Íñigo Errejón ya es consciente de que perderá la Secretaría Política y su puesto como portavoz parlamentario. Lo que no sabe todavía es qué decidirá Pablo Iglesias sobre su futuro en Podemos. Una incógnita que se despejará este sábado, 18 de febrero, cuando se reúna el Consejo Ciudadano Estatal. Parece que el secretario general al menos integrará en el Consejo de Coordinación -la ejecutiva que dirige el partido- al que hasta ahora ha sido su número dos. Cuestión distinta es qué ocurrirá ahora con los afines a Errejón. De esto último, de si los errejonistas son laminados, dependerá qué hace en el futuro su líder. 

El domingo, tras su derrota frente a Pablo Iglesias en Vistalegre 2, el hasta ahora secretario político de Podemos prefirió no dar un paso atrás y se puso "a la orden" del secretario general. Aunque recordó que las bases habían pedido "unidad", no quiso hablar de "purgas" cuando se le preguntó por esa posibilidad y se mostró conciliador. En otras palabras, dejó su futuro en manos de Iglesias. Para el líder de Podemos, esta actitud de Errejón es "una demostración de enorme elegancia", según declaraba en varias entrevistas. 

El futuro de Errejón tras Vistalegre II

"Decidirá el Consejo Ciudadano"

En esas entrevistas el mensaje de Iglesias sobre Errejón fue el mismo: cuenta con su hasta ahora número dos porque "tiene que seguir siendo un valor fundamental y estar en primera línea". Pero no aclara el lugar en que estará porque "depende del Consejo Ciudadano". La realidad es que dicho consejo está controlado por Iglesias y los suyos (37 de los 62 miembros). Cuando el órgano se reúna, el próximo sábado, se tomará y se hará pública la decisión de Iglesias sobre el futuro de Errejón. 

De las declaraciones de Iglesias y de varias fuentes consultadas se deduce que el plan del secretario general de Podemos es contar con Errejón en el Consejo de Coordinación (ejecutiva que controla el partido), pero de una forma testimonial, sin poder alguno. Como ya explicó este diario, en el documento organizativo de Iglesias refrendado por las bases se estipula que el Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano entre asambleas, decidirá tanto la composición del Consejo de Coordinación (ejecutiva), formado por "entre diez y veinte miembros", como las secretarías que tiene.

La opción más probable es que Iglesias acabe con la Secretaría Política que ha dirigido Errejón y también apueste, como publicó EL ESPAÑOL, por sustituirle por Irene Montero como portavoz en el Congreso. Eso sí, le mantendrá en la ejecutiva con un papel testimonial.

Además, Iglesias desvelaba este lunes otros planes más allá de lo que ocurra con Errejón: mantendrá en cargos de relevancia a los errejonistas Pablo Bustinduy y Rita Maestre; reforzará el papel en el partido de Miguel Urbán, de la corriente de Anticapitalistas, con quien "teníamos una deuda"; y, por último, quiere "feminizar Podemos" con cuatro mujeres que iban en su lista: la propia Irene Montero, la diputada y periodista Noelia Vera, la escritora y diputada Sofía Castañón y la vicepresidenta cuarta del Congreso, Gloria Elizo. 

La estrategia de esperar

Más allá de las declaraciones, lo que ha hecho Errejón desde el punto de vista estratégico es esperar a que Iglesias mueva ficha. Y después él mismo tomará una decisión definitiva. Antes, tiene que comprobar con hechos que, tal y como ha prometido Iglesias, habrá "integración" y "unidad" de las diferentes corrientes. 

Este lunes los afines a Errejón todavía estaban digiriendo su derrota, tan inapelable como dolorosa, frente a Iglesias. Ni una aparición pública. Apenas mensajes en las redes sociales. Se impone el silencio. Ahora todo el poder está en manos de Iglesias y los suyos y lo mejor es esperar qué deciden. 

Muchos trabajadores de Podemos son errejonistas y se han implicado en su corriente durante la última campaña. Ahora, esperan con angustia si hay represalias de los pablistas. La posibilidad más lógica, señalan consultadas por este diario, es que Iglesias no haga demasiada sangre (al menos por ahora) y que Errejón trabaje en el puesto en que le coloquen. Pero tampoco descartan la hipótesis más dramática. 

"Íñigo responde por todos los que están con él, tanto los cargos públicos como los empleados", afirman estas fuentes. "Y si Iglesias y los suyos decidieran purgarlos, quizás él tendría que dar un paso atrás y salir de la ejecutiva en solidaridad con ellos", exponen.