Alfredo Pérez Rubalcaba bromeaba con que, "a ciertas edades", es reconfortante participar en un acto que se celebra en la Organización Médica Colegial de España. Su broma era casi humor negro. Tanto Rubalcaba como parte del poder institucional socialista estaba congregado en la sede de esa organización para la presentación de un libro cuyo prólogo ha escrito el exsecretario general del PSOE. A pocos metros de ese abarrotado salón de actos, en el edificio contiguo, había fallecido horas antes y de un infarto la senadora y exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, tres años mayor que el exministro de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Fue un acto extraño. Por el día, marcado por la muerte de Barberá, por el lugar, una organización médica y por que no estaba previsto que brillase ninguno de los responsables políticos que abarrotaban la sala. Aunque había muchos periodistas, los dirigentes querían dejar el protagonismo al autor del libro, Guillermo Fernández Martínez, un estudiante de periodismo que ha narrado los últimos años de la vida de su padre, el presidente de la Junta de Extremadura. 

Patxi López y Díaz, ¿pronto competencia?

La presentación del libro, en frente a los leones de la fachada del Congreso, reunió a buena parte del poderío actual del PSOE, con Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, a la cabeza. Junto al propio Vara y a Díaz se sentó en primera fila Patxi López, al que muchos ven como un candidato ideal al próximo congreso del PSOE, tanto como heredero del capital político y apoyos de Pedro Sánchez como por una posible alianza con la presidenta de Andalucía. Entre ellos todo eran sonrisas. 

También estuvieron dirigentes de la Gestora y del grupo parlamentario, como el portavoz Antonio Hernando, diputados como Eduardo Madina, Pilar Lucio, César Ramos, Ignacio Urquizu, Cipriá Ciscar, Jesús María Fernández o Ignacio Sánchez Amor. Hasta el expresidente del Congreso José Bono no se quiso perder el acto. Alejado últimamente de los focos, sonrió y saludó brevemente a la prensa y desapareció discretamente. 

Miquel Iceta y las fotos

La actitud contraria fue la de Miquel Iceta. Ni discreción ni brevedad. El líder de los socialistas catalanes, que horas antes había defendido a Cataluña como nación en un desayuno informativo en un hotel, llegó un poco tarde, pero dispuesto a hacerse todas las fotos del mundo. Exultante, se colocó cerca de la puerta, de manera que a su lado iban desfilando todos los dirigentes, como si fuese un besamanos de la "fraternidad socialista", como le gusta decir a Iceta. 

Muy comentadas fueron sus palabras al oído con Susana Díaz. El PSOE y el PSC no pasan por su mejor momento. Son partidos diferentes y están revisando su coordinación tras el "no" a Rajoy de los siete diputados catalanes en contra del Comité Federal, en el que participan. Iceta necesitaba esa foto y la tuvo, mostrando que las cosas no van tan mal. Iceta se besó y abrazó con todo el mundo, especialmente con Patxi López y el propio Vara, que fue a buscarlo y habló con él un buen rato. 

Díaz apenas habló con los periodistas, a los que saludó muy animada. Habló a la puerta y ante las cámaras para mostrar su pésame con el PP y la familia de Barberá, entre otros asuntos. "Cuando fallece un ser humano, a mí lo que me sale es el respeto y las condolencias a su familia". ¿Qué le parece que Unidos Podemos no haya participado del minuto de silencio en el Congreso? "Los que estamos en política somos seres humanos. Con aciertos, con errores, cuando alguien fallece, a mí no me sale otra cosa que tener respeto", pidió antes de cogerse el AVE de vuelta. 

Rubalcaba, prudente, comentaba con los periodistas la situación política y trataba de mandar mensajes de optimismo, al igual que Vara. Para algunos, esa presentación fue una congregación de antisanchistas. No en vano, había muchos extremeños y próximos a Vara, uno de los más críticos con Sánchez y el primero en pedir la abstención. Díaz, rodeada de su equipo, representa la nueva fuente de poder socialista y mantiene la expectativa de una candidatura al congreso. Para otros de los presentes fue una ocasión perfecta para ver y ser visto en una sala donde están muchos de los que decidirán el futuro del PSOE. 

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