Los cuarteles de la Guardia Civil que fueron devastados por la dana el pasado 29 de octubre continúan en una situación desastrosa siete meses después.
Cascotes, barro, paredes derribadas, garajes vacíos, cables cortados, pavimento destrozado... Estas dependencias siguen pareciendo más una zona de guerra que un lugar en el que prestan sus servicios unos funcionarios del Estado.
Los agentes que trabajan en estos cuarteles señalan a EL ESPAÑOL que todavía están "arrasados", y que parte de las instalaciones son inoperativas.
Como muestran las fotografías, los vídeos y la documentación a los que ha podido acceder EL ESPAÑOL, algunos de los cuarteles continúan teniendo sus infraestructuras en un pésimo estado.
Los agentes ya han advertido en múltiples ocasiones a sus mandos de los desperfectos con los que conviven a diario. Pero la respuesta del Ministerio del Interior no llega. Fernando Grande-Marlaska sigue sin dar soluciones.
El ruinoso estado de los cuarteles de la Guardia Civil seis meses después de la DANA.
En el cuartel de Paiporta (Valencia), por ejemplo, todavía no se ha habilitado el sótano, cuyas paredes, como se aprecia en los vídeos, continúan derruidas y repletas de barro.
Tal y como se observa en las grabaciones obtenidas por este diario, el aparcamiento está liberado ya de fango, pero todavía muestra un estado calamitoso, con las paredes repletas de restos de lo que fue la catástrofe.
Esa zona del acuartelamiento fue donde fallecieron aquella noche un guardia civil y la mujer de otro.
En Paiporta, las deficiencias son tales a día de hoy, que la Unidad de Intervención de Armas presta sus servicios desde una furgoneta.
Además, el muro perimetral se encuentra derruido, lo que provoca que la comandancia esté expuesta y sin ninguna medida de seguridad.
Esto ha provocado que el personal haya tenido que hacer turnos para realizar servicios de vigilancia y protección del acuartelamiento, a la espera de que se reconstruya el muro protector.
En la comandancia de Utiel, también en Valencia, los problemas son de similar gravedad. Tanto, que el acuartelamiento continúa cerrado.
Existen pabellones desalojados y las dependencias oficiales permanecen cerradas.
Esto provoca que los guardias civiles lleven medio año prestando los servicios de la unidad desde dependencias municipales.
En Alfafar, por ejemplo, el cuartel funciona ya con normalidad. Sin embargo, en la zona destinada a pabellones oficiales todavía no ha sido habilitado el aparcamiento subterráneo.
En Chiva, el agua se llevó por delante el muro trasero del cuartel, que a día de hoy continúa derribado.
Las fuentes consultadas señalan que la dana afectó sobre todo a los acuartelamientos viejos, no a instalaciones nuevas.
El de Utiel era tan viejo que todavía conservaba las cuadras de caballos cuando lo anegó la riada. El de Paiporta, en una condición ruinosa, es también de los más obsoletos de la zona.
Preocupación
Los agentes de estos y otros cuarteles consultados por EL ESPAÑOL están muy preocupados. Transmiten su inquietud sobre la seguridad estructural de estos edificios, y sobre la seguridad a la hora de efectuar su trabajo.
Por el momento, los guardias han solicitado el resultado de los estudios técnicos realizados a los tres acuartelamientos afectados gravemente por la riada. Han pedido también una fecha estimada a sus superiores sobre cuánto se tardará en acondicionar y poner a punto estas comandancias.
Interior del garaje del cuartel de Paiporta.
Los agentes quieren saber también los medios con los que cuentan. Por el momento se están utilizando vehículos cedidos por otras comandancias y aún se están evaluando daños.
Concretamente, preocupa la situación del parque móvil. Se desconoce todavía si van a tener que devolver los vehículos cedidos o si se les hará entrega de otros nuevos.
Mientras siguen a la espera de un informe definitivo sobre la situación de cada una de las instalaciones, los agentes continúan desempeñando su trabajo como pueden.
Según fuentes de la Guardia Civil, los arquitectos del servicio de acuartelamientos de la Dirección General están haciendo catas y revisiones en estos lugares. En principio no han apreciado daños estructurales, pero no hay fechas concretas para las reformas.
Desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) muestran su malestar por la situación: "Entendemos que la labor de las asociaciones es velar por los intereses y bienestar de todos y cada uno de los guardias civiles, así como, velar y mejorar esta institución que tanto prestigio y grandes alegrías ha dado a nuestro país".
También señalan que el daño sobre los cuarteles ha traído aparejada otra problemática: "La pérdida
de competencias en parte de la demarcación de la Guardia Civil en las zonas afectadas en
favor de la Policía Nacional".
