Nueve cargos, cuatro partidos y una capacidad de acuerdo aún por testar protagonizan la primera batalla de la legislatura. Este martes, la actividad en el Congreso y el Senado echa a andar tras las elecciones del 26 de junio y en juego están la composición de sus órganos de gobierno, las Mesas de la cámara baja y alta.

En el Senado, donde el PP gozará de una cómoda mayoría absoluta, hay poco suspense. Pero en el Congreso de los Diputados hay partido y el sistema de votación, estricto e improrrogable, hace que la cuenta atrás para un acuerdo se detenga el mismo martes, cuando serán escogidos el nuevo presidente, los vicepresidentes y los secretarios de la cámara. En legislaturas sin mayorías, controlar los debates y la actividad parlamentaria es clave. Con la investidura de Mariano Rajoy en el aire, la negociación de esos puestos se convierte en una importante batalla. 

Tanto el PP como el PSOE pugnan por forjar un acuerdo con Ciudadanos. Si los partidos llegan sin ningún acuerdo a la votación, el reparto de fuerzas haría que el PP obtuviese la presidencia y cuatro puestos más (dos vicepresidencias y dos secretarías), mientras que el PSOE y Podemos tendrían una vicepresidencia y una secretaría cada uno.

El partido de Albert Rivera se quedaría en ese caso sin nada, pero los 32 escaños que tiene en el Congreso son decisivos para que prospere la estrategia del PP o la del PSOE. Y ambos partidos ofrecen a Rivera contrapartidas a cambio de un apoyo de muy distinta naturaleza.

PP: presidencia a cambio de un "sí"

Fuentes del PP explican que Ciudadanos podría obtener la presidencia de la cámara si Albert Rivera "fuese listo" y aprovechase para "sacar algo a cambio" de un apoyo a Rajoy que creen inevitable en uno u otro grado.

Dirigentes del partido creen que Rivera debería ligar la negociación de la Mesa a la investidura. "Una vez que se conforme el Gobierno, el resto pasará a un segundo plano y estar bien situado en la Mesa puede ser muy beneficioso para Rivera", explica uno de ellos.

El PP persigue que Ciudadanos pase de la abstención a Rajoy anunciada este miércoles al "sí" al presidente en funciones. El apoyo de Ciudadanos no es decisivo, pero cualitativamente muy importante. Permitiría al PP presentarse en la cámara con 169 votos a favor, a siete de la mayoría absoluta, y no sólo los 137 de su grupo. El PP ya no estaría solo y habría hecho parte de sus deberes. Podría conseguir otros apoyos, como los de Coalición Canaria o el PNV, pero también redoblar la presión para que el PSOE se abstenga y permita el fin del bloqueo institucional.

En el PP estarían encantados de ofrecer la presidencia de la cámara a Ciudadanos como parte de un acuerdo político más amplio que incluya el voto a favor de Rivera a Rajoy. "Ciudadanos debería dar el martes un sí en diferido a Rajoy", explican fuentes del PP. 

Sin embargo, hasta ahora Ciudadanos no ha dado muestras de estar a favor de este plan, ya que mantiene que no pasará de la abstención ya anunciada sin exigir condiciones de ningún tipo

PSOE: puestos en la mesa a cambio de Patxi López

Patxi López, el actual presidente del Congreso, asegura que el lunes hará las maletas, pero el PSOE promueve su nombre para repetir como tercera autoridad del Estado. Fuentes del PSOE confirman que sólo negocian con Ciudadanos y Podemos, pero no con el PP. La intención del PSOE es repetir el pacto de la anterior legislatura, forjado con Rivera y que permitió al partido naranja estar sobrerrepresentado en relación a su número de diputados. 

Rivera también se ha mostrado más partidario de repetir el esquema actual de la Mesa, con un presidente de diferente color al del jefe del Ejecutivo, puesto que le corresponde a Rajoy si es capaz de asegurar su investidura. Eso daría a Ciudadanos dos puestos en el órgano de gobierno parlamentario y al PSOE de nuevo la presidencia de la cámara. 

Los intereses de Podemos y CDC

Hay más elementos en juego en las negociaciones. Uno de ellos son los grupos parlamentarios que exige Podemos. Son cuatro, uno encabezado por Pablo Iglesias y otros tres para sus alianzas territoriales en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia. Podemos está dispuesto a apoyar al partido que le asegure esos cuatro puestos, pero de momento ni PP ni PSOE están por la labor de concedérselos, ya que multiplicarían sus altavoces parlamentarios. 

Convergència Democràtica de Catalunya también se juega en las decisiones de la Mesa algo importante: tener grupo parlamentario. Aunque tiene 8 diputados, tres más de los requeridos, no llegan al 15% de votos requerido por el reglamento de la cámara, lo que obligaría a la Mesa a hacer una interpretación flexible para concedérselo. Pero el PP tampoco está por la labor de echar una mano a un partido independentista y el PSOE, de momento, tiene dudas. 

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