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Cuando se estropearon los motores de la embarcación, varias jornadas más tarde de partir de un puerto del sur de Senegal, en la frontera con Gambia, fue cuando empezaron los problemas. Quedaron durante días a la deriva, al mismo tiempo que se agotaban el agua y la comida. El temor de los casi 300 inmigrantes se incrementó.

Los patrones no querían ninguna discrepancia, así que pusieron orden, pero por la fuerza. Una de las formas que tenían de poner orden era torturar a los pasajeros. Otra era, por las noches, arrojar a gente por la borda.

Poco después de llegar a aguas próximas a Gran Canaria, y desembarcar en Arguineguín, los inmigrantes, la mayoría de Senegal y Gambia, comenzaron a hablar. Con sus testimonios la Policía Nacional ha logrado detener a 19 personas como presuntos responsables de homicidios y torturas a bordo de este cayuco que fue rescatado el pasado 24 de agosto.

La embarcación se encontraba a la deriva en aguas próximas a Gran Canaria. En su interior rescataron a 248 migrantes. Uno de ellos murió al llegar a tierra, en el hospital. Más de una docena se atrevieron a denunciar el infierno que soportaron durante el viaje a la deriva en 20 metros de embarcación.

Sus relatos eran todos el mismo. Hablaban de homicidios, lesiones y torturas cometidas durante la travesía. Entre ellas, la desaparición de al menos 50 personas que fueron arrojadas al mar por los presuntos patrones. Todos los arrestados, que viajaban en la misma embarcación, han ingresado en prisión provisional.

"Las mafias solo miran el dinero"

Explican a EL ESPAÑOL los investigadores que el cayuco, como la mayoría de los que salen de los puertos africanos en las rutas migratorias irregulares, no están preparados para estas travesías. "Se fabrican para la pesca de bajura, no tienen mucho calado, y solo están pensados para navegar cerca de la costa. Y las mafias migratorias solo miran por el dinero, así que lo llenaron hasta que no quedó un hueco más para nadie".

Después, esperaron a que el mar estuviera en condiciones no demasiado desfavorables, y emprendieron rumbo al archipiélago. A los seis días comenzaron los problemas. "Dos motores de sesenta caballos no son potencia suficiente para llevar a 300 personas encima", explican fuentes policiales de la investigación.

Ha sido la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con efectivos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, enmarcados en la Operación Tritón, la que ha reconstruido el funesto viaje.

Una semana más tarde de la salida, el cayuco quedó a merced de las olas y el viento. Los pasajeros comenzaron a protestar, al quedarse sin agua y sin comida. Sin contemplación alguna, los integrantes de la organización criminal comenzaron a imponerse.

"Ahí funcionaba la ley de la violencia. Algunos viajaban de pie. Otros comprobaban a la mañana siguiente que algún familiar o alguien conocido suyo con el que compartían el viaje ya no estaba a su lado", señalan los investigadores.

Algunos de los 19 detenidos eran jóvenes pasajeros, como todos los demás. La única diferencia es que los mafiosos organizadores del viaje a Canarias les descontaban parte del billete a cambio de mantener el orden durante la travesía.

Prisión

Lo hacían utilizando palizas y torturas, si así lo creían oportuno. "Aprovechaban la noche para arrojar a gente al agua", señalan desde la Policía Nacional. También se negaron a socorrer a varios que cayeron accidentalmente al agua, y que se ahogaron en alta mar.

Las causas de estas muertes, según los testimonios recabados, estarían relacionadas con supersticiones que señalaban como “brujos” a determinados tripulantes cuando ocurrían incidentes durante la travesía, tales como averías del motor, escasez de alimentos o mal tiempo. Asimismo, se documentaron homicidios por el simple hecho de que algunas personas protestaran o mostraran su disconformidad con las condiciones del viaje.

En virtud de los hechos investigados, agentes de la Policía Nacional procedieron a la detención de 19 migrantes identificados como presuntos patrones de la embarcación, todos ellos se encuentran en prisión provisional. A los arrestados se les imputan delitos de favorecimiento de la inmigración irregular, homicidio, lesiones y torturas.