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Cuando Ana Salegui, de 74 años, salió al mirador de su casa en Villar de Plasencia (Cáceres), a las seis de la tarde, el cielo tenía un resplandor rojizo y el aire era espeso: una mezcla de polvo, humo y volutas de ceniza, procedentes del incendio de Jarilla que ha devorado 5.000 hectáreas de cultivos desde el miércoles.

Poco antes de las 10 de la noche, desde el servicio de megafonía del Ayuntamiento anunciaron que los últimos vecinos debían abandonar el pueblo, porque las llamas se acercaban peligrosamente a las viviendas.

La Guardia Civil informó de que se habían habilitado autobuses para evacuar a la población, que tiene "200 habitantes y 1.500 vacas", como dicen los lugareños.

La Guardia Civil ha llamado a todas las puertas de Jarilla, Villar de Plasencia y Cabezabellosa, casa por casa, para evitar que ningún vecino quedara rezagado. Europa Press

Y pidió que si alguien iba a hacerlo en su coche particular, llevara consigo a los vecinos que pudiera. Agentes de la Guardia Civil recorrieron el pueblo, casa por casa, para asegurarse de que nadie quedara atrás.

Antes de que anocheciera, Ana se puso al volante de su coche, junto a una vecina, la mujer del anterior alcalde, para dirigirse a la casa de un familiar en Plasencia. "Lo dejó todo atrás, ni siquiera se llevó ropa. Sólo cogió la documentación, sus medicamentos y la urna con las cenizas de mi padre", explica a EL ESPAÑOL su hija.

El marido de Ana, Agustín Gutiérrez Vivas, fue presidente del Colegio de Médicos de Plasencia. Cuando se jubiló en el hospital, siguió pasando consulta particular en casa. Falleció en 2022, a causa del Covid. Y su pérdida todavía está muy presente para toda la familia.

"Avisamos a los forestales de que en casa tenemos un depósito con 500 litros de gasoil para la calefacción", continúa la hija de Ana, "si el fuego llega a alcanzar la vivienda, habría explotado".

Ana Salegui junto a su marido, Agustín Gutiérrez Vivas, fallecido en 2022.

Plasencia ha acogido durante tres días, desde que el miércoles comenzaron a recrudecerse las llamas, a las 700 personas evacuadas de los municipios de Jarilla, Villar de Plasencia y Cabezabellosa.

La mitad de ellos, en casas de familiares o amigos. Otros 300 en el Polideportivo municipal, conocido como la Bombonera.

Y medio centenar, las personas más mayores y necesitas de cuidados, en instalaciones cedidas por el Obispado: el seminario (que permanece cerrado en verano) y la residencia de las Hermanas de la Pobreza.

Los primeros evacuados fueron recibidos el miércoles por el propio alcalde, Fernando Pizarro, y el obispo, Ernesto Brotóns, quien luego se acercó al seminario y la residencia para asegurarse de que los más mayores estén bien atendidos. Han contado con psicólogos, médicos y trabajadores sociales.

Entre los 300 vecinos que se han alojado en el Polideportivo había 20 niños. Han tenido a su disposición las instalaciones deportivas, la piscina, una gran pantalla y animadores socioculturales.

"Hemos intentado que todos sintieran cercanía y estuvieran bien atendidos", explica el alcalde, Fernando Pizarro, "algunos estaban muy inquietos porque temían perderlo todo. Por eso hemos querido que no les faltara información sobre lo que estaba ocurriendo".

Un camión de la UME ante el poliderpotivo de Plasencia, donde se han alojado 300 de los vecinos evacuados. EE

Es inevitable que estas familias vivieran horas de angustia, ya que temían perderlo todo, "no sólo por su valor económico, sino sobre todo por el sentimental, son los recuerdos de toda una vida", señala la psicóloga forense Ana Gutiérrez Salegui, cuya madre se encuentra entre los evacuados.

"Cuando regresen a sus casas, todavía van a necesitar ayuda psicológica, pues pueden sufrir crisis de ansiedad, y vigilancia médica, ya que probablemente van a estar expuestos al humo del incendio", apunta.

Algunos jóvenes de Villar de Plasencia pasaron la noche en el Avión, como conocen a la estación de servicio situada en la autovía A-66. Aún más tensos, ya que por razones de seguridad la Guardia Civil no les había permitido acercarse a sus fincas para dar de comer y beber al ganado. Y temían perder su modo de vida.

Aunque el incendio no ha llegado a destruir viviendas de Villar de Plasencia, como la de Ana Salegui, sí ha arrasado los prados que rodean la población, que se destinan al ganado vacuno (para la producción de carne) y porcino.

El incendio de Casar de Cáceres. EE

También hay algunos olivos, cerezos y castaños centenarios. Todo ello, rodeado de un paisaje espectacular con piscinas naturales, hoy cubiertas de ceniza.

"Parece que el fuego se inició con la caída de un rayo seco", explica la hija de Ana, la psicóloga forense Ana Gutiérrez Salegui, "y amenazó con llegar al valle de Jerte. Este viernes se extendió por el camino de la ermita de la Virgen del Puerto, muy cerca del hospital de Plasencia, donde trabajaba mi padre. La UME intentó cortarle el paso por la calzada romana".

El CECOPI de Extremadura, presidido por María Guardiola, acordó este viernes a las 3 de la tarde que los vecinos evacuados podían volver a sus casas de forma escalonada, y la decisión se comunicó a sus tres alcaldes. A las 6 de la tarde, salieron los últimos autobuses de vuelta a casa.

No obstante, señala el alcalde Fernando Pizarro, Plasencia va a mantener listas las instalaciones del polideportivo, por si en los próximos días debe acoger a los 700 habitantes de otra población vecina, Casas del Monte, que permanecen confinados para evitar intoxicaciones por el humo.

Este viernes se declaró otro incendio en el ecoparque de Cáceres, donde se efectúa la reecogida de residuos. EE

La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, pidió este viernes al Gobierno más medios aéreos, terrestres y más efectivos de la UME, para hacer frente a los ocho incendios forestales que asolan la región.

Además del foco de Jarilla y el de Casas del Monte, cuyos habitantes permanecen confinados en sus casas, presenta una evolución desfavorable otro incendio en Alburquerque (Badajoz).

La Junta de Extramadura ha activado el nivel 1 del plan Infoex por el incendio de Casar de Cáceres.

También preocupa la situación por el fuego en Arroyo de la Luz y Casar de Cáceres, donde este viernes se activó el nivel 1 del Plan de Lucha contra Incendios Forestales (Infoex).

Por su parte, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió este viernes al Gobierno que movilice al Ejército para afrontar la "crisis nacional" causada por los incendios forestales, que ya han devorado más de 100.000 hectáreas y han causado tres muertos en distintas comunidades autónomas.