Córdoba

La cesión del Gobierno de Sánchez a Bildu con los asesinos de los Jiménez-Becerril, justo el día en el que se debatían los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso y Arnaldo Otegi mostraba su apoyo al Ejecutivo está removiendo los cimientos del PSOE.

Primero se pronunciaron los presidentes de Castilla-La Mancha y de Aragón, Emiliano García Page y Javier Lambán. Ayer mismo le siguió el dirigente de la Junta de Extremadura, el también barón socialista Guillermo Fernández Vara, vía Twitter.

Hoy lo ha hecho la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, pero, más que crítica, se ha mostrado molesta ante el apoyo de la formación vasca a las Cuentas nacionales. "No comparto absolutamente nada con Bildu ni con Otegi", ha asegurado a preguntas de los periodistas en una comparecencia en Córdoba.

Esta postura de Díaz al respecto no es nueva, ya que, según ha destacado ella misma, "siempre ha sido la misma". Lo único que espera de ese partido es que "pida perdón a los españoles por el daño que le hicieron a este país, que todavía no lo ha hecho en democracia".

Díaz marca su postura un día después de que su compañero Fernández Vara fuera más allá en sus críticas a Pedro Sánchez.

En un hilo de Twitter, el también miembro de la Ejecutiva del PSOE mostraba su dolor por "ver a Otegui siendo clave para decidir los Presupuestos" y aseguraba incluso que iría a por un medicamento que le evitase la náusea.

Vara decía que es algo que no merece "la memoria de las víctimas de ETA" y remataba con una velada alusión al cada vez más lejano acuerdo con Ciudadanos: "Lo que nunca imaginé es que la política española por la negativa a llegar a acuerdos los hiciera [a los herederos de Batasuna] importantes". 

"El dedo en el ojo"

También el sector del Ejecutivo más ligado a ese viejo PSOE se ha mostrado crítico. "Es meter el dedo en el ojo" lamentaba en privado un importante miembro del Gobierno sobre la actitud de Pablo Iglesias dando parabienes a Otegi. Algo desprovisto de la "empatía" necesaria con "la parte de la sociedad a la que escuece ver a Bildu normalizado en las instituciones".

En definitiva, el sector socialista -dentro y fuera del Gobierno, pero en el seno del partido- menos proclive al llamado "bloque de investidura" e incluso a Podemos mismo, comienza a hablar un poco más alto tras haberse mantenido un tiempo con un perfil más bajo.

El mismo sector al que agradaría más la compañía de Ciudadanos, un socio, como dijo Lambán, "tranquilizador" frente a ERC, que consideran "inquietante".

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