Dos semanas después de que Pedro Sánchez acudiese a Ceuta tras una llegada masiva y sin precedentes de inmigrantes propiciada por Marruecos, Pablo Casado hará lo propio este jueves.

El líder de la oposición dedicará toda la jornada a una visita a la ciudad autónoma, en la que se reunirá con el presidente de la misma, Juan Jesús Vivas, del PP. Ambos mantendrán diversos encuentros en la sede de los populares ceutíes, con empresarios de la zona, que se han visto afectados por la crisis diplomática.

Casado llega a Ceuta veinticuatro horas después de la salida de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, una vez que el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, resolviese que no tenían base las acusaciones de torturas y detención ilegal en los campos de Tinduf en 2019 e incluso de delitos de lesa humanidad que se habían realizado en su contra. Tras rechazar las medidas cautelares, Ghali volaba a Argel en un avión medicalizado. 

Una salida de nuestro país que el número dos del PP, Teodoro García Egea, decía, en una entrevista este miércoles en Televisión Española, ver llena de "oscurantismo". Para la mano derecha de Casado, este hecho pone en evidencia la "nefasta gestión" de la crisis diplomática realizada por el ministerio de Asuntos Exteriores, por lo que pedía la "dimisión" de la titular de la cartera, Arancha González Laya

García Egea afirmaba, además, que con Casado en La Moncloa esta situación "no hubiera ocurrido". Desde antes de que estallase la crisis bilateral, en la que Rabat mantiene retirada a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, los populares afean a Pedro Sánchez su política con el vecino del sur, y el hecho concreto de que tras su llegada al poder merced a la moción de censura de 2018 -de la que esta semana se cumplen tres años- rompiese la norma no escrita desde La Transición de que la primera visita oficial del presidente español fuera a Marruecos.

El PP subraya casi con sarcasmo que en esta materia Sánchez y Laya hayan enfadado a la vez, sostienen, "a Marruecos, a Argelia y al Frente Polisario", una expresión del ex ministro de Exteriores con Rajoy, José Manuel García-Margallo, que ha hecho fotuna en la cúpula popular.

Un año de crisis bilateral 

Lo cierto es que el curso político que ahora termina viene marcado, en cuanto a la relación de vecindad con la monarquía alauí, y antes de la crisis de Ceuta, por la suspensión sine die de la Reunión de Alto Nivel (RAN) que iba a tener lugar primero a finales de 2020 y luego en febrero.

Por el camino el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, se pronunció en Twitter a favor del referéndum sobre el Sáhara contemplado por la ONU para la antigua colonia española. Mientras tanto Donald Trump, en el final de su mandato, hacía una reconocimiento de la "soberanía" marroquí sobre ese territorio, todo un éxito diplomático para Mohamed VI.

Una semana antes del estallido de la crisis migratoria y de que en Ceuta se vivieran situaciones muy graves de emergencia humanitaria -los menores que llegaron entonces han sido distribuidos por distintas comunidades autonómas- Casado había mantenido sendos encuentros telemáticos con los líderes de dos formaciones marroquíes correligionarias del PP.

Uno de ellos el ministro ministro de Agricultura y Pesca, Aziz Ajanuch. Esas entrevistas provocaron críticas al presidente del PP por parte de las formaciones de izquierda.

Ya en la semana de la crisis, Casado telefoneó a Sánchez para mostrarle apoyo, aunque luego ambos mantuvieron un duro rifirrafe parlamentario. En el Congreso de los Diputados, el líder de la oposición vinculó lo sucedido a la "pérdida de peso exterior de España", un hecho que a su juicio también evidencia el hecho de que Joe Biden no haya telefonado aún al jefe del Gobierno español.   

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