Guillermo Gortázar (Vitoria, 1951) llega al restaurante Kon-Tiki en Madrid. Allí se reunía con otros miembros del Partido Comunista de España, hasta 1975. Quince años después, y tras mudar de ideología, se unió al Partido Popular. Con Aznar fue diputado entre 1993 y 2001.

"En el Congreso, me llamó la atención el discurso hostil, de enemigos, en lugar de adversarios". Gortázar es crítico con la izquierda, pero también con la derecha. Ataca a los separatistas catalanes, y, a veces, también a Mariano Rajoy: "El presidente en lugar de ejercer liderazgo, deja que los problemas se pudran y se resuelvan solos, cuando al final se agravan".

En su nuevo libro Bajo el Dios Augusto, del que es coordinador y co-autor junto a los historiadores Antonio Manuel Moral Roncal, José Manuel Cuenca Toribio, Alfonso Bullón de Mendoza y Pedro Carlos González Cuevas, plantea los problemas a los que se enfrentan quienes rebaten el "relato simplista de izquierdas de la Historia de España que que se ha implantado en muchos departamentos universitarios", que están regidos, según advierte, por profesores que se consideran "los guardianes parciales de la historia".

Pone como ejemplo el reciente discurso de Pablo Iglesias en la moción de censura a Rajoy en el Congreso. El líder de Podemos disertó sobre historia de la Restauración, citando en repetidas ocasiones a Antonio Cánovas del Castillo: "Fue un discurso antiguo, siguiendo tesis olvidadas de Tuñón de Lara, con una serie de tópicos manidos de las posiciones de izquierda más primitivas". A Gortázar le sorprende que Rajoy no contestara. "El señor Rajoy no considera que el discurso histórico sea relevante. En el Gobierno están siempre en lo urgente, que es la prima de riesgo, el titular más o menos escandaloso del día siguiente... Pero lo importante, no lo urgente, es el universo cultural y de valores que definen a una sociedad".

La pasividad de la derecha

Gortázar pasó ocho años como diputado y once como secretario nacional de Formación del PP. De esa época recuerda que un alto cargo del PP le confesó: "Lo propio de la derecha es la economía, tenemos que asumir que la educación y la cultura es de la izquierda".

El historiador critica al presidente del Gobierno por no cumplir con su promesa de 2011 de modificar o derogar la Ley de Memoria Histórica, una normativa "desdichada" que "enfrenta a una España contra otra". "Lo humanitario, que es la búsqueda eventual de cadáveres de personas asesinadas durante la Guerra Civil, que por cierto afecta a ambos bandos, se podía haber resuelto con una partida presupuestaria, no con una ley ideológica que trata de fijar una muy discutible versión de la historia".

El comienzo del uso político del franquismo en política lo sitúa en 1993, cuando Felipe González, preocupado por el ascenso de Aznar, le acusó de ser heredero de Franco. "El drama de España es que la historia se convierte en un elemento de la agenda política de la izquierda contra la derecha, y la derecha casi siempre está a la defensiva o mirando a otro lado".

Tergiversadores de la historia

"La historia política en Cataluña se utiliza aún de una manera más exagerada y enloquecida". Gortázar cuenta que hace poco cenó con unos colegas de Barcelona y explicaban que en la enseñanza media catalana y universidades "la versión que se ofrece es que la Guerra Civil fue una guerra de España contra Cataluña y que los españoles les invadieron, y que la Transición y la monarquía se montaron en el año 78 con la finalidad de someter y explotar a los catalanes".

Gortázar explica que las ocasiones en las que una parte de los catalanes ha querido romper con España ha coincidido con "un momento de debilidad política de la Corona (1640 o 1700) o del gobierno de la Nación: 1931, 1936, 2015”.

Según el historiador, la actual debilidad e inacción del Gobierno del PP se incrementa por el "escaso y confuso apoyo del PSOE". "Ambos partidos, más Ciudadanos, representan casi al 70% de los españoles y bastaría una solemne declaración conjunta en el Congreso para frenar el bochornoso espectáculo del gobierno de la Generalitat".

Gortázar echa la vista atrás para analizar el pacto de Puigdemont con la CUP: "Es como si Cambó hubiera tenido que pactar con la CNT en los años 30. La CNT, la FAI, y el resto de extremistas que no tenían nada de republicanos, y que una vez estalló la Guerra Civil, lo que hicieron fue exterminar a los partidarios de Cambó".

La Historia, reducida al siglo XX

En 1492 Cristóbal Colón descubría América. Ese mismo año culminaba la Reconquista. En el siglo XV llegaban el Renacimiento a España y el impresionante imperio de los Austrias. "Esta es una historia que apenas se cuenta, por no hablar de nuestra apasionante historia medieval. Ahora los docentes se centran demasiado en el pasado reciente", lamenta Gortázar. "Del mismo modo que en la España de Franco existía una enseñanza parcial de la historia y no se mostraba la época liberal, ahora también resulta muy parcial, pues se enseña sólo el siglo XX”.

El historiador lamenta la imagen negativa del pasado que, en parte, domina en España cuando considera que hay muchos más motivos de orgullo que de autocrítica. De eso precisamente se ocupa el libro Bajo el dios Augusto. Y asegura que los políticos son responsables de esa situación al abonar unavisión negativa de la Historia de España: "Debe ser que, mirándose a ellos mismos, consideran que España está muy mal; pero es una enfermedad propia, de la clase política, no del país ni de su Historia".