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La cifra estremece: 476 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado 286 guardias civiles y 190 agentes de la Policía Nacional se han quitado la vida desde 2001 hasta agosto de 2025.

Son datos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, procedentes de las bases de datos del Ministerio del Interior. Evidencian que el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, al igual que los anteriores titulares de la misma cartera, no han logrado atajar con eficacia esta epidemia.

La fría estadística suponen una media de 19 suicidios anuales en ambas instituciones, encumbrándolas a uno de los colectivos que tienen una de las tasas más altas de Europa en este ámbito.

Los especialistas consultados por este periódico coinciden en que no se trata de hechos aislados, sino de un patrón que se repite en el tiempo y que está ligado a múltiples factores, como los turnos prolongados e inflexibles y la exposición constante a situaciones de riesgo.

También la imposibilidad de conciliar la vida laboral y personal, la dispersión geográfica que aleja a los agentes de su entorno y un régimen interno rígido que dificulta pedir ayuda.

A todo ello se suma un elemento cultural que agrava el problema: el estigma de hablar de salud mental dentro de los cuerpos policiales. Muchos agentes ocultan su malestar por miedo a ser vistos como débiles.

En este contexto, la asociación profesional Independientes de la Guardia Civil (IGC) insiste en que detrás de cada estadística hay un drama humano. 

"Esto no es una suma fría de números. Hay compañeros, familias y amigos rotos por un dolor irreparable. Exigimos protocolos de prevención activos, adaptados y revisables, diseñados con participación real de las asociaciones profesionales que conocemos la realidad diaria del cuerpo", explica Daniel Fernández, portavoz de la organización.

Medidas

Desde hace poco más de un año, los guardias civiles disponen de un servicio psicológico externo, gratuito y operativo las 24 horas, con hasta 20 sesiones anuales. Lo gestiona la empresa ASPY&Yees! y garantiza el anonimato a través del número de identificación personal y el año de nacimiento del agente.

Aunque IGC celebra la puesta en marcha de este recurso, lo considera insuficiente si no va acompañado de una revisión constante de los protocolos y de la implicación directa de las asociaciones.

En los últimos años, diversas asociaciones y sindicatos han señalado que las cifras oficiales de suicidios entre policías y guardias civiles podrían quedarse cortas. Mientras que Interior ha reconocido 123 suicidios entre Policía Nacional y Guardia Civil entre 2018 y 2023, los recuentos de entidades sindicales y profesionales elevan esa cifra hasta 165, lo que supone un 35% más.

Se denuncia además que los reportes oficiales no siempre incluyen casos de policías locales o autonómicos, y que no existe un criterio claro sobre cuándo se considera oficialmente un suicidio.

La falta de datos desglosados por sexo, rango, patologías previas o si se utilizó el arma reglamentaria dificulta diseñar medidas de prevención eficaces.

Sindicatos como la Confederación Española de Policía (CEP), y asociaciones dedicadas a la salud mental como Ángeles de Azul y Verde o PREDEPOL – Zero Suicidio Policial, coinciden en que debe reforzarse la externalización del apoyo psicológico para los agentes y que acudir al psicólogo no tenga impacto alguno en la trayectoria profesional. 

También se critica el estereotipo que pesa sobre los agentes: "ser súper héroes", "no mostrar debilidad", "aguantar sin quejarse". Según distintas fuentes policiales, esa imagen dificulta reconocer que uno se siente mal, hace que los primeros síntomas se oculten y que solicitar ayuda se perciba como una falla personal más que como una necesidad de salud.

Además, los sindicatos alertan de que los agentes a menudo tienen las armas fuera de comisarías, acrecentando así el problema.

La asociación IGC reclama romper el silencio institucional y convertir la preocupación en acción real. Pide datos oficiales desglosados, campañas internas para combatir el estigma y programas permanentes de seguimiento psicológico. Lo contrario, advierten, es dejar que el problema siga creciendo.  

La Dirección General de la Policía cuenta con el teléfono 91 582 10 43, disponible las 24 horas del día y los 365 días del año. También existen asociaciones como Ángeles de Azul y Verde, que ayudan a los agentes que están atravesando un momento difícil y que pudieran necesitar algún tipo de ayuda.