La caída definitiva de la estrella política de Susana Díaz, tras la arrolladora victoria del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en las primarias del PSOE andaluz este domingo, supone sin duda un respaldo al proyecto de Pedro Sánchez como secretario general de la formación.

Recién cumplidos cuatro años de su victoria frente a la propia Díaz en las primarias a nivel nacional, el presidente del Gobierno tiene un partido aún más sanchista, con menos voces discrepantes en diversos asuntos, particularmente en las cesiones a los separatistas, contra las que en ocasiones llevó la voz cantante la ex presidenta de la Junta de Andalucía. Un asunto de nuevo en boga por los anunciados indultos a los líderes independentistas presos. 

Así lo perciben, con resignación, los tres barones díscolos por antonomasia, Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara y Javier Lambán, los que más han levantado también la voz contra ese acercamiento al nacionalismo. Aunque en el entorno de alguno de ellos subrayan que últimamente Díaz, desde que perdió la Junta de Andalucía a finales de 2018, "se había alineado mucho más que antes con Ferraz y Moncloa".

Page, Lambán y Vara. EE

En este curso político que ahora termina, los presidentes de Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón, en una acción casi coordinada en el tiempo, reclamaron que se optase por Ciudadanos en lugar de por ERC y Bildu para pactar los Presupuestos Generales del Estado.

Finalmente Sánchez tomó la segunda opción, que era la preferida del entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. El ahora ex líder de Podemos llegó incluso a presumir tras el acuerdo presupuestario de haber incorporado a "la dirección de Estado" a los independentistas catalanes y a la coalición que integra a Sortu, la antigua Batasuna, histórico brazo político de ETA.

Susana Díaz, tras su derrota el domingo. EFE

Page, Lambán y Vara también arremetieron contra el blindaje del modelo de inmersión lingüística obligatorio en catalán que el PSOE pactó con ERC dentro de la Ley Celáa de Educación. Una polémica enmienda que se negoció de manera paralela a las Cuentas Públicas, y de forma muy acelerada además, para que estuviese lista en el nuevo curso escolar.

"Perplejidades" y vomitonas

La hemeroteca del pasado otoño ofrece momentos tan sonados como cuando el presidente extremeño, médico de profesión, aseguró que pediría un antiemético (medicamento utilizado para prevenir las vomitonas) al ver a Arnaldo Otegi siendo clave para aprobar los Presupuestos; o como cuando Page dijo estar "dolido y perplejo" por ese acuerdo con los batasunos.

Fuentes del entorno de esos barones discrepantes han llegado a admitir que en realidad existen "dos PSOE", asumiendo que el suyo estaría en clara minoría. Una situación que se agravará cuando Susana Díaz deje finalmente la secretaría general del PSOE andaluz, como se ve forzada a hacer tras su derrota.

Más atrás en el tiempo, en 2019, hubo incluso sectores del 'otro PSOE' que promovieron un manifiesto contra estos barones críticos, incluida Díaz, a los que equiparaban con las posturas de la derecha, incluso de Vox.

Lo hacían hasta 300 afiliados que defendían a principios de aquel año -cuando Sánchez gobernaba aún en solitario meses después de la moción de censura en 2018- el proceso de diálogo abierto en la cumbre de Pedralbes con el entonces presidente catalán, Quim Torra.

Un encuentro cuyas conclusiones, incluida la pretensión de crear la figura de un "relator" entre el Gobierno central y el catalán, provocaron la primera manifestación de Colón convocada aquella vez por PP, Vox y Ciudadanos. 

Al día siguiente de las primarias del PSOE andaluz, en una entrevista en Onda Cero, el propio Juan Espadas dejaba una respuesta que abona los peores augurios del sector que representan Page, Vara y Lambán.

Preguntado por los indultos, y por si su apoyo a los mismos tenía que ver con el hecho de que los impulsara el Gobierno de su partido, el alcalde de Sevilla contestaba con un inequívoco: "Claro". Añadiendo a continuación el carácter "difícil" que para Sánchez tiene la decisión de conceder la medida de gracia para Oriol Junuqeras y el resto de líderes independentistas encarcelados, tras la condena del Tribunal Supremo por sedición y malversación.   

        

 

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