Tras el operativo de evacuación con el que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional lograron sacar de Afganistán a 2.200 afganos, el Ministerio de Defensa y el Gobierno sopesan con extrema cautela las distintas posibilidades que tienen en su mano para evacuar al resto de colaboradores que se han quedado atrás en el país, ahora bajo el control de las fuerzas talibanes.

Distintas fuentes expertas en la materia consultadas por EL ESPAÑOL apuntan a que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contaría aún con colaboradores sobre el terreno trabajando en la materia. 

Hasta el momento el ministerio que depende de Margarita Robles y el de Exteriores guardan silencio sobre las otras posibles vías para llevar a buen puerto esta segunda parte de la operación. 

Esa sería una de las posibles opciones. Tras una presencia de dos largas décadas en las tierras del país asiático, el CNI mantiene como muchos otros países una red de informadores y de fuentes sobre el terreno. 

Otra de las posibilidades a explorar estaría en una posible salida a través de la frontera con Pakistán. Tanto de manera unilateral como bajo el paraguas de alguna gran organización supranacional, para los distintos países entre los que está España, Pakistán, apuntan esas fuentes, sería una "muy buena opción" en la zona Este como punto de evacuación. Todo ello a la espera de la posible permeabilidad del aeropuerto de Kabul, que tanto en origen como en los distintos destinos es probable que esté muy fiscalizada. 

Los servicios de inteligencia estarían, por tanto, buscando fórmulas discretas para repatriar a aquellos que no han podido subirse a los aviones del Ejército del Aire a lo largo de las dos últimas semanas. 

Negociaciones

Tal y como reveló EL ESPAÑOL este miércoles, en Afganistán permanece un nutrido grupo de históricos colaboradores (o familiares de estos) pertenecientes a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que canalizaba la ayuda humanitaria de nuestro país hacia la ya caída república islámica, ahora convertida en emirato.

Algunos de ellos, fuera ya del país, revelan a este periódico que sus familiares se encontraban en el aeropuerto de Kabul a lo largo de los últimos días, pero que les ha resultado imposible salir de allí. Tras varios días en el aeródromo intentando sin éxito tomar un vuelo de rescate piden desesperadamente al Gobierno español ayuda para abandonar el país, pues saben que su vida corre peligro en manos de los talibanes.

Tanto el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, como el de Presidencia, Félix Bolaños, han sostenido en las últimas horas que por motivos de seguridad es mejor no entrar en detalles sobre las gestiones que se estarían realizando. Albares sí que apuntó que, mano a mano con un centenar de países, España estaría trabajando para continuar con las evacuaciones.

El pasado domingo, en un comunicado conjunto con más de cien países, Estados Unidos y la UE, España anunció que habían "recibido garantías de los talibán de que todos los extranjeros y cualquier ciudadano afgano con autorización de viaje de nuestros países será autorizado a acudir, de forma ordenada y segura, a puntos de partida y viaje fuera del país".

Por el momento, nadie ha aclarado dónde estarían esos puntos de salida, toda vez que el aeropuerto de Kabul, controlado hasta las 0.00 horas del 31 de agosto por Estados Unidos, se encuentra ya en manos de los talibanes.

Qatar y Doha

Tal y como relata Europa Press, algunos países europeos estarían ya inmersos en esas gestiones manteniendo contactos con los portavoces de los talibanes. Esas reuniones estarían llevándose a cabo principalmente en Doha, la capital de Qatar y donde los talibanes mantienen su oficina política.

Así, según ha desvelado el Gobierno alemán, su embajador en Afganistán, Markus Potzel, lleva días manteniendo conversaciones sobre la evacuación de los colaboradores afganos de Alemania.

También Francia, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos están negociando con los fundamentalistas islámicos que han tomado el control del país asiático para rescatar a todos aquellos que se hayan podido quedar dentro de las fronteras, tras la salida de todas las fuerzas occidentales del aeropuerto de Kabul. 

España todavía no ha aclarado quién será el encargado de reunirse con los representantes talibanes, pero cabría la posibilidad, como recoge la citad agencia, de que sea la embajadora española en Qatar, Belén Alfaro Hernández, quien asuma ese papel.

Mientras tanto, los representantes de las distintas carteras ministeriales exigen la máxima discreción a las operaciones que todavía se puedan llevar a cabo tanto dentro como fuera de las fronteras afganas. 

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