Daniel Montero Alejandro Requeijo

Una de las estrategias más importantes para cualquier grupo de crimen organizado es lograr infiltrarse entre las autoridades del país donde se asienta. Eso es lo que llegó a lograr Pierre Conrad Dadak, el 'señor de la guerra' detenido el pasado mes de julio en Ibiza, donde había elegido instalarse para dirigir sus negocios. Así se refleja en el sumario de la 'operación Cardon' al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL: "Dadak cuenta entre los miembros de la organización con funcionarios de los Cuerpos de Seguridad".

A juicio de los investigadores, "este hecho queda acreditado en la secuencia que a posteriori se relata y en la que se deduce que un agente de la policía local en el ejercicio de sus funciones intercede y recibe un dinero a cambio de su actuación". Los informes policiales relatan un episodio sucedido el 7 de abril de 2015, cuando uno de los hombres de Dadak, llamado Roman, fue multado cuando circulaba con un Bentley por Ibiza.

500 euros para un policía local 

Su jefe estaba en el extranjero, pero le dio la referencia de un policía local de su confianza y le dijo que sacase 500 euros de un cajero para que se los diese a este agente. Las llamadas entre el escolta de Dadak y el policía de Ibiza reflejan que quedaron para verse a las afueras de la comisaría. Aunque en un principio el agente le dijo que portase sólo lo necesarios para pagar la sanción, las conversaciones posteriores de Roman -con el teléfono intervenido- recogen que el polaco le entregó finalmente al agente 500 euros doblados, mucho más que de la cuantía necesaria.

Escoltas a sueldo de Pierre Dadak.

La investigación da cuenta de la actitud extremadamadamente violenta que desplegaba este capo mafioso con todo aquel que osase a contrariarle. "¿Crees que la Policía o la Guardia Civil os va a proteger? Sois Gilipollas, joder. Dile que me entregue el dinero de inmediato u os mato. Os voy a matar a vosotros, a vuestros hijos, voy a coger una cuchara y te voy a sacar un ojo de la cara. [...] te voy a machacar amigo. Te vas a mear encima cuando me veas". Las palabras de Dadak, interceptadas por la Policía Nacional, iban dirigidas a quien había sido su abogado. 

La ira y el miedo a su anterior jefe le hizo incluso presentar una denuncia ante la Policía Nacional por amenazas, con el código 16957/15. El detonante fue el siguiente mensaje: “Te juro por la vida de mi madre que tu familia lo va a lamentar. Soy traficante de armas. Espero que hayas entendido mi mensaje. Ten cuidado con la gente que estás intentando extorsionar. Somos Pierre Dadak y Evgueni Novittsky (líder de otro clan mafioso y actualmente encarcelado en Suiza). Buena suerte”.

Un séquito de escoltas

No fue la primera denuncia que la policía española acumuló sobre la violencia de Dadak, rodeado de un séquito de escoltas y colaboradores con formación militar. Ya en agosto de 2012, a los pocos meses de asentarse en Ibiza, Oliver Albert Paul Van Den Driesshe acudió a comisaría para levantar el atestado 10553/12. Desde 2013, el sumario del caso refleja toda una amalgama de amenazas a los distintos rivales del clan polaco. "Devuélveme mi dinero, Devuélveme mi dinero o juro por Dios que ni siquiera la policía podrá ayudarte", le decía el vendedor de armas a un empresario holandés llamado David Heymans. Su hermano Adrián pidió prestado a Dadak tres millones de euros. Cinco años después, el capo polaco quería cobrar 4,8. 

La casa de Pierre Dadak en Ibiza.

Para ejecutar el pago, Dadak contrató a un detective privado francés para localizar a los activos de la familia. Por otro lado, envió a Holanda a uno de sus hombres de confianza, Salomon Lampie, para que extorsionara al deudor. “Págame dinero. Créeme David. De hoy en adelante va a ser cada vez peor. Va a ser una pesadilla, una pesadilla. Por 4,8 millones de euros te lo prometo va a ser una pesadilla. Podéis ir a la policía, podéis quejaros. Lo que sea. No me importa una mierda. Ya he estado en la cárcel, puedo volver. Jamás me voy a rendir. Nunca jamás.”

"Te voy a cortar las piernas"

Ante la nula respuesta de su interlocutor, el 7 de enero de 2016 Dadak opta por presionar al padre de Adrián Heymans, llamado John: “Te estoy esperando, pedazo de mierda hijo de puta.Te lo prometo. [A David] Le voy a cortar las piernas y acabará en una silla de ruedas”. La investigación del caso refleja que Salomon Lampie chocó después con los Ángeles del Infierno. El grupo motero le reclamaba 10.000 euros por un negocio anterior, por lo que Salomon intentó comprar un arma de fuego. "Si entra alguien le disparo", le dice a su hija en otra de las conversaciones intervenidas.

En otro de los episodios reflejados en el sumario, Dadak monta en cólera porque una página web tiene puesta a la venta su casa sin su consentimiento. El capo llama al teléfono de contacto de la web y tras varias gestiones descubre que tras ella se encuentran un ucraniano y un moldavo: “Se que estás en Ibiza, quedamos en 30 minutos donde tú quieras, pero vienes. Si vienes no habrá ningún problema pero si tengo que perseguirte por toda la isla, tendrás graves problemas", le espeta por teléfono a uno de ellos. Tras la cita, Dadak reclama 10.000 euros a cada uno por colocar las imágenes de su casa en la red y les da un día para reunir el dinero, antes de desatar su ira sobre ellos.

Las llamadas del sumario reflejan como días después, el "equipo de seguridad" de Dadak hace una visita a la oficina de los dos empresarios. El mensaje es claro. "Les hemos destrozado". Pese a esto, no existe una sola denuncia en dependencias policiales sobre el altercado.

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