El no a la investidura de Mariano Rajoy de la secretaria general del PSOE-A y presidenta andaluza, Susana Díaz, permanece inamovible desde la noche del 26J. Ni siquiera la petición que ha hecho uno de sus mentores, Felipe González, de que el partido se siente a negociar y que no obstaculicen un gobierno en minoría del PP, le ha hecho variar un ápice su discurso. Respeta su opinión, pero insiste: su partido no puede ser “cómplice del daño y el sufrimiento” que han ocasionado las políticas del Gobierno de Rajoy.

Si el consejo de González no ha causado la más mínima mella en su discurso, como tampoco lo ha hecho la postura de algunos compañeros de partido como el extremeño Guillermo Fernández Vara, menos aún la presión del PP. Los populares le han pedido responsabilidad y que mueva los hilos en el PSOE para favorecer la abstención que dé el Gobierno a Mariano Rajoy, convirtiendo así la sesión de control al Gobierno en el Parlamento andaluz en una previa del comité federal del PSOE.

El anzuelo para que Díaz picara es que un cambio hacia la abstención sería una prueba de esa “influencia” de la que ella presume que tiene en el partido y que arrime el hombro para dotar de “estabilidad” al país. “Demuestre el sábado su influencia y que trabaja en beneficio de Andalucía y de España”, le ha espetado el presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla.

La sesión ha sido bronca. Los resultados electorales dieron una victoria al PP en Andalucía que llevaba cuatro derrotas consecutivas. Por eso, crecido por los resultados de 23 escaños populares frente a 20 socialistas, Moreno Bonilla ha querido atacar a Díaz por lo que considera es su mayor defecto: la soberbia y la prepotencia.

Tres tópicos y Barrio Sésamo

Para Moreno Bonilla, el último escrutinio ha tumbado los tres tópicos sobre los que la dirigente socialista ha construido su discurso. Que era imbatible electoralmente, que Rajoy había provocado sufrimiento en los andaluces y ha sido el PP quien ha ganado, y que su derrota es el resultado del gobierno “negligente, incapaz e insensible” que ella preside y que se caracteriza por la falta de diálogo.

“Se presenta como una mujer de Estado, pero no ha tardado una semana en bloquear la situación política de España”, le ha afeado, recordándole que está volviendo a incurrir en un error al convertirse en la “baronesa del no”.

A Moreno Bonilla le molestó que el 23 de diciembre Susana Díaz le recriminara que no había aprendido nada de Barrio Sésamo cuando era pequeño. La líder socialista le recordaba entonces son socarronería si no había visto el capítulo en el que Coco decía que “ganar es ganar, perder es perder, más es más y menos es menos”. Ahora era su turno para devolvérsela: le ha preguntado si ahora ella prefiere Los Mundos de Yupi.

Para intentar menospreciar las posibles aspiraciones que pueda tener Díaz de dar el salto a Madrid, Moreno Bonilla le ha calificado de “estrella fugaz”, que alumbró durante un tiempo el “desierto” del PSOE, “pero el resplandor ha pasado y le toca ponerse el mono de trabajo por la estabilidad del país”, ha zanjado.

El negociador

Susana Díaz ha recriminado a Moreno Bonilla que haya adoptado el papel de “mediador” que Rajoy le ha ordenado, pero más aún que presuma de sus resultados. Le ha recordado que en Andalucía los populares no es donde mejores resultados ha obtenidos y le ha dicho que los andaluces no votan igual en las generales que las andaluzas. “Más prudencia y menos euforia”, le ha advertido.

En este punto, le ha recordado las elecciones autonómicas de 2012 en las que el PP, después de haber ganado unas generales parecía que iba a repetir el éxito en las autonómicas y ganó, pero no más que la suma de PSOE e IU. “Entonces se quedaron con la pancarta enrollada en el balcón y algunos tuvieron que devolver los trajes en el Corte Inglés”, ha ironizado, recordándole que “para ser Napoleón hay que ganar al menos una batalla, y yo veo a 'Platanito' pidiendo su oportunidad", ha apostillado Susana Díaz. Platanito fue un torero de segunda fila con el que siempre su antecesor en el cargo, José Antonio Griñán, intentaba descalificar al que por entonces era su rival en el PP, Javier Arenas. Díaz ha rendido así un homenaje a otro de sus mentores

Tampoco ha pasado por alto que apele a la estabilidad. Se refería así al informe Chilcot que analiza la participación de Reino Unido en la guerra de Irak y cuestiona la actuación del entonces primer ministro, Tony Blair, y del expresidente del Gobierno español José María Aznar. “La mayor inestabilidad es llevar a un país a un guerra con mentiras y engaños. El presidente de ese momento le dará risa, pero hoy estamos aún pagando y de qué manera. El único presidente que guarda silencio vergonzoso fue Aznar, hubo diputados que lo jalearon, y ahí estaba usted. Deberían pedir disculpas a este país”, ha dicho.

 

 

 

 

 

 

 

 

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