sobre el escenario político. Las instituciones que ya incorporan el impacto de Cataluña se están posicionando en una situación en que la incertidumbre no se va a prolongar más allá del primer trimestre. Pero teniendo en cuenta que el 21-D son las elecciones, eso podría cambiar", explican las fuentes consultadas.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, dice que la crisis catalana costará 5.000 millones EFE

El ministro de Economía, Luis de Guindos, sí que ha incluido ya en sus previsiones el impacto de la crisis catalana. Calcula que costará 5.000 millones de euros (el 0,5% del PIB) el año que viene. "En ausencia del tema catalán, el crecimiento de la economía española en 2018 hubiera estado muy próximo al de este año", ha dicho este jueves en su valoración del informe de Bruselas. Según el Gobierno, España crecerá el 3,1% este año, pero se desacelerará hasta el 2,3% el que viene. 

"Hay un elemento de incertidumbre, que es sin duda Cataluña. Pero si lo superamos como estoy convencido de que lo vamos a superar, la economía española va a continuar con un ritmo de crecimiento fuerte", sostiene el ministro de Economía. Guindos cree además que España podría situar su déficit público ya este año por debajo del umbral del 3% que marca el Pacto de Estabilidad. Eso significa que escaparía en 2018 del proceso sancionador por déficit excesivo de la UE y tendría más margen de maniobra presupuestaria.

También Moscovici confía en una "sorpresa positiva" en el déficit español de este año. Su previsión lo sitúa en el 3,1%, pero no descarta que acabe por debajo del límite. "No tengo dudas de que el déficit español continúa bajando mucho y de que España saldrá muy pronto del procedimiento por déficit excesivo", ha asegurado el comisario de Asuntos Económicos. 

Nueva fase de la recuperación en la UE

"Hemos entrado incontestablemente en una nueva fase de la recuperación económica europea", ha proclamado Moscovici en su rueda de prensa. La recuperación empezó hace ya cinco años, pero hasta ahora reposaba en un crecimiento moderado, cuyos efectos no llegaban a sentirse en la vida cotidiana de los ciudadanos, según ha admitido.

Moscovici cree que la recuperación ha pasado a una nueva fase Yves Herman/Reuters

"Hemos pasado a la velocidad superior, por encima del 2% del PIB. Y con ella, las buenas noticias llegan en numerosos frentes. Europa alcanza un nivel de empleo históricamente elevado, reduciendo el paro a su nivel de 2009. Las inversiones aumentan de forma más rápida. Los déficits públicos vuelven a su nivel anterior a la crisis", sostiene el comisario de Asuntos Económicos. 

En 2018, este crecimiento continuará beneficiándose de la reducción de la incertidumbre política en Europa (a la espera de lo que ocurra en Cataluña), el optimismo de los actores económicos, la creación de empleo y un aumento de la demanda mundial que seguirá fuerte. Ni siquiera la apreciación del euro modificará sustancialmente el panorama, según el análisis de Bruselas. Por encima de la media crecen Polonia (3,8%), Holanda (2,7%) y España (2,5%). Alemania avanzará un 2,1%, Francia un 1,6%, e Italia un 1,5%.

Eso sí, Moscovici admite que, pese a las buenas noticias, la recuperación es más débil que las que siguieron a otras crisis económicas. Eso se ve sobre todo en el estancamiento de los salarios y una inflación por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo; y en el elevado nivel de deuda pública, el 87% de media en la eurozona. Siete países están por encima de esa media: España, Bélgica, Grecia, Francia, Chipre y Portugal.

En cuanto a los riesgos, los más importantes son los externos: las tensiones geopolíticas en Corea del Norte, el proteccionismo en Estados Unidos o un ajuste desordenado en China. Al mismo tiempo, el crecimiento en Europa podría ser mayor del previsto si la aceleración económica genera un círculo virtuoso.