Los trabajos para demoler el edificio de Madrid que explosionó el miércoles por un escape de gas continúan su curso. Este sábado, se ha decidido derruir el casetón superior del inmueble ya que tenía un mayor riesgo de caída hacia la calle y al patio del colegio La Salle que se encuentra justo debajo.

Así lo ha indicado esta tarde en Twitter el concejal delegado de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes, que ha indicado que se ha picado y tocado en la zona exacta del torreón para que cayera hacia el interior del edificio.

Además, fuentes municipales también han confirmado que los vecinos del bloque 104 han vuelto a sus casas y ya se les ha restablecido el suministro de gas. Pero los del número 102 no pueden regresar aún porque los domicilios están más afectados, aunque esta mañana sí han podido ir a verlos y recoger sus cosas durante unos minutos, acompañados por Bomberos.

Los técnicos reiniciaron este viernes las labores de desescombrado en la cubierta y las plantas superiores del edificio y lo hacen de forma manual en una jornada en la que el viento "complica un poco" las tareas, han dicho las fuentes del Ayuntamiento.



En su tarea, cuentan a partir de hoy con una máquina, un robot, que ayudará a las labores de desescombrado de forma más rápida y segura, y que también sirve para demoler.



La explosión, previsiblemente causada por una acumulación de gas,  tuvo lugar unos minutos antes de las 15:00 horas del miércoles pasado en un edificio de la parroquia de la Parroquia Virgen de la Paloma, y dejó cuatro fallecidos y una decena de heridos.

El gas, en orden

Fuentes de la Comunidad de Madrid han señalado que la última revisión de la instalación de gas del edificio, obligatoria cada 5 años, se realizó en enero de 2020 y que estaba en orden.



Otro asunto diferente, según estas fuentes, es la revisión de la caldera, que depende de la empresa con la que está suscrito el seguro o la encargada de su mantenimiento, y de la que el Gobierno regional no tiene datos.



El jueves pudieron volver a sus viviendas los vecinos del portal 106 de la calle Toledo, uno de los tres bloques de viviendas -junto con los números 102 y 104- desalojados tras la explosión.



Una parte de los vecinos residentes en estos tres inmuebles -23 de ellos- fueron trasladados por el Ayuntamiento de Madrid al hotel NH Madrid Ribera del Manzanares.



Las fuentes del Ayuntamiento han informado de que ninguno de los tres bloques de viviendas presenta daños estructurales, aunque el del número 102 tiene paredes agujereadas y ladrillos caídos, por lo que sus vecinos no han podido volver a sus viviendas.



El párroco de la Virgen de la Paloma de Madrid, Gabriel Benedicto, ha explicado que minutos antes de la explosión olía a gas en todo el edificio y que ninguno de los sacerdotes ni el electricista David Santos, fallecido en el suceso, llegaron a tocar ninguna de las calderas.

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