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A mediados de julio, Rabat cerró la aduana comercial entre Marruecos y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que desde febrero de 2025 estaba restringida a sólo unos productos en determinados días de la semana.

Tendría que reanudar su actividad cuando termine la Operación Paso del Estrecho (OPE), el 15 de septiembre, ya que ese fue el motivo que argumentó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.

Este Ministerio defendió que la paralización del paso de mercancías respondía a una medida prevista en el acuerdo bilateral, firmado por Pedro Sánchez y Mohamed VI el 7 de abril de 2022, que contempla la posibilidad de suspender temporalmente el flujo cuando la gestión fronteriza se centra en el tránsito de personas, como sucede con la OPE.

Sin embargo, en las ciudades autónomas hay escepticismo. "No tiene sentido esta excusa. Llevábamos cien años con la zona comercial abierta, la OPE lleva muchísimos años funcionando, y este año incluso han pasado un 30% menos de personas y de coches. Tenemos nuestras dudas y nuestro temor", mantiene Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla CEME-CEOE y de la Asociación de Comerciantes.

Además, este comerciante de calzado reconoce que "así es imposible": "No puedes organizar una empresa ni un futuro pendiente de a ver si abren hoy, si no abren o qué hay que pagar. Aunque vuelva a abrir, esta nueva aduana entre comillas es como si no hubiera aduana, básicamente".

Realmente, este año lo que se ha puesto en marcha es un tránsito de entrada y salida de productos específicos como electrodomésticos y pescado semanalmente. "Lo único que han pasado fueron unos frigoríficos, unas lavadoras en Melilla y artículos de menaje en Ceuta, y un camión a la semana; y pescado, han pasado durante dos o tres meses cantidades muy pequeñas", precisa Alcoba.

Por ello, la CEME-CEOE demanda "una aduana comercial libre para todos los empresarios, la de siempre, como la de Algeciras". Igualmente, exige reciprocidad, "la misma que se ejerce de ida, la misma que hemos tenido toda la vida nosotros, o sea, una aduana comercial libre para todos los sectores y todos los empresarios, que dependa de la oferta y la demanda de Marruecos y de España. Que no esté limitada a lo que Marruecos quiera, porque ahora se pasa la mercancía que no le perjudica a Marruecos, pero ellos sí pueden pasar lo que quieran".

"Va a abrir y va a añadir los áridos"

Sin embargo, otro empresario melillense, que prefiere mantener el anonimato, apunta que "la OPE la hemos vivido toda la vida, pero con tres puestos fronterizos, entrando a pie por Barrio Chino y Mariguari, y con los coches por Farhana. Por lo tanto, es normal que cierren ahora, pero garantizo que se va a abrir".

Precisamente, este empresario tuvo que cambiar el estilo de su negocio, que dependía de las naves de Melilla, la mayoría cerradas desde que Marruecos puso fin al comercio atípico, y ahora se dedica a la importación y exportación con empresas en la ciudad española y en Beni Ensar, la parte marroquí aledaña a la frontera.

En esa localidad del país vecino, las autoridades locales consultadas aseguran a EL ESPAÑOL que la aduana comercial "va a abrir y van a añadir una cosa más, van a pasar también los áridos porque se está preparando ya la documentación".

De la misma idea es el diputado en Melilla y presidente de Somos Melilla Amin Azmani: "Después de la OPE volverá a abrir la aduana comercial porque Marruecos no tiene más remedio, no tiene argumentos sólidos para agarrarse a un bloqueo".

Nueva aduana comercial

La consecuencia es que "muchísimos empresarios han cerrado o se han ido a Málaga, a Almería, Casablanca o Tánger". "Es decir, que han buscado otros mercados y otros caminos porque no se puede estar jugando con esta incertidumbre continuamente", detalla Alcoba.

