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Desde que el pasado fin de semana comenzó oficialmente la llamada operación salida de verano, miles de personas han pasado horas retenidas en estaciones o aeropuertos, cientos de ellos han perdido sus vuelos, otros tantos han permanecido atrapados en un tren durante la noche y cerca de un millar han tenido que ser atendidos por los servicios sanitarios.

El último fascículo de este caos por entregas se produjo este miércoles en el aeropuerto de Madrid-Barajas, por donde pasan cada día unas 180.000 personas. Un error informático en el control de pasaportes ocurrido sobre las 11 de la mañana, sumado a la acumulación de vuelos en esa franja horaria y a la escasez de agentes convirtieron la Terminal 4 en una ratonera. 

Mientras el Ministerio del Interior se aferraba al "error informático" como única causa, Jupol, el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, atribuyó el problema a la "saturación" en la programación de vuelos de Barajas y a una "falta de planificación" por parte de las autoridades aeroportuarias.

La enésima jornada de desconcierto se produjo, esta vez, en la principal vía de entrada y salida a Madrid. La joya de la corona del turismo español. 

Precisamente, mientras cientos de usuarios le pedían responsabilidades al ministro de Transportes, Óscar Puente, éste presumía en la red social X de que España había batido este año el récord de turistas internacionales desde enero hasta mayo, con 35 millones de personas.

Quizás esto fue parte del problema, la ingente cantidad de viajeros que mueve el turismo a diario en nuestro país. Pero de lo que se quejan las personas damnificadas, asociaciones y hasta las Fuerzas de Seguridad es de las carencias de las infraestructuras y de la escasez de recursos.

Lo ocurrido en Barajas comenzó con un "problema informático puntual", según el Ministerio del Interior, que se produjo sobre las 11 de la mañana en el control de pasaportes de la Terminal 4 Satélite del aeropuerto.

Los viajeros comenzaron a acumularse y pasada una hora ya había cientos de personas haciendo cola por los pasillos, de las cuales muchas perdieron su vuelo. Nueva jornada de enredo y nuevas imágenes dantescas circulando por las redes sociales.

El fallo informático quedó subsanado sobre las 15 horas. Pero la cantidad de vuelos que se acumulan en esas horas y la falta de agentes agravaron el problema. 

Fuentes de AENA revelan a EL ESPAÑOL que este miércoles había programados 1.268 vuelos en todo el aeropuerto -no ofrecen datos desglosados ni por terminales ni por franjas horarias-, una cifra bastante parecida a la de días anteriores. Por ejemplo, el viernes pasado hubo 1.203 y el martes, 1.238.

Pero cuando se produjo el error informático, "ni la mitad" de las 16 cabinas de control de pasaportes existentes en esa terminal estaban operativas, denuncian a este periódico fuentes policiales de la comisaría de policía Nacional de Barajas. 

El Ministerio del Interior aseguró que las 16 cabinas estaban funcionando con dos agentes en cada una de ellas. Pero lo que ocurrió, según las citadas fuentes policiales, es que "a media mañana se fue recuperando la normalidad con la apertura de nuevas cabinas, hasta alcanzar casi la totalidad de las disponibles".

Si bien, "la aglomeración de gente era tal que las colas provocaron escenas de nervios y tensión y la Guardia Civil tuvo que acudir para apoyar".

Refuerzo insuficiente

Como ocurre cada año, con el comienzo de la temporada alta de verano llegan a Barajas decenas de agentes de refuerzo. El pasado 30 de junio se incorporaron 256 efectivos, según Interior. Y de ellos, cerca de la mitad estaban este miércoles de servicio, confirman a este periódico fuentes policiales.

"El puesto fronterizo del aeropuerto necesita muchos más recursos humanos. No sólo durante todo el año, sino que para afrontar el repunte de viajeros en verano es necesario disponer de refuerzos y de un volumen adicional de compañeros allí destinados", denuncian desde la comisaría de Policía Nacional de Barajas.

"Es un problema de coordinación entre AENA y el puesto fronterizo de Policía Nacional. Si hay un repunte en vuelos o en número de pasajeros debemos saberlo antes para tener listo el dispositivo correspondiente", añaden estas fuentes.

En cualquier caso, lo que queda en evidencia son las costuras del sistema de transportes español. El mismo que durante años se promocionó como un servicio de excelencia y el eje que vertebra todo el sector turístico, que mueve cerca del 13% del PIB español.

En el último decenio la inversión pública en transporte ha descendido porcentualmente, del 0,84% al 0,66% del PIB, por lo que ahora mismo España se sitúa comparativamente como el cuarto país por la cola en la UE, sólo por detrás de Chipre, Irlanda o Francia.

Y así, de presumir de carreteras, trenes y aeropuertos, la red de transportes se ha convertido en nuevo objeto de trifulca política, económica y social.

Este miércoles la Mesa del Turismo, una organización sectorial agrupada por empresas de la esta industria, habló de una "negligencia reiterada" del Ministerio del Interior en Barajas. 

Y la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) pidió al Gobierno que "dote de suficientes efectivos los controles de pasaportes en Barajas y en el resto de aeropuertos para evitar demoras de este tipo, que causan un gran perjuicio a pasajeros y aerolíneas, así como a la imagen y al turismo de nuestro país".

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, también se refirió este miércoles a este asunto en una entrevista en Antena 3. "En mi Gobierno, ni el ministro de Transportes, ni el presidente de Renfe, ni el de Adif estarían ya", manifestó. 

Caos de trenes

Aunque, en este caso, el líder popular se refería a la última jornada de caos ferroviario, que se había producido un día antes entre Madrid, Toledo y Andalucía. 

Una avería en una catenaria, registrada sobre las 20:30 horas del pasado lunes entre Yeles y La Sagra, en la provincia de Toledo, sólo se resolvió sobre las 11 horas del día siguiente y terminó por afectar a 15.000 viajeros.

Se vieron afectados 23 trenes y, en uno de ellos, más de 300 pasajeros tuvieron que pasar la noche en el vagón. Los servicios de Emergencias tuvieron que intervenir para atender a los viajeros, mientras se seguían acumulando los retrasos para miles de personas.

Y a esto se podría sumar el corte de trenes de alta velocidad que se produjo este miércoles entre Madrid y Barcelona, debido a un incendio en la circunvalación de Lérida, a la altura de Vinatesa. 

Todos estos sucesos suelen dejar acusaciones cruzadas entre el gestor de las infraestructuras, Adif, y la empresa que presta el servicio ferroviario, Renfe. Y a ello se suman el Ministerio de Transportes con las diferentes administraciones regionales. 

Este miércoles, el siempre prolífico Óscar Puente guardó silencio en sus redes sociales. Desde el PP madrileño lamentaron la "imagen deplorable" que traslada España tras el "caos" de Barajas y el de la red ferroviaria.