Las claves
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"Desearíamos, por favor, los internos que pudiéramos comprar del economato productos que llevan cerdo, como jamón, chorizo, salchichón, paté, etc. Por todo ello, muchas gracias. Atentamente, los internos", indican los presos en su instancia, emitida este mismo mes.
Debido al aumento de internos de origen musulmán en los últimos años, en la prisión de Ceuta se ha llegado al punto en que la cárcel ha impuesto que todos los alimentos sean, sin excepción, de tipo halal.
Son halal aquellos alimentos que cumplen con los preceptos del Corán, de animales que han sido sacrificados según el rito musulmán.
"Alimento impuro"
Y como el Corán prohíbe específicamente el consumo de carne de cerdo, ya que la considera un pecado y un alimento impuro, desde el centro se decidió no ofrecer esos productos.
Según las fuentes consultadas, hace más de cinco años que no se vende cerdo en el economato.
Fuentes penitenciarias consultadas señalan que los directores tienen la obligación de atender "todas" las orientaciones religiosas y culturales de los internos, también las vinculadas a la alimentación.
La prisión tan solo hace una excepción en Navidad, cuando se compra algo de cerdo para los internos que profesan el cristianismo.
En el Centro Penitenciario de Ceuta hay al menos unos 252 internos, según las cifras del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior referente al año 2023. En torno al 80% de los reclusos son musulmanes en esta cárcel, según fuentes penitenciarias.
Estas mismas fuentes denuncian que la prisión también obliga a los internos a que den explicaciones por escrito sobre por qué no acuden a la celebración del culto musulmán, si previamente habían confirmado su asistencia.
La asistencia religiosa en todas las prisiones es voluntaria y salen los internos que quieren en ese momento, cuando se avisa, por ejemplo, para acudir a misa.
Pero en Ceuta, además de solicitar previamente la asistencia en el caso del culto musulmán, quien en el momento de la celebración decide no salir, está obligado a escribir una instancia.
En ella el interno está obligado a explicar los motivos por los que no acude a las charlas de culto musulmán.
"No entendemos por qué tanto señalamiento para identificar a quienes podrían ser etiquetados como malos musulmanes", señalan desde el presidio.
