La exministra de Cultura Carmen Calvo apoya la candidatura de Pedro Sánchez al liderazgo del PSOE. "La situación del partido es, por desgracia, delicada", explica en conversación con EL ESPAÑOL. "Nos jugamos mucho y lo que Pedro propone para reformular el partido por dentro y posicionarlo políticamente donde debe estar coincide exactamente con lo que yo creo que debe ser una organización política", asegura. 

Calvo es doctora en Derecho Constitucional por la Universidad de Córdoba e imparte clases en esa misma universidad. Allí regresó tras 15 años centrada en la actividad política. Fue consejera de la Junta de Andalucía (1996-2004), ministra en el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2007), diputada en el Congreso, donde ocupó la vicepresidencia de la Mesa, y en el Parlamento andaluz. Con ella, Sánchez tiene ya el apoyo de tres exministras. las otras dos son Cristina Narbona (Medio Ambiente) y Beatriz Corredor (Vivienda).

La exministra admite que conoce a Sánchez desde hace poco, pero también que lleva un tiempo "suministrando documentos e ideas" a su candidatura, principalmente en materia de feminismo y cultura. Al aspirante al liderazgo le une un diagnóstico compartido de los problemas del partido, que pasa por cuestiones ideológicas, estratégicas y de organización.

"Me interesa mucho que Pedro piense que hay que reforzar la democracia interna, que los militantes tienen que sentir que el partido es suyo y que tienen el control a través de mecanismos de democracia directa. Eso es imprescindible, refuerza el partido y lo hace más maduro", según dice.

El debate ideológico que se merece el PSOE

Pero el debate en el PSOE va mucho más allá de la relación de las bases con sus dirigentes. "Creo que mi partido hace ya tiempo que tenía que haber hecho un buen debate ideológico en el que seguramente haya líneas de pensamiento y matices diferentes. Hay y siempre ha habido dos corrientes. Los hay que se sienten más a la izquierda y otros que menos. Pues bien: vamos a debatirlo y vamos a contarlo con votos", reclama. 

"Nuestra razón de existir es enfrentarnos a la derecha. No hay otra razón de existir para el socialismo democrático: poner a la derecha en su sitio y frenar los poderes que crean desigualdad. El siglo XX fue muy convulso y la izquierda se ganó su espacio a pulso. Tenemos que recuperarlo", pide. 

El PSOE debe volver a ser el partido útil para vencer a la derecha frente a Podemos, pero no puede ignorar su existencia y reivindicar sin más el carácter ganador de otras épocas socialistas, defiende la exministra.

"Tenemos que hacer las cosas bien y por partes. Desde la oposición hay que reposicionar al partido y preguntarnos por qué tantos votos se han ido a otros partidos, en particular a Podemos. Y, cuando toque, plantearnos qué compañero o compañera está en mejores condiciones para salir a pelear unas elecciones generales. Los datos de las encuestas son muy duros y lo peor que podemos hacer es un discurso atropellado y vernos ya en las elecciones generales", dice probablemente en referencia a Susana Díaz. 

El PP se tiene que acostumbrar a buscarse sus apoyos naturales, al trabajo democrático de convencer, negociar, ceder y respetar que todos los escaños valen lo mismo. Más cuando el PP está imputado como partido. La de la abstención era una decisión que sencillamente no podía asumir

Calvo considera que la abstención para permitir que Mariano Rajoy repitiese como presidente fue un enorme error. "El PP se tiene que acostumbrar a buscarse sus apoyos naturales, al trabajo democrático de convencer, negociar, ceder y respetar que todos los escaños valen lo mismo. Más cuando el PP está imputado como partido. La de la abstención era una decisión que sencillamente no podía asumir como militante. El PP tiene que encontrar sus aliados. ¡Mira cómo lo van a hacer en los Presupuestos! Acaban de apoyar los del PNV en el País Vasco y van a intentar sacar los del Estado adelante", recuerda. 

Calvo dijo que sí a Sánchez con una condición: que estuviese dispuesto a asumir con responsabilidad su condición de líder conformando un buen equipo y tratando de buscar a los mejores, explica. 

Pero el contraste es acusado. En el mitin de presentación de Díaz, los dos presidentes socialistas, Felipe González y Zapatero, pero también secretarios generales como Alfredo Pérez Rubalcaba o el vicesecretario Alfonso Guerra y referentes como Carme Chacón apoyaron a la andaluza. "Me parece que es lógico en relación a lo que ellos piensan que debe ser el partido y por lo que les he escuchado en sus declaraciones. Y estamos en una democracia, así que lo respeto. Pero todos los que estaban allí y los que no estábamos formamos parte de un partido con 180.000 militantes. Y nuestro voto vale lo mismo".

"He hecho todo lo que me ha pedido el PSOE"

Calvo asume las primarias "con naturalidad" frente a las voces que internamente desaconsejan el proceso para elegir líder por considerarlo divisorio. Y asegura estar muy pegada a la calle al no haber cruzado las puertas giratorias y haber vuelto a su plaza de funcionaria en la universidad. "Afronto este proceso con una enorme autoexigencia, con el propósito de ser la mejor militante de base que pueda. Y no he dejado de trabajar ni un solo minuto. He hecho todo lo que me ha pedido mi partido y porque me importa estoy en esto". La exministra espera contagiar, desde la candidatura de Sánchez, esa actitud a otros ciudadanos.

"Tenemos que lograr una mayor implicación de los ciudadanos en política y eso pasa por que los ciudadanos que militamos en partidos mejoremos nuestras organizaciones. 180.000 militantes para un país de 46 millones es poco. Los ciudadanos tienen que dar el paso, tienen que decidirse a transformar las cosas. Qué menos que hacerlo también desde dentro del partido", explica. 

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