Valencia

La todavía presidenta autonómica del Partido Popular y portavoz de la formación en Les Corts Valencianes, Isabel Bonig, anunció este jueves que deja también esta última responsabilidad, así como su acta de diputada. Su despedida fue por partida doble, en la sede del PP y en el propio parlamento. En ambas se emocionó y conmovió a los asistentes, y en las dos pidió perdón a Rita Barberá, que fue apartada por los 'populares' durante su mandato.

La dirigente ha deslizado en muchas ocasiones que era el mayor de sus pesares como política. Y este jueves, ya de salida del partido, abordó la cuestión sin tapujos. Por la mañana, en la sede del partido, recordó que, durante sus seis años de lideresa, pasaron por el trance de perder "a una gran mujer, que le puso gran pasión a la vida y a la política, a Rita Barberá".

"Con total discreción, sin tratar de herir ninguna sensibilidad: saben ustedes que aprobamos una reprobación en Les Corts. Hoy, públicamente, digo que nos equivocamos. Me equivoqué. Y pido perdón", afirmó Bonig.

La dirigente fue todavía más contundente por la tarde en el parlamento autonómico. "En estas cortes firmamos la reprobación de Rita. Espero que aquello nos sirva a todos para saber que en la política no puede ser todo destrucción. Fue una decisión mía como presidenta, que asumí. Y hoy aquí, con total honestidad y sin tratar de herir ninguna sensibilidad, pido perdón. Lo siento. Me equivoqué", aseveró.

Rita Barberá e Isabel Bonig. EE

Bonig circunscribe su error al apoyo que dio el PP a la reprobación. Aquello, sin embargo, fue solo uno de muchos movimientos del partido para apartar a la histórica alcaldesa de Valencia tras ser imputada en el caso Taula. La mayor presión, sin embargo, le llegaría de Madrid. Al fin, Génova consiguió que dejara el partido pero no su acta de senadora.

El trágico final de la exalcaldesa es de sobra conocido. Murió de un infarto el 23 de noviembre de 2016 en un céntrico hotel de Madrid, solo dos días después de declarar en el juzgado.

La ruptura entre la familia y sus más afines con el partido fue total, y la herida, de la que Bonig se siente responsable, sigue sin cerrarse más de cuatro años después. Tanto es así que la exalcaldesa tiene todavía pendiente un gran homenaje en la ciudad que el PP aún no se atreve a abordar.

Más allá de Barberá, la despedida de Bonig en Les Corts se convirtió en uno de los momentos de mayor concordia de la historia reciente de la cámara. La dirigente lloró de forma constante durante su intervención e hizo gala de la emoción que le provocaba despedirse de la cámara.

La portavoz del PP tuvo especiales palabras de cariño hacia los portavoces de PSPV, Manolo Mata, y Compromís, Fran Ferri. Destacó haber congeniado con ambos a título personal pese a la confrontación política, y tras su discurso, aplaudido por toda la cámara sin excepción, ambos adversarios acudieron a su encuentro y se fundieron con ella en un abrazo.

Por contra, mostró menos afinidad con la dirección nacional de su partido, liderado por Pablo Casado, quien ha ungido al alicantino Carlos Mazón para relevarla. Bonig le deja paso, pero también algún recado.

"Marcho a mi pesar", reconoció. "Me hubiese gustado tener una segunda oportunidad y recoger el esfuerzo", afirmó tras recordar sus duros momentos al frente de la formación, que decidió liderar en 2015, en el peor de sus momentos. En efecto, solo se presentó a unas elecciones, las de 2019 en las que el Botànic, por estrecho margen, conservó el poder.

La dirigente subrayó que ella, como Isabel Díaz Ayuso, siempre ha defendido "un PP sin complejos", si bien tildó de "bochorno" lo que siente por alguno de sus miembros -en alusión a los casos de corrupción-.

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