"ETA nos ha dado la responsabilidad del desarme de su arsenal y, en la tarde del 8 de abril de ETA estará completamente desarmada". Esta frase, incluida en una información del periódico francés Le Monde, se ha convertido en el anuncio de la posible entrega de armas de la banda terrorista, que se hará efectiva supuestamente en los próximos días. El autor de la frase es el activista Txetx Etcheverry, detenido junto a otras cuatro personas el pasado diciembre en una localidad próxima a Bayona por aceptar la propuesta de la banda de destruir parte de su arsenal.

La mayoría de dirigentes políticos vascos le han dado credibilidad a este anuncio, incluyendo el líder abertzale Arnaldo Otegi, quien ha asegurado haber hecho gestiones también para que este supuesto desarme se lleve a cabo.  También el lehendakari Iñigo Urkullu, que ha pedido altura de miras.     

Este mismo viernes, el diario Gara publicaba una entrevista con el mismo Etcheverry en la que se mostraba menos concreto, pero insistía en que el desarme debe ser efectivo antes de las próximas elecciones francesas del próximo, 23 de abril: "Hay que cerrar este tema antes de las presidenciales".

Dos escenarios

"A partir de ahí, hay dos escenarios: o eso se hace con el Gobierno, y le hemos trasladado propuestas de manera directa e indirecta para cooperar y posibilitar un desarme ordenado y seguro, o será preciso que la sociedad civil, de la manera más compartida posible, lo haga. Insisto; no debería ser la sociedad civil la que se ocupara de esto, pero no podemos dejar que la situación se pudra todavía durante años. Si el Gobierno no asume su responsabilidad, nosotros lo haremos", explica Etcheverry.

Este activista, no obstante, no precisa el modo en el que será verificado que ETA entrega todo el material a su disposición. Explica que su implicación en esta cuestión parte de que él y otras personas ofrecieron su "disposición a ayudar a desbloquear la situación, en particular respecto al desarme". "Veíamos que los militantes de ETA estaban siendo detenidos al menor movimiento, cuando solo intentaban ordenar e inventariar su arsenal para permitir operaciones de desarme. Hubo un diálogo con la organización y concluyó en esta delegación política y técnica de la responsabilidad del arsenal, que queremos asumir hasta el fin, al desarme total".

La información de 'Le Monde' dice que ETA habría transmitido que quiere garantías de poder entregar las armas al Gobierno francés y hacerlo en presencia de "observadores imparciales", una alusión a la llamada Comisión de Verificación Internacional. El objetivo de los terroristas es que no puedan ser "utilizadas por el Estado español o por cualquier milicia que rechace cualquier escenario de desarme". No obstante, el Gobierno francés no se ha comprometido a nada. La agencia Efe, que cita fuentes de la lucha antiterrorista, informa de que ETA facilitará un listado de "zulos".

La entrega de las armas era la penúltima baza -junto con su disolución definitiva- que ETA mantenía para presionar al Gobierno. El acercamiento de presos a las cárceles del País Vasco y Navarra, y una salida 'digna' a su situación son sus grandes obsesiones.

El portavoz del Gobierno, desde la rueda de prensa del Consejo de Ministros, ha asegurado que "la posición del Ejecutivo desde diciembre 2011 es muy clara: ETA tiene que hacer dos cosas desarmarse y disolverse. Eso es lo que tiene que decir el Gobierno, no ha variado ni un centímetro su posición".

Hace tres años, en febrero de 2014, ya escenificaron un amago de desarme ante la denominada Comisión de Verificación, encabezada por Ram Manikkalingam. Los terroristas, rostros cubiertos, exhibieron en un vídeo emitido por la BBC un puñado de armas y explosivos inutilizados; después guardaron el pequeño arsenal en una caja de cartón que precintaron y se lo volvieron a llevar.

El armamento del que dispone la banda terrorista es una incógnita; ni sus jefes son capaces de localizar algunos de los zulos en los que los antiguos comandos ocultaban sus armas y explosivos. La Guardia Civil desmanteló la semana pasada en Irún (Guipúzcoa) un depósito con siete bidones de material explosivo; fuentes de la lucha antiterrorista precisaron que se trataba de una entrega del aparato logístico de la banda al comando Erreka. Y en octubre de 2016 se localizaron en Francia -en el marco de la operación Descubrimiento- otros dos bidones con 145 armas cortas.

Los últimos jefes de ETA

La banda terrorista respira su último estertor. David Pla e Iratxe Sorzábal, sus últimos jefes, fueron detenidos en Francia en septiembre de 2015. Ellos eran los protagonistas del vídeo en el que anunciaban el “cese definitivo de la actividad armada de ETA” en octubre de 2011. La Guardia Civil bautizó a esta operación con el nombre de Pardines, en memoria de la primera víctima mortal de ETA, el agente José Pardines, asesinado en 1968. 

Mikel Irastorza, un hombre sin experiencia dentro de la banda, asumió entonces el liderazgo de ETA. También fue arrestado en Francia en noviembre de 2016. 

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