El 90% de las naves instaladas alrededor del perímetro de la frontera están cerradas. Había entre 200 y 300 empresas dedicadas al por mayor. Sin porteo, ni régimen de viajero, ni aduana comercial no tienen potenciales clientes a quienes vender el producto. "Si no hay ciudadano marroquí, no hay venta. Está todo cerrado. Y al que entra no le permiten sacar productos desde Melilla", mantiene uno de los afectados.

En vista del cierre de la aduana y el cambio en la frontera, empresarios melillenses se habían adaptado a este nuevo estilo de paso fronterizo, derivando su trabajo en las naves o con el porteo como agentes de aduanas, a la importación y exportación de alimentación o del textil. "¿Qué pasa con ellos ahora que Marruecos ha vuelto a interrumpir el pequeño hilo de transiciones que se había recuperado en febrero de 2025?", pregunta Alcoba.

Por ello, muchos señalan que la solución es crear una pequeña manufactura en Melilla con materia prima de Marruecos. "Una empresa tiene que tener una seguridad jurídica. No podemos comprar mercancía con vista a pasarla a Marruecos y no saber si nos van a permitir pasarla o si te cierran seis meses", explica Alcoba. Y de este cierre, orquestado por Marruecos, asegura que "no tenía conocimiento la delegada, lo dijo públicamente; ni teníamos constancia ningún empresario".

Solución: una Zona Económica Especial

Otros empresarios melillenses apuestan por fábricas en Marruecos y acabado en Melilla para que los productos lleven el sello europeo y conseguir ventajas fiscales al estar exentos de aranceles al exportar a Europa. De esta manera, defienden convertir a Melilla en una Zona Económica Especial (ZEE) y piden ampliar el puerto.

Por ejemplo, Somos Melilla plantea que la ciudad forme parte de la unión aduanera, y que el Consejo de Ministros apruebe una propuesta como una ZEE. "En la práctica somos una Zona Económica Especial a pequeña escala, porque tenemos nuestro IPSI (el impuesto indirecto que grava la importación y exportación en Ceuta y Melilla). Tenemos determinadas ventajas fiscales, aunque son insuficientes, sobre todo una vez que se produce el bloqueo fronterizo, termina el comercio atípico y Melilla sufre una asfixia económica considerable", recuerda Amin Azmani.

De esta manera, la ZEE ofrecería a las ciudades autónomas más ventajas económicas, incentivos fiscales, simplificación administrativa, más inversiones del Estado para la ampliación del aeropuerto o infraestructuras estratégicas y que Melilla tenga capacidad de producción industrial a media escala con importación de productos. De tal manera que la materia prima llegue de Marruecos, se fabrique en Melilla y se pueda exportar a la península. Igualmente, consideran que el IPSI actual se podría reducir considerablemente.

Sin respuesta de Albares

Hace varios meses que los perjudicados han solicitado una visita del ministro Albares a Ceuta y Melilla para explicar las negociaciones que ha hecho en Marruecos con esa hoja de ruta sobre las aduanas, el nuevo modelo de frontera y el régimen de viajeros. "Sería conveniente por la tranquilidad y el futuro económico de todos, saber exactamente qué se ha negociado y cuáles son los plazos", defiende Alcoba.

"No nos ha contestado ni nos ha recibido. Nos reunimos en Madrid con una tercera persona del escalafón del ministro, pero no nos aclaró nada en concreto. Algo debería decir para que no nos sigan engañando de esta forma", sentencia Alcoba.

Estas quejas y preocupaciones también se las trasladaron al rey Felipe VI cuando se reunió con los empresarios de Ceuta y Melilla en La Zarzuela, en marzo de 2025. De nuevo, Arantxa Campos y Enrique Alcoba, representantes de los empresarios de Ceuta y Melilla respectivamente, verán al monarca español el 3 de septiembre, en la presentación de la nueva directiva de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME).

"Vamos a tener otra visita institucional con el Rey y le plantearemos otra vez si es posible que nos pueda visitar con el permiso del Gobierno, que es quien lo autoriza. Nos gustaría tener su apoyo y recibir su ánimo. Por eso insistiremos en septiembre", adelanta a este medio Enrique Alcoba.