"Está el Guadalquivir que parece un río de Ecuador. Están los narcos paseándose como si nada". Las imágenes de las narcolanchas campando a sus anchas y llegando incluso hasta Sevilla han elevado la preocupación y la impotencia de los agentes de Guardia Civil y Policía Nacional en el litoral andaluz. Así lo reflejan las palabras de un alto representante de la lucha contra el narcotráfico en España ante la cruda realidad de estas últimas semanas.
Sin embargo, eso no sería posible sin la ingente cantidad de colaboradores con los que cuentan las organizaciones criminales que están metiendo por el río toneladas y toneladas de cocaína. Algunos de ellos actúan como topos, dedicados a advertir a los conductores de las narcolanchas de la posición que tienen en todo momento las patrulleras de la Guardia Civil.
EL ESPAÑOL ha tenido acceso a cuatro grupos cerrados de Telegram en los que los peones del narco se avisan entre sí de todos los movimientos del Instituto Armado y de la Policía Nacional en Cádiz, sus alrededores y en el cauce del río Guadalquivir. Así tratan de controlarles y de anticiparse a sus movimientos.
"El GAR está en Sanlúcar", señalaba uno de los colaboradores esta misma semana, en uno de estos mensajes. Se refería a la presencia del Grupo de Acción Rápida del Instituto Armado, una unidad de élite dedicada a operaciones especiales. En esa zona de España, suelen intervenir en actividades relativas al narcotráfico, en las que se requiere la actuación de esta unidad.
Esta clase de conversaciones son un síntoma de la impunidad con la que se sienten para actuar en la costa de Andalucía, convertida junto a los ríos Guadalquivir y Guadiana en una verdadera autopista de la cocaína en la que la Guardia Civil se faja en la lucha contra estas organizaciones.
"La Arlanza va pa' fuera por Bajo Guía", alertaba un segundo topo en la noche de este jueves, en referencia a una de las playas de la localidad de Sanlúcar de Barrameda. La río Arlanza es una de las patrulleras de la flota del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. "La perra esa está dando por culo esta tarde a los chavales", le responde un tercero. "Señores, qué hay por ahí fuera", demanda un cuarto integrante. "¿Alguien sabe si la río Iro (otra patrullera de la Guardia Civil) está fuera?, preguntaba un quinto.
Al rato prosigue la conversación, casi a las diez de la noche:
—Qué hay dentro del río.
—Creo que la río Arlanza. He mandado un chaval a que me lo confirme si sigue en Bajo Guía.
En cada uno de esos grupos figuran alrededor de 400 personas. No todas ellas intervienen. Depende de por dónde está intentando cada organización introducir los fardos en tierra firme en cada momento.
Una de las conversaciones en las que tienen controlados a las patrulleras.
Los secuaces están desplegados por todas las localidades cruciales del río y sus alrededores. "La fea (una de las embarcaciones de la Guardia Civil) está frente a Chipiona. Aduana también dicen que tiene la proa hacia Chipiona. Y la guapa va a Bonanza (un municipio de la costa gaditana)", revelaba este viernes por la tarde otro de los colaboradores del narco.
Cuando alguno hace referencia al "pájaro de Aduanas" se está refiriendo al helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. Cuando hablan de "los verdes" se refieren a la Guardia Civil. Y así, con otros conceptos de su propia jerga, manejados de forma habitual.
Gracias a esta red, las organizaciones que operan en la costa de Andalucía tienen prácticamente situadas en cada momento a todas las patrulleras del Servicio Marítimo en la costa de Huelva, Cádiz Málaga e incluso Almería. Son espacios en los que desde hace meses se dan cobertura los unos a los otros. Gracias a estos grupos de avisos, las embarcaciones de las organizaciones de narcotraficantes pueden navegar con un punto mayor de tranquilidad.
Según relatan mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dedicados a la lucha contra este fenómeno, el extremo temporal que ha azotado estos días el litoral español ha obligado a las gomas utilizadas por el narco a regresar a tierra.
Esas embarcaciones y sus tripulantes pueden pasarse días o semanas pernoctando en alta mar, esperando el aviso para recoger o alijar los fardos de droga. Sin embargo, en los últimos días las condiciones meteorológicas les han obligado a regresar a la península, y a guarecerse en aguas más tranquilas.
Y como ahora el Guadalquivir es su zona de influencia, pues muchas de ellas se han adentrado remontando el curso del río. Esto es algo que saben por ejemplo en la sección de Narcotráfico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Esa es la razón de que se hayan podido ver esta semana narcolanchas navegando a plena luz del día por el Guadalquivir a su paso por Sevilla. O en el puerto de Barbate, en el mismo lugar en el que hace casi un año una de esas embarcaciones semirrígidas arrolló y mató a dos guardias civiles.
