La asociación de mujeres que han sufrido cáncer de mama en Sevilla, Amama, ha empezado a compartir las historias de "afectadas por el cribado" de esta enfermedad en sus redes sociales. Mientras, mantiene su negativa a dar los datos solicitados a la Junta de Andalucía.
Bajo el título "soy afectada por el cribado y estoy aquí", la asociación anuncia que va a compartir los datos de mujeres que han pasado por este sistema de detección precoz de la enfermedad y han tenido algún problema con él.
Se da la circunstancia de que la Consejería de Sanidad, Presidencia y Emergencias, que dirige Antonio Sanz, envió a Amama un requerimiento para que compartiera justamente los datos que obraran en poder de la asociación sobre mujeres que hubieran podido tener problemas con el cribado del cáncer de mama.
Sin embargo, Amama se negó. Alegaron para ello que son una asociación "humilde" y que la petición de información sobre los casos de mujeres sería desvelar datos "confidenciales, que solo maneja en su integridad la propia Administración que los solicita".
De hecho, la misma Amama lanzó un comunicado donde explicaba que no enviaba los datos requeridos a la Junta por, entre otros motivos, un imperativo legal.
Ley orgánica
Señalan, así, que en el artículo 18 de la Ley de Salud Pública de Andalucía se establece la obligación de dar información sanitaria. Pero alegan que la Ley Orgánica 3/2018 y la 41/2022, que tienen mayor rango y, por lo tanto, están por encima, "prohíben expresamente el tratamiento de datos de salud por parte de terceros, salvo consentimiento expreso, escrito e informado y dentro de una finalidad legítima".
Por ahora, Amama ha compartido la historia de una afectada por cáncer de mama. Pero habrá más, avanzan desde la asociación en la publicación que han subido a redes.
En todo caso, Amama expone el caso de R. C., una mujer joven -en torno a 30 años- y andaluza. Su edad es clave, porque según fuentes de la Consejería de Salud, no está dentro del grupo de mujeres que deban someterse al cribado de cáncer de mama.
En todo caso, Amama señala que C. "llevaba un año acudiendo al médico y a las urgencias". Sin embargo, narra ya la afectada en primera persona, "me seguían cancelando las mamografías".
"Hasta en dos ocasiones me dijeron que era por mi edad", sigue el relato de la andaluza. "Parece que tener un bulto de 10 centímetros y dolor no era suficiente", añade.
Biopsia
"Después de varias citas, conseguí que no me preocupara, que no era nada. Justo un año después pude hacerme una resonancia, la cual derivó en una biopsia y llevó al resultado final: cáncer", explica.
La mujer se queja de que pasó "un año y dos meses" con ese bulto. "Pasé de no tener que preocuparme o no poder optar a una simple mamografía, por mi edad, a tener carcinoma en estadio III con ganglios afectados", detalla.
Amama, cabe recordar, centralizó las quejas por los fallos de cribados de cáncer de mama. Su abogado, Manuel Jiménez, ha señalado siempre que ellos no tienen la obligación de dar datos sanitarios puesto que recabarlos es una responsabilidad del SAS, no de la asociación.
