"Eran temporeros de esta clase de delincuencia". La banda que acaba de desarticular la UCO llevaba más de un año robando todo tipo de coches de lujo, a caballo entre Italia y la Costa del Sol. Tras una ardua operación, esta unidad de élite ha logrado arrestar a los miembros del clan que enviaba automóviles robados de alta gama a Emiratos Árabes Unidos.
La operación ha sido encabezada por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Con ella se ha logrado desmantelar una organización "itinerante" moldava, que viajaba a España o a Italia, a zonas de lujo prohibitivo como Marbella, en temporadas de mayor afluencia, para robar los mejores vehículos.
En total, la organización llegó a sustraer más de 100 coches, cada uno de ellos valorado en cantidades superiores a 170.000 euros.
La operación la ha protagonizado la Sección de Delincuencia de la UCO junto con la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Málaga. Según revelan a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación, se han arrestado a nueve personas, la mayoría de origen moldavo. Entre los detenidos también había varios rumanos y un ruso.
Todos ellos tenían experiencia en operaciones similares. "La parte financiera y logística la llevaba la mujer del líder de la organización. Era ella quien compraba naves en España e Italia, abonaba el dinero, reservaba los hoteles en los que se quedaban durante el período en el que delinquían", señalan los investigadores.
La organización 'dormía' los vehículos en una nave durante meses.
La investigación comenzó en octubre de 2024. Mediante la cooperación con los Carabinieri de la región de Reggio Emilia (Italia), la UCO supo de la existencia de una organización criminal dedicada a la sustracción y falsificación de vehículos de lujo en territorio italiano.
Las pesquisas revelaron que dicha organización desarrollaba actividades delictivas en varias localidades de la provincia de Málaga.
La organización criminal operaba con patrones delictivos idénticos tanto en Italia como en España. En nuestro país, los miembros del grupo recorrían distintas localidades de la Costa del Sol en busca de los vehículos más exclusivos del mercado.
Una vez seleccionados instalaban discretamente dispositivos de geolocalización, lo que les permitía conocer en tiempo real la ubicación exacta de cada coche.
El modus operandi
Cuando detectaban que el vehículo estaba estacionado en la vía pública, en garajes comunitarios o en aparcamientos públicos, los miembros de la banda se desplazaban hasta el lugar. Generalmente en horas de madrugada, para ejecutar el robo.
Mientras varios integrantes se encargaban de asegurar el perímetro y garantizar el éxito en la sustracción, otro de los miembros de la organización ejecutaba el robo.
Para ello accedía al interior del vehículo tras vulnerar los sistemas de seguridad del fabricante y arrancaban el vehículo sin necesidad de llave ni de emplear la fuerza física.
Una vez sustraído, el coche era trasladado a una nave ubicada estratégicamente en la comarca malagueña de la Axarquía. Este enclave rural contaba con sofisticadas medidas electrónicas de contravigilancia, lo que permitía ocultar el vehículo durante el tiempo necesario.
Durante semanas o meses, los autores dormían el vehículo y se marchaban del país. Luego regresaban a España para modificar los elementos identificativos (matrícula y número de
bastidor) a la vez que codificaban una nueva llave. También le cambiaban el dispositivo GPS a los automóviles de lujo para que se perdiera su rastro.
Una vez dotado de una nueva identidad, otro miembro de la organización criminal se dirigía a España para trasladar el coche hasta Amberes (Bélgica). En ese puerto, dentro de grandes envíos, los vehículos eran exportados hacia Emiratos Árabes Unidos.
Debido a la falta de colaboración de las autoridades emiratíes, la UCO no ha podido todavía averiguar quién era el destinatario de este centenar de vehículos de lujo.
2,5 millones
La organización criminal investigada ha blanqueado más de 2,5 millones de euros mediante un sofisticado entramado financiero basado en criptomonedas, aprovechando la opacidad de los activos digitales para ocultar el origen ilícito de los fondos.
Para ello, se valieron de la participación de testaferros, quienes figuraban como titulares de cuentas y carteras virtuales, con el objetivo de dificultar el rastreo patrimonial y eludir la acción judicial.
Gracias a la operación policial, se han decomisado bienes valorados en más de 3,5 millones de euros, entre los que se incluyen vehículos de alta gama, inmuebles, dinero en efectivo y activos digitales, todos vinculados directamente a los miembros de la red criminal y sus colaboradores.
Esta operación ha sido dirigida en España por el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella (Málaga), y llevada a cabo por la colaboración judicial y policial internacional. Para el desarrollo de esta operación se ha creado un equipo conjunto de investigación en el seno de EUROJUST y EUROPOL, herramientas fundamentales de cooperación judicial y policial respectivamente, perfectamente coordinadas e imprescindibles para combatir este tipo de organizaciones criminales de carácter transnacional.