Debido a esa mayor presencia de narcolanchas, en estos grupos de Telegram se ha incrementado la contravigilancia sobre las patrulleras del Instituto Armado. Funcionan como los grupos que muchos conductores utilizan para eludir los controles de la Dirección General de Tráfico (DGT), solo que enfocados al mundo del narcotráfico y a ayudar a las narcolanchas a navegar sin obstáculo alguno.
Los guardias civiles saben que con estos grupos los narcos pretenden rebasarles con sus lanchas rápidas al navegar en grupo. "Entran de 4 en 4, de 3 en 3, y ahí nos cuesta mucho poder detenerles", señalan mandos de la UCO consultados por EL ESPAÑOL.
"Una autopista"
El río Guadalquivir se ha convertido en una de las zonas calientes del narcotráfico de toda Europa. Por sus aguas entraban tradicionalmente hachís, pero en los últimos tiempos se está comprobando cómo las grandes organizaciones introducen grandes cantidades de cocaína, algo nunca visto hasta la fecha. Es, en palabras de investigadores de la Policía Nacional y la Guardia Civil "una auténtica autopista" de la droga para los traficantes.
Las conversaciones de los topos del narco.
El motivo: un gran pacto a tres bandas entre los clanes de Marruecos, los colombianos y los capos más importantes de la Línea de la Concepción.
Este acuerdo ha propiciado que las aguas del mayor río de Andalucía se hayan visto transformadas en el coladero perfecto para los clanes que hace tan solo unos pocos años introducían su mercancía por las playas del Campo de Gibraltar.
Entran tantas narcolanchas de cada vez por el río que a la Guardia Civil le resulta imposible detener su avance. Por lo general, las semirrígidas están pilotadas por avezados pilotos que se conocen al dedillo la intrincada zona de las marismas.
Y por ello, pese a las grandes operaciones dirigidas por la Fiscalía Antidroga en fechas recientes, con decenas de toneladas de cocaína incautadas, la afluencia de lanchas rápidas en la zona es tan alta que las patrulleras resultan claramente insuficientes.
En una reciente operación se incautaron 2.883 kilos de cocaína, así como armas de guerra en el río.
"Los vídeos son malos"
Esta realidad a la que se enfrentan las unidades que luchan contra el narco y la Fiscalía Antidroga se ha conocido gracias a la explotación de operaciones como la de hace tan solo dos semanas. Muchos reclaman ya nuevos recursos para redoblar la lucha en este punto de Andalucía.
Por si no fuera suficiente, la Guardia Civil está constatando en los últimos meses un "incremento exponencial" de las armas de guerra en manos de los narcos de toda la costa de Andalucía. Se trata de una tendencia preocupante que se ha acentuado a lo largo del último lustro. Concretamente, son armas procedentes de conflictos como los que existen en el Sahel, en Ucrania y Oriente Próximo:
"Han perdido el miedo y las usan incluso cuando entramos a detenerles", explican fuentes del Instituto Armado.
Así lo revela a EL ESPAÑOL un alto mando de la lucha contra el tráfico de drogas en Andalucía, a cargo de grandes investigaciones durante la última década. A lo largo de estos años, la presencia de armas de fuego de gran calibre se han multiplicado en manos de los traficantes de drogas que operan en territorio nacional
Antes, lo habitual era que apareciesen de manera esporádica y en manos de individuos determinados dentro de los clanes. Sin embargo, las fuentes consultadas perciben que la cifra de armamento y su uso se ha convertido en la tónica habitual. Los narcos buscan protegerse de los robos de otras organizaciones, y por eso al haber más armamento disponible en el mercado, han decidido protegerse.
"De ser algo totalmente residual, ha pasado a que, dos o tres veces al mes, en las operaciones que hacemos nos encontramos siempre con algún elemento de estas características", señalan estos mandos de la Guardia Civil.
Pese a su aparente impunidad, a las grandes organizaciones no les interesa que la atención mediática ponga el foco sobre sus actividades. Prueba de ello son los comentarios de algunos de los integrantes de los canales de avisos.
No es la primera vez, pero esta misma semana, ante la aparición de las grabaciones de las gomas de los clanes llegando a Sevilla por el río, se han recordado una máxima con la que les gusta trabajar: es mejor pasar desapercibidos.
—Los perros estos. Los vídeos son malos, están pendientes.
—Lleva una semana el telediario que no sale Pedro Sánchez. Nada más salen gomas.
