Si el domingo fue el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, quien en Sukarrieta tendió la mano al Gobierno de Mariano Rajoy y anunció que su partido entrará a negociar “sin complejos” los próximos Presupuestos Generales del Estado, este lunes le ha correspondido al nuevo Ejecutivo vasco, durante la toma de posesión de sus cargos, mostrar su predisposición al diálogo y la colaboración con la Administración central en la XI legislatura vasca recientemente inaugurada.

La pérdida de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy y ciertos gestos de restablecimiento de comunicación entre las partes anticipan un nuevo escenario de relaciones institucionales entre los Gobiernos central y vasco durante el segundo mandato de Íñigo Urkullu, que afronta los próximo cuatro años con el objetivo de alcanzar un nuevo estatus para el País Vasco mediante la consecución de un pacto con el Estado.

Tres consejeros, Arantza Tapia, Pedro Azpiazu y Estefanía Beltrán de Heredia, han aludido a ese espíritu de colaboración en los escasos cinco minutos de intervención en los que cada uno de los once miembros del Gabinete Urkullu ha repasado ante los medios de comunicación sus prioridades al frente de su Departamento.

“Son momentos de ayuda y colaboración más que de encerrase en uno mismo”, ha asegurado el titular de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu. El consejero ha ofrecido “trabajo, transparencia, cercanía y comunicación” y ha glosado como uno de sus principales activos su “experiencia” en las instituciones vascas y sus últimos 17 años como diputado en el Congreso y portavoz del PNV en materia económica, presupuestaria e industrial.

Entre sus retos ha enumerado el desbloqueo del Cupo, cantidad anual que el País Vasco paga al Estado para el mantenimiento de los servicios no transferidos a la comunidad autónoma. Las discrepancias entre ambas Administraciones han impedido su actualización mediante la requerida ley quinquenal y Madrid y Vitoria se disputan cerca de 1.600 millones de euros por las diferencias de valoración arrastradas desde 2007.

Es una de las prioridades del Gobierno de Urkullu, que el PNV piensa además poner sobre la mesa de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado y para el que el lehendakari ha elegido a un hombre de su partido bregado en la política española y con un alto nivel de interlocución dentro del PP. Azpiazu lo asume como su principal desafío, aunque no el único. “Tendré que pelearme con Montoro en el tema del Cupo”, ha dicho gráficamente mencionando que habrá un “montón” de retos más, que espera encarar con “compromiso y trabajo” y con el ánimo de que su experiencia “le sirva” como un valor en sí mismo en su etapa de consejero.

Arantza Tapia, al frente de la macrocartera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, también ha ampliado al Gobierno central la oferta de colaboración interinstitucional realizada a Diputaciones y Ayuntamientos. De hecho, ha anunciado que ya ha contactado con los cuatro ministros responsables en el Ejecutivo de Rajoy de las áreas que ella gestiona.

Tapia ha ganado peso político en el segundo mandato de Urkullu al anexionar a su abultado Departamento, responsable de la política industrial, las competencias en materia de infraestructuras y transportes, donde se engloba el trazado de la red ferroviaria de alta velocidad, la llamada Y vasca, la obra pública de mayor envergadura proyectada ahora mismo en el País Vasco. Asegurarse la financiación que permita completar las obras y lograr el soterramiento del tren a su entrada en Irún, Vitoria y Bilbao constituyen dos reivindicaciones esenciales para el Gobierno vasco.

La consejera ha aludido a que las obras del AVE vasco ampliará la interlocución que ya mantenía con los ministros de Economía, Industria ( ahora Energía) y Agricultura y Pesca al titular de un nuevo Ministerio, el de Fomento, bajo la gestión de Íñigo de la Serna.

Finalmente, Estefanía Beltrán de Heredia, consejera de Seguridad, ha mencionado también la vía del diálogo para superar los litigios judiciales abiertos por la Administración central contra las ofertas de empleo público de la Ertzaintza. La consejera se ha comprometido a “trabajar con el Gobierno de España para buscar acuerdo y entendimiento y desbrozar el camino de los recursos”.

SÓLO EN EUSKERA, SALVO EL CONSEJERO DE CULTURA

Los ocho consejeros nacionalistas y los tres del PSE-EE del recién nombrado Gobierno vasco han prometido sus cargos este lunes ante el lehendakari, Íñigo Urkullu, en el palacio de Ajuria Enea. Todos han utilizado la misma fórmula por la que se comprometen a cumplir con sus obligaciones de “acuerdo con la ley” y al “servicio de Euskadi”, pero los integrantes del Gabinete nombrados por el PNV lo han hecho solo en euskera, con la única excepción del consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, hasta ahora director de Deia.

Zupiria ha prometido su cargo tanto en euskera como en castellano, al igual que los tres consejeros nombrados por el PSE-EE , que a diferencia de sus compañeros del PNV han empleado las dos lenguas oficiales de la comunidad autónoma.

A continuación, el lehendakari, Íñigo Urkullu, ha anunciado “una gestión responsable, transparente, eficaz y abierta a la participación” y ha señalado como primeras tareas de su nuevo Ejecutivo la elaboración de los presupuestos de 2017, la realización de un calendario legislativo, la confección de un programa por Departamento acorde al contenido del pacto de coalición PNV-PSE-EE y la redacción de un plan de empleo y reactivación económica.

De “gestión eficaz” también ha hablado el consejero de Medio Ambiente , Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, que ha dotado además al Gobierno de “alma social”, la impronta que el PSE-EE se esfuerza por trasladar como propia al acuerdo programático suscrito con el PNV, y ha remarcado su afán de “servicio a la ciudadanía vasca”.

Por último, Josu Erkoreka, que conserva el cargo de portavoz del Ejecutivo, se ha esforzado en explicar los cambios terminológicos de su nueva cartera, denominada Gobernanza Pública y Autogobierno.

Ha incidido en que la incorporación del desarrollo estatutario al nombre del Departamento “no es novedoso”, puesto que en el Gobierno vasco ha habido desde siempre “una unidad administrativa” destinada a tal fin, y ha señalado que su recuperación para el título de la consejería obedece a que el autogobierno es uno de los cuatro pilares sobre los que sustenta el acuerdo programático alcanzado para esta legislatura.

En función de los “modernos” cánones de gestión, agrupados bajo la Gobernanza que le corresponde aplicar, Erkoreka ha prometido “transparencia” y “rendición de cuentas” por parte del nuevo Gabinete Urkullu.

El portavoz del Gobierno ha puesto fin a su intervención con un símil marinero sobre su situación personal tremendamente abierto en su interpretación. “Continuo navegando en los procelosos mares de la política”, ha comentado retrotrayéndose al camino que inició hace ya 16 años . Ha añadido a continuación que “la navegación tiene sus riesgos” porque se afrontan “grandes peligros y temporales”, pero que las “embarcaciones no se han construido para estar en puerto sino para navegar”. Erkoreka es quien tiene encomendado el papel de principal negociador con el Estado de las transferencias pendientes y la reforma estatutaria para la consecución de un nuevo estatus para el País Vasco.

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