La ministra de Educación, Pilar Alegría, ha descartado este lunes obligar a vacunar a los profesores antes del próximo curso. La titular ha destacado que "la práctica totalidad de los profesores se ha vacunado" por lo que, considera, no hay necesidad de "abrir el debate de la vacunación obligatoria" como sí ha ocurrido en otros países.

"Lo que tenemos que hacer es agradecer la concienciación ciudadana, en la que una inmensa mayoría ha decidido vacunarse", señaló Alegría en entrevista a la cadena Ser. 

Para el curso que viene, la intención del ministerio de Educación es apostar por la total presencialidad en todos los niveles de enseñanza: "Tenemos la experiencia del año pasado en la que los colegios, los profesores y los alumnos lo hicieron muy bien y tenemos la ventaja de contar con un 70% de la población inmunizada", ha dicho la ministra.

A finales de agosto, la ministra ha anunciado que volverá a convocar a las consejerías de educación de todas las Comunidades para estudiar las necesidades, aunque destaca que la mayor parte los protocolos establecidos en mayo para el nuevo curso escolar seguirán vigentes, con medidas que, entre otras, exigen mantener las ratios del curso previo y las distancias de seguridad entre alumnos de 1,2 metros.

Sobre la ratio de alumnos por aula, Pilar Alegría ha considerado que las comunidades deben mantener la ratio del año pasado y que deben utilizar los fondos económicos de recurso para ello. "El Gobierno acaba de aprobar ayudas de más de 13.000 millones de euros que se pueden emplear en la manutención de las ratios", declara. 

En cuanto a los futuros desarrollos reglamentarios de la última ley de Educación (Lomloe), la ministra ha defendido el criterio de que sea el claustro quien decida de forma colegiada si un alumno pasa de curso, aunque haya suspendido varias materias. 

Es una práctica, ha recordado, no solo contemplada en la Lomloe sino en anteriores leyes como la impulsada por el ministro popular José Ignacio Wert. 

La promoción de curso -ha subrayado- no solo debe basarse en los suspensos, sino en el nivel de adquisición de competencias y conocimientos. 

En cuanto a que el castellano no se defina como lengua vehicular en la Lomloe, Alegría ha dicho que esta ley es "absolutamente garantista en este tema": "No hay nada más garantista que decir que cuando nuestros alumnos acaben la enseñanza obligatoria habrá adquirido completamente las competencias en el castellano y en la lengua cooficial. La vehicularidad del castellano emana de la propia Constitución".