PSOE, PP y Ciudadanos han valorado positivamente el tercer mensaje de Navidad del rey Felipe VI, mientras los partidos de izquierdas y los independentistas no se han salido del guión y se han mostrado muy críticos con el discurso del monarca. 

El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, ha agradecido el contenido social del mensaje de Nochebuena, con la mirada más puesta en el futuro que en el pasado y en el que destacó lo que une a los españoles por encima de los que pueda diferenciarles.





Los socialistas coinciden con el monarca en la confianza en el país y en reconocer el esfuerzo que han hechos los españoles para enfrentarse a la crisis, y consideran "muy acertado" que el monarca haya hecho un llamamiento para luchar contra la desigualdad. 

Asimismo, el anuncio de Felipe VI ha sido aplaudido por el vicesecretario general de Comunicación del PP, Pablo Casado, para quien ha sido "optimista y ambicioso", con un "mensaje claro a los populistas y secesionistas", y por Ciudadanos, que considera que abordó "temas que son fundamentales para la España de hoy". La "valoración es positiva", dijo él vicesecretario general de C's, José Manuel Villegas.

Sin embargo, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, criticó el mensaje de Felipe VI afirmando que lo había podido firmar de principio a fin el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.



En un tuit Echenique asegura que a su juicio, Felipe de Borbón no logró representar a todos los españoles, ya que dejó fuera a millones de españoles que saben que la situación actual "no es una crisis, es una estafa".





Según el diputado aragonés si el rey escuchase a su pueblo "sabría que millones de españoles están señalando a los corruptos y a los privilegiados, así como a sus representantes parlamentarios, como la verdadera causa de tanto sufrimiento" y que "sabría que millones piden un cambio en las políticas ineficaces, injustas y deliberadas que han hecho tanto daño a España".



El dirigente de Podemos afirma que "un rey que dice lo mismo que el presidente del Gobierno... que no afronta las causas de los males de su pueblo,... cuyo único reconocimiento a la obvia plurinacionalidad de su país es saludar en cuatro idiomas, es un rey que ha elegido dejar de escuchar a la gente".

Las críticas también han llegado desde Cataluña. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, considera que el rey "no dijo nada de nuevo" en su intervención de ayer y ha reclamado que los catalanes "puedan expresarse con la misma libertad con la que lo hizo Felipe VI".

El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, ha aprovechado para reivindicar la creación de la república catalana. "Nuestra voluntad es tener las mejores relaciones con el Estado español y eso solo se puede conseguir teniendo una relación entre iguales con el "Reino de España". "La república catalana tendrá unas excelentes relaciones con el Reino de España", ha agregado.

El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, se ha sumado a las críticas al considerar "decepcionante" la "poca sensibilidad" y "comprensión" del rey hacia Cataluña.

La diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia se ha sumado a los reproches y ha criticado que fuera un "mensaje vacío" que, a su juicio, evidencia que el "Estado no tienen alternativa para Euskal Herria" y que ofrece lo mismo que en el pasado, es decir, "negación e imposición", "sumisión y dependencia".



Por su parte, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha afirmado que el mensaje fue "en lo social buenista, en lo político contradictorio y en lo territorial negacionista". Esteban ha dicho que el discurso del monarca fue "un poco como el 'día de la marmota', solo que, si Bill Murray en la película estaba 'atrapado en el tiempo", el rey parece que esta atrapado en el trono".

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