Sevilla

La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, quiere ir fuerte a la cita del próximo sábado del comité federal. Por eso va a convocar tan sólo 48 horas antes una reunión de la ejecutiva regional y un comité director, el máximo órgano de decisión entre congresos. La convocatoria se produce coincidiendo con el último reto lanzado por Pedro Sánchez: la celebración de unas primarias para elegir al secretario general el próximo 23 de octubre y competir con quien crea que tiene un “proyecto mejor” que el suyo en el 39 congreso del partido.

 

El PSOE andaluz ya se ha pronunciado alto y claro sobre su rechazo frontal a las primarias y al congreso exprés que quiere Sánchez. La intención de este comité director puede ser reafirmarse en lo ya dicho, pero verbalizado por la propia Díaz, y para tener todo el respaldo para intentar frenar en el comité federal ese congreso con una demostración de unidad de la que es la federación de mayor peso en el partido. Pero Tal vez sirva también para abrir la puerta a otras opciones, como bien podría ser pedir la dimisión de Sánchez.

 

Aunque no se ha pronunciado la palabra dimisión, tras la Ejecutiva regional, el número dos de Díaz, Juan Cornejo, lo ha dejado caer: “No es el momento de un congreso sino de asumir responsabilidades políticas”. Con esta frase, tras los “nefastos” resultados en Galicia y en País Vasco, en el PSOE andaluz han venido a dejar claro que no sólo la maniobra de un congreso exprés no tiene cabida, sino que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, debería replantearse su situación. Por si quedaba alguna duda, nada mejor que recordar dos ejemplos: Joaquín Almunia y Alfredo Pérez Rubalcaba. Ninguno de los dos convocó congreso alguno.

 

Otra opción sería aceptar el reto de Sánchez, postularse y materializar ese pulso constante que mantienen desde hace meses en esas primarias. Sin embargo, eso es altamente improbable porque sería incurrir en una gran contradicción: su oposición a ese congreso se basa en que no debe celebrarse sin haber antes un gobierno, sería una “torpeza increíble” al coincidir en el tiempo con las terceras elecciones, lo que no sería entendido por el electorado que vería a un PSOE preocupado de sí mismo y que "ha tirado la toalla", y porque creen que es el momento de analizar la situación tras las sucesivas derrotas. Es más, en el PSOE andaluz lo que quieren no es un congreso exprés, sino uno con mayor carga de profundidad, un congreso “de refundación”.

Aunque el comité director puede ser escenario para grandes decisiones y existen antecedentes, como cuando el expresidente andaluz José Antonio Griñán anunció que dejaba el cargo y en este mismo comité, cedía el testigo a Susana Díaz, no parece de entrada que vaya a ser el caso.

 

Ante la previsión de que esto puediera suceder, el PP ha reaccionado rápido, y ya ha lanzado un ataque preventido: “Andalucía no se merece ser segundo plato de nadie”, ha asegurado el presidente del PP-A, Juanma Moreno, en alusión a las aspiraciones de Díaz.

Críticas a la propuesta de Sánchez

El rechazo del PSOE andaluz a este congreso se sostiene, además, en que fue precisamente Sánchez quien en abril promovió la idea de aplazarlo hasta que no hubiera gobierno. “No entendemos la prisas salvo que queramos extender una cortina de humo para camuflar el análisis de hoy que son los malos resultados”, ha aseverado Cornejo, que recordó que aquel aplazamiento sine die se aprobó porque les convenció y fue por unanimidad, por lo que no entienden “ese cambio brusco a qué obedece”.

Pero en el fondo sí tienen claro el porqué. “No es cuestión de personas. Las actuaciones se tienen que producir desde la generosidad y el interés general”, ha dicho Cornejo después de haber citado a Almunia y Rubalcaba. El mensaje es contundente, pero de ahí a que eso se transforme en una petición de dimisión en el comité federal del sábado, no se ha querido formular así. Allí será donde se estudie, se analice, se debata y se tomen decisiones, incluida esta propuesta de congreso exprés de Sánchez que, se ha planteado sólo en la comisión permanente de la ejecutiva federal.

“Es el momento de los análisis, parece que la dirección federal se quiere esconder detrás de un congreso exprés para no hablar de lo sucedido”, ha dicho, mientras ha lamentado los “pésimos” resultados obtenidos en las urnas. Un suma y sigue de derrotas encadenadas, ya que en esta etapa de Pedro Sánchez al frente de la secretaría general del PSOE, las únicas victorias que se puede apuntar en el marcador son las de Susana Díaz, como recuerdan desde la dirección andaluza.

 Encaje en el calendario

El calendario también juega en contra, según la tesis del PSOE andaluz. De celebrarse ese congreso, y de no haber gobierno, vendría casi a coincidir en el tiempo con la posible campaña de las terceras elecciones. Algo que consideran sería una “torpeza increíble” porque vendría a dejar en evidencia a un PSOE que “ha tirado la toalla” y que es un partido que sólo está pendiente de sus asuntos internos.

A estos factores se añade un tercero, el proyecto político del PSOE está “desdibujado” y la dirección andaluza cree que de haber un congreso este debe abordar un debate en profundidad sobre cómo está el partido, llegando incluso a utilizar el término de “congreso de refundación”. Eso requiere tiempo de preparación y no puede responder a un impulso, precipitándose con unas primarias un 23 de octubre y con el cónclave a principios de diciembre. Este cronograma también jugaría en contra o dificultaría cualquier aspiración de Susana Díaz, cuestión que siguen sin despejar y que se esquiva con un “eso le corresponde a ella”.

Si hay algo de lo que vienen quejándose reiteradamente distintos barones socialistas es en la falta de comunicación con Sánchez y por la falta de consenso en cualquier movimiento. A la de este congreso exprés, también se unió la pasada semana la pretensión de Sánchez de explorar la posibilidad de un gobierno alternativo. Cornejo ha expresado su “dolor y tristeza” por ver lo que está pasando en el partido, donde las decisiones ya no son compartidas. “No lo he visto nunca. Se toman decisiones de este calibre que afectan a toda la organización, militantes y votantes y no se hacen con un mínimo consenso”, ha criticado.

La ruptura de Podemos con el PSOE en Castilla-La Mancha también viene a reforzar la desconfianza que siempre han mantenido los socialistas andaluces respecto de la formación de Pablo Iglesias. No lo ven un socio fiable, porque creen que su objetivo es “acabar” con sus siglas.

 

 

 

 

 

